Siesta, f¨²tbol y paseo para las tardes del viernes argelino
Formados en orden marcial, centenares de hombres j¨®venes se agolpaban al mediod¨ªa de ayer alrededor de la mezquita de Rama, una antigua iglesia cat¨®lica del acomodado barrio argelino de Telemly convertida en templo del islam. Una voz dio por terminada la oraci¨®n y se produjo la desbandada por las calles que descienden hacia la bah¨ªa de la capital argelina. El islam, ratificado como religi¨®n oficial del Estado en la nueva Constituci¨®n, rige la vida de muchos argelinos.Con paso apresurado, Hayet Benali, sub¨ªa dentro de su t¨²nica la cuesta que conduce hacia el Bazar. Hayet, de 20 a?os, estudia espa?ol. "Me encantar¨ªa ir a vivir con mi hermano a Barcelona", explica, "pero no pienso renunciar al hiyab (pa?uelo con el que cubre su cabeza), mi religi¨®n es mi vida". Vot¨® en el re fer¨¦ndum -"es mi derecho como argelina"-, aunque se niega a desvelar el sentido de su sufragio, y dice que cree en la igualdad entre hombres y mujeres. Tras su estela, un hombre que cubr¨ªa sus vaqueros con una chilaba blanca de plegaria proclamaba sin vacilar: 'Vot¨¦ al FIS en el 91 y ahora me he sumado al boicoteo, esto no es una democracia".
Las tardes de los viernes -siesta, f¨²tbol y paseo- suelen ser tan aburridas en Argelia como las de los domingos en Europa. Pero las calles de la capital se mostraban ayer mucho m¨¢s bulliciosas que el jueves en plena jornada de votaciones. Un barbudo se negaba a hacer declaraciones a la prensa, pero una mujer de 28 a?os -"nunca he encontrado trabajo, aunque poseo un diploma de secretariado", explic¨® en impecable franc¨¦s- no dudaba en afirmar que no vot¨®. "Nadie se ha molestado en decirme en qu¨¦ consiste la nueva Constituci¨®n, no me interesa esta democracia que no se preocupa por el paro...". El polic¨ªa de paisano que controlaba los movimientos de los periodistas decidi¨®, con un "?basta ya!", que era hora de regresar al hotel y enclaustrar a los observadores molestos.
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