Pod¨¦is ir en paz
Un cenobio ruinoso del siglo XII, a orillas del Jarama, evoca la vida solitaria de los monjes del C¨ªster
A principios del siglo XII, los reinos de Espa?a andaban tan sin atadero, que se salteaba a los monjes en los caminos, se les despojaba de sus h¨¢bitos y, seg¨²n se cuenta en la Primera cr¨®nica de Sahag¨²n, "ninguno de ellos en aquel tiempo era llamado por su nombre, mas gargantones e beberrones, e por otros vocablos de mengua, y si por ventura a alguno ve¨ªan triste por el da?o, le silbaban".Fue en aquellos d¨ªas de molicie y demas¨ªa cuando empez¨® a prender como yesca en toda la cristiandad la reforma cisterciense. San Roberto de Molesmes, en 1074, y san Bernardo de Claraval, en 1113, sientan las bases de un pulqu¨¦rrimo ideal mon¨¢stico: "Hemos tomado la resoluci¨®n de vivir en pobreza real y en toda sinceridad de conciencia, caminando por las huellas de nuestro patriarca san Benito. Nuestro vestido debe atenerse a la m¨¢s austera simplicidad, sin buscar otro color que el natural. Un solo plato de legumbres nos bastar¨¢, sin m¨¢s condimento que la sal. Prioratos, dominios, granjas.... debemos renunciar a esto para hacernos ajenos a los actos del siglo". La renovada orden benedictina rechaza diezmos, se?or¨ªos y vasallos; el propio monje apacienta sus ganados, trabaja el campo que rodea la abad¨ªa y de eso vive; lejos de la ciudad, el monasterio yace olvidado de todos y de todo en el bosque o el valle apartado.
De prestado
Fue en aquellos d¨ªas -m¨¢s ahora, de dejaci¨®n y pureza- cuando se erigi¨® el monasterio de Bonaval, una de las primeras fundaciones del C¨ªster en tierra espa?ola. En 1164, Alfonso VIII, el de las Navas de Tolosa, rey de Castilla, permite a los cenobitas instalarse en un coto redondo a orillas del Jarama -a tiro de ballesta del caser¨ªo de Retiendas- para que habiten en ¨¦l velut precarinm; es decir, de prestado. A?os m¨¢s tarde, se lo dona definitivamente y, muy contrariamente a los asc¨¦ticos principios de los monjes blancos -tal era el simb¨®lico color de sus sayas- Bonaval inaugura una historia plet¨®rica de encomiendas y riquezas que no se interrumpir¨¢ hasta 1821, en que el gobierno liberal expropia convento y terrenos.
En este pa¨ªs que festeja con frenes¨ª la m¨¢s nimia de las efem¨¦rides -acaso porque el presente no es como para tirar cohetes de alegr¨ªa-, bien puede el excursionista celebrar, por su cuenta y riesgo, el 1750 aniversario de la ruina de Bonaval. Y hacerlo a su manera: hollando la clara senda por la que se fueron los monjes de este mundo.
Desde Retiendas -pueblo guadalajare?o que compr¨® el coto en 1894 por 20.500 duros-, el paseo hasta el viejo asciterio no es nada fatigoso: apenas un par de kil¨®metros los separan. El caminante ha de salir por la carreterilla de grava que lleva al cementerio y al basurero (combinaci¨®n mortal que se repite, no nos pregunten por qu¨¦, en numerosos lugares de Espa?a) y, en llegando a un puente, abandonarla para seguir de frente por la pista que corre por la margen izquierda del arroyo, entre chopos, robles, encinas y grandes quejigos, los m¨¢s lozanos que haya visto nunca el excursionista.
A la media hora de echarse a andar, el paseante vislumbra, allende la arboleda, la f¨¢brica venerable. Y, acerc¨¢ndose a ella, queda extasiado ante la puerta, de estilo cisterciense, sobre la que se abre una alta ventana ojival. Dentro, pintarrajos y cagarrutas insultan lo poco que se mantiene en pie: las tres capillas de la cabecera, la sacrist¨ªa de enca?onada b¨®veda y una torre almenada cuya escalera de caracol le permite subir a echar un largo vistazo al valle del Jarama.
Mientras, en la fachada de mediod¨ªa, un reloj de sol desprovisto de gnomon (expoliado como todo, es de suponer) marca la hora eterna, sin sombras, en que ya viven los buenos monjes del C¨ªster.
La soledad primordial
D¨®nde. Retiendas, punto de partida de este paseo, dista 103 kil¨®metros de Madrid. El camino, aunque largo, es muy vistoso: por la carretera de Burgos (A-1) hasta el kil¨®metro 50; desv¨ªo por la N-320 hasta Torrelaguna; de ah¨ª, a Patones de Abajo por la M-102; tomar despu¨¦s a mano derecha la carretera a Uceda, Cubillo de Uceda y Puebla de Bele?a; pasado Bele?a, se coge a la izquierda la carretera de Guadalajara a Tamaj¨®n y en 11 kil¨®metros m¨¢s, el desv¨ªo a Retiendas. M¨¢s r¨¢pido, pero m¨¢s feo, es el acceso por la A-2 hasta Guadalajara y luego directamente hacia Tamaj¨®n.
Cu¨¢ndo. Invierno es la estaci¨®n ideal para visitar Bonaval en su soledad primordial; el resto del a?o suele haber gente acampada en sus alrededores. Por malo que haga, es s¨®lo una hora de andar.
Qui¨¦n. Varios integrantes de Comaderri (Coordinadora Madrile?a de Defensa de la Naturaleza) son autores de El r¨ªo Jarama, gu¨ªa editada por la Comunidad de Madrid que aporta informaci¨®n sobre el monasterio y rutas alternativas. Tambi¨¦n: Domingo Pliego, Excursiones f¨¢ciles por la provincia de Madrid (Desnivel), tomo 1.
Y qu¨¦ m¨¢s. En la iglesia de Retiendas se conserva una imagen de alabastro de la Virgen de la Paloma (siglo XV) que fue de Bonaval.
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