"He cogido el tren oportuno en el momento justo"
Pasqual Maragall parece un hombre liberado de una enorme carga despu¨¦s de haber anunciado, el pasado fin de semana, su marcha de la alcald¨ªa de Barcelona para septiembre de 1997. Tranquilo, sereno, pero con el br¨ªo,y la pasi¨®n que le caracterizan, encara ahora el ¨²ltimo tramo de su largo mandato -ser¨¢n 15 a?os- al frente del Ayuntamiento de Barcelona y empieza a prepararse para el d¨ªa despu¨¦s. Su futuro es todav¨ªa una inc¨®gnita, incluso para ¨¦l. Pero escuch¨¢ndole camino de Bruselas -un destino habitual en los ¨²ltimos dos a?os- es dif¨ªcil imaginarle apartado mucho tiempo de la pol¨ªtica.Pregunta. ?Qu¨¦ sentimientos le invaden, tres d¨ªas despu¨¦s de haber anunciado su renuncia al cargo?
Respuesta. Me siento bien. Tengo la sensaci¨®n de haber cogido el tren oportuno en el momento justo, tanto para m¨ª como para Barcelona. No creo defraudar a nadie.
P. Despu¨¦s de casi 15 a?os dedicado a una responsabilidad tan absorbente como la alcald¨ªa de Barcelona, ?no teme al vac¨ªo?
R. No. La dedicaci¨®n a Barcelona ha sido tan intensa y los frutos han sido tan positivos que no me asusta nada.
P. Usted dejar¨¢ la alcald¨ªa dentro de 10 meses. Imagine que ese d¨ªa ya ha llegado. ?Qu¨¦ le gustar¨ªa hacer ma?ana?
R. Pienso estar cuatro o cinco meses, m¨¢ximo un a?o, ordenando papeles y recomponiendo la memoria. Quiero acabar un libro que tengo a medio hacer -titulado La econom¨ªa de las ciudades-; lo empec¨¦ a escribir en Baltimore en 1978 y ahora tendr¨¦ que rehacerlo de nuevo, Uno de mis proyectos es promover un trabajo conjunto de reflexi¨®n sobre las reformas pol¨ªtica, econ¨®mica y territorial que es necesario plantear con vistas al pr¨®ximo siglo, sobre la redefinici¨®n de las reglas de juego establecidas por Montesquieu.
P. ?Se le ha pasado por la cabeza retirarse de la pol¨ªtica?R. Me retiro del primer plano de la pol¨ªtica, pero no de la pol¨ªtica. Hay muchos campos en los que se puede actuar. Tengo propuestas de universidades extranjeras; es una posibilidad interesante, porque me permitir¨ªa tomar cierta distancia.
P. ?Cu¨¢l ser¨¢ su tarea prioritaria en estos 10 meses?
R. Le ofrezco a Jordi Pujol, muy sinceramente, la oportunidad de dar un paso adelante juntos por el futuro de Barcelona. Mis dos principales preocupaciones son dar el empuje definitivo a los proyectos relacionados con el 2004 -en los que la aportaci¨®n de Pujol es decisiva- y aprobar la Ley de Barcelona, el marco pol¨ªtico, competencial, territorial y econ¨®mico en el que la ciudad debe moverse el siglo que viene. Hay tambi¨¦n otros temas colaterales pendientes de soluci¨®n, relativos a los consorcios en que participamos ambas administraciones, los palacios de los que el Ayuntamiento es propietario -entre ellos, el del Parlament-, las Arenas, el Born...
P. ?Piensa que el hecho de que usted deje la alcald¨ªa har¨¢ m¨¢s f¨¢cil llegar a un acuerdo en estos temas?
R. Creo que mi renuncia puede acelerar algunas cosas y facilitar acuerdos. Me parecer¨ªa dif¨ªcil de admitir que pudiera suceder lo contrario y que algunas cuestiones quedaran frenadas. De todos modos, pienso plante¨¢rselo a Pujol con todo el respeto, sin ponerle tampoco la pistola en el pecho.
P. ?Qu¨¦ lamentar¨ªa m¨¢s dejar por hacer?
R. La nueva Carta de Barcelona.
P. Usted recibi¨® de su antecesor en la alcald¨ªa, Narc¨ªs Serra , la candidatura ol¨ªmpica como herencia. ?El proyecto del 2004, sea una exposici¨®n o lo que sea, es la herencia que usted piensa dejar a Joan Clos?
R. Exactamente. Con una diferencia: Clos ya ha tomado las riendas de este proyecto y las ideas originales -las relativas a la transformaci¨®n del Bes¨°s y del frente mar¨ªtimo- son en buena parte suyas. Joan Clos se ha ganado aqu¨ª el respeto de los alcaldes del ¨¢rea metropolitana, algo que cuesta mucho ganar.
P. Usted no se ha mostrado muy satisfecho del resultado de los congresos de su partido.
R. Estos congresos no han sido lo que esper¨¢bamos en t¨¦rminos de apertura pero han colocado al partido en situaci¨®n para poder llevarla a cabo. Narc¨ªs Serra imprimir¨¢ a partir de ahora una nueva velocidad. Por lo que respecta a Barcelona, las peque?as heridas acabar¨¢n cerr¨¢ndose. Hay se?ales de que las cosas ir¨¢n bien y de que el PSC va por el buen camino para convertirse en el motor de la alternativa catalana.
P. ?Ve posible articular esta alternativa catalana", esta confluencia de sectores progresistas y catalanistas, para disputarle a Pujol la hegemon¨ªa en 1999?
R. Esta alternativa deber¨ªa construirse antes de 1999. Pero lo importante no es tanto el instrumento como el contenido. Si este aspecto se descuida, si no se hace previa o paralelamente una reflexi¨®n conjunta sobre los grandes retos pol¨ªticos, sociales, econ¨®micos y territoriales del pr¨®ximo siglo, todo lo dem¨¢s ir¨¢ cojo, el Olivo no tendr¨¢ olivas, ser¨¢ un Olivo borde.
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