Negro como el carb¨®n
Acaba de cerrarse en falso otro episodio de la saga del carb¨®n espa?ol, una de las negras heridas por las que Espa?a pierde su energ¨ªa. Por bien de los habitantes de Asturias y de Le¨®n deber¨ªan haber cesado las subvenciones a la miner¨ªa del carb¨®n hace muchos a?os. As¨ª lo ped¨ª yo en el a?o 1981, en la bocamina del pozo Mar¨ªa Luisa de Hunosa, por lo que el Club Liberal de Asturias me declar¨® persona non grata en el Principado.Las cifras del desastre carbonero no suelen presentarse completas, con objeto de escamotear las consecuencias sociales del sistema de subvenciones y disimular su inmoralidad. El precio de la tonelada de carb¨®n de poder cal¨®rico independiente es muy distinto seg¨²n sea espa?ol o extranjero. Cuando proviene de Australia, Sur¨¢frica o los EE UU, el carb¨®n a pie de central el¨¦ctrica cuesta de 6.550 a 8.200 pesetas, mientras que el carb¨®n leon¨¦s cuesta de 8.000 a 20.000 pesetas, el asturiano de Figaredo, 30.000, y el de Hunosa, 40.000. Ello quiere decir que s¨®lo una peque?a parte de la producci¨®n leonesa es competitiva.
Las ayudas p¨²blicas a la miner¨ªa del carb¨®n, con el fin de mantener aquella parte de la producci¨®n que es inviable, se entregan de dos maneras: las llamadas gen¨¦ricas consisten en la obligaci¨®n de las compa?¨ªas el¨¦ctricas de emplear carb¨®n nacional, sufragada con un 5% del recibo de la luz; las directas concedidas a Hunosa, Figaredo, La Camocha y Ponferrada son objeto de un "contrato programa" condicionado a la reducci¨®n de la mano de obra. En 1997 el total se prev¨¦ en 222.500 millones de pesetas.
Las consecuencias sociales de estas ayudas a costa del p¨²blico son f¨¢ciles de entender. Primero, esos mineros cuyo producto nadie demanda extorsionan 5.600 pesetas por a?o a cada mujer, hombre, ni?a y ni?o residente en Espa?a. Segundo, las regiones empe?adas en una producci¨®n in¨²til, se empobrecen pese a las subvenciones; mejor dicho, por causa de ellas. Tengo las cifras de Asturias: en 1975 el PIB por habitante del Principado se encontraba en un 5% por encima de la media nacional y estaba en la sexta posici¨®n de dieciocho; en 1993, la renta per capita era un 12% inferior a la media y su puesto en el rango de las autonom¨ªas era el duod¨¦cimo. Tercero, el encarecimiento del kilowatio ha contribuido a reducir la competitividad de la industria espa?ola y condenado as¨ª a muchos trabajadores al paro.
El juicio que nos merezca la ¨¦tica de tales subvenciones depender¨¢ de nuestro concepto del nexo social y del valor que demos a los costes que conlleva su mantenimiento o supresi¨®n. En una econom¨ªa libre, no son los pol¨ªticos los que distribuyen las rentas para ganar votos, sino los individuos los que obtienen ingresos por servir a los dem¨¢s. Los paganos de la 5.600 pesetas anuales son mucho m¨¢s numerosos que la gente de las cuencas mineras, y la gran mayor¨ªa de ellos mucho m¨¢s pobres. Las subvenciones est¨¢n conduciendo a Asturias y Le¨®n a un empobrecimiento mendicante. El plan de reducci¨®n de las subvenciones otorgaba nueve a?os para la adaptaci¨®n o la emigraci¨®n, una seguridad de empleo mucho mayor que la de la mayor parte de los espa?oles, especialmente los parados.
El acuerdo al que ha llegado el Gobierno con los sindicatos es oscuro en su redacci¨®n y bochornoso por su contenido. "Las compa?¨ªas el¨¦ctricas formalizar¨¢n contratos a medio y largo plazo de adquisici¨®n de carb¨®n nacional, retribuy¨¦ndose el coste financiero [de las] existencias por encima del stock de seguridad... El uso del carb¨®n se atendr¨¢ a criterios de racionalidad econ¨®mica y social". Tendremos los usuarios de electricidad que comprar caro el carb¨®n y almacenarlo en exceso. Alguien tendr¨¢ que explicarnos la diferencia entre racionalidad econ¨®mica y social, vistos los costes sociales de la irracionalidad econ¨®mica".
Cuando acud¨ª hace un mes a la concesi¨®n de los Premios Pr¨ªncipe de Asturias, el que era presidente del Club Liberal en el momento de la no gratitud me reconfort¨® pidi¨¦ndome p¨²blicamente perd¨®n por tener yo raz¨®n al pedir el cierre de las minas deficitarias. Ahora le ruego que una su voz a la m¨ªa para pedir que se persiga por delito de imprudencia punible a los piquetes leoneses que produjeron la muerte de un automovilista con una barricada de neum¨¢ticos en llamas.
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