Televisi¨®n Espa?ola y TV-3 no apoyaron un documental que descubre un grave error franquista
RTVE y la televisi¨®n auton¨®mica catalana TV-3 no quisieron participar en la producci¨®n del documental de Lala Gom¨¢ Granados y Delgado, un crimen legal, que desvela la soluci¨®n de un crimen cometido 33 a?os atr¨¢s. Esta obra televisiva s¨®lo ha sido posible por la aportaci¨®n econ¨®mica de dos empresas francesas -Arte y Point du Jour- y una productora privada barcelonesa -Ovideo-. Las dos cadenas p¨²blicas espa?olas se negaron a entrar en el proyecto porque quer¨ªan imponer realizadores propios, menor duraci¨®n y rodaje r¨¢pido.El tema es la condena a muertede dos anarquistas inocentes. Realizado con la ayuda del periodista Xavier Montany¨¢, parte de la confesi¨®n de los aut¨¦nticos autores del atentado. Antonio Mart¨ªn y Sergio Hern¨¢ndez deciden al fin asumir la autor¨ªa de un doble atentado: el de la bomba que estalla en Madrid, el 29 de julio de 1963, en la Direcci¨®n General de Seguridad, y la de una segunda explosi¨®n en la sede de los sindicatos oficiales del franquismo. La polic¨ªa ten¨ªa bajo control a Granados y Delgado y decidi¨® que no val¨ªa la pena buscar m¨¢s. A la justicia militar tambi¨¦n le bast¨® con los datos proporcionados por los agentes.
Eduardo Blanco, entonces jefe de Informaci¨®n de la Polic¨ªa, admite que la detenci¨®n de Granados y Delgado "no fue casual". Y a?ade: "Los juicios sumar¨ªsimos buscan la ejemplaridad". Luego suelta un latinajo -dura Lex, sed Lex-, para concluir que de lo que se trataba era de "garantizar la seguridad del Estado".
De los miembros del tribunal militar que les conden¨® a muerte habla el coronel Jes¨²s Valenciano, quien, admitiendo que "cabe el error", no cree que fue "una sentencia injusta". Manuel Fraga, entonces ministro, no quiso hablar.
Quienes s¨ª lo hacen son algunos militantes anarquistas. Y la hija de Granados, Mar¨ªa. Los anarcos tampoco salen bien parados. Mienten o se contradicen, dan explicaciones poco cre¨ªbles y abusan de una ret¨®rica que no oculta que entre ellos hubo irresponsabilidad y delaci¨®n. A Granados le enviaron con un coche de tercera mano a atentar contra Franco, pero sin saber cu¨¢ndo iba a presentar sus credenciales un nuevo embajador y sin calcular que el general pasaba las vacaciones en San Sebasti¨¢n. Al mismo tiempo, Mart¨ªn y Hern¨¢ndez, bajo las ¨®rdenes de la misma direcci¨®n, realizaron sus chapuceros atentados. El garrote vil acab¨® con Granados y Delgado el 17 de agosto.
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