?tica period¨ªstica

LOS PERIODISTAS catalanes se dotaron hace cuatro a?os de un c¨®digo de ¨¦tica profesional. Este fin de semana van a dar otro paso m¨¢s con la creaci¨®n del Consejo de la Informaci¨®n, una instituci¨®n destinada a velar por el cumplimiento de ese c¨®digo. Este "organismo de arbitraje privado e independiente" es el tercero que existir¨¢ en Europa, despu¨¦s de Suecia y el Reino Unido.Los profesionales de Catalu?a vienen haciendo desde hace a?os un especial esfuerzo de reflexi¨®n sobre un oficio frecuentemente asaltado por la confusi¨®n y el oportunismo. La distinci¨®n entre la informaci¨®n y la opini¨®n, la comprobaci¨®n de las noticias, la rectificaci¨®n de los errores, el rechazo al empleo de medios il¨ªcitos en la obtenci¨®n de informaciones, el respeto al derecho a la intimidad y a la presunci¨®n de inocencia, un especial cuidado en el tratamiento de las noticias que afectan a los menores y de las que puedan dar pie a discriminaciones por raz¨®n de sexo, raza o religi¨®n son, entre otros, algunos de los principios que diferencian a los medios de informaci¨®n concebidos como un servicio al ciudadano lector de los constituidos para otras finalidades, no siempre transparentes y confesables.

EL PA?S se dot¨® desde sus or¨ªgenes de un c¨®digo ¨¦tico inspirado en los mismos principios que rigen el de los periodistas catalanes, y lo incluy¨® en su Libro de estilo. Tambi¨¦n fue el primer medio de comunicaci¨®n espa?ol que nombr¨® un Defensor del Lector, precisamente para responder a las quejas u observaciones del p¨²blico respecto a informaciones que puedan ser consideradas lesivas y atentatorias al c¨®digo establecido en su Libro de estilo. Nada m¨¢s natural que este peri¨®dico firme ma?ana, con plena convicci¨®n, la constituci¨®n de este Consejo de la Informaci¨®n que compromete a periodistas y empresas radicados en Catalu?a a someterse a las resoluciones que dicte el nuevo organismo.

?ste empezar¨¢ a funcionar con un cierto car¨¢cter experimental, y ser¨¢ objeto de un atento seguimiento por parte de iodos los implicados. El objetivo que se persigue, y del que, ante todo, deben salir beneficiados los ciudadanos como consumidores de informaci¨®n, es que sus resoluciones, sin valor jur¨ªdico, obtengan, a trav¨¦s de su repercusi¨®n p¨²blica, el m¨¢ximo efecto moral, de manera que lectores, empresas y periodistas perciban los resultados ben¨¦ficos de unos medios de comunicaci¨®n sometidos a la disciplina voluntaria de un c¨®digo ¨¦tico com¨²nmente aceptado.

Esto, y no la instauraci¨®n de una justicia corporativa, de una jurisdicci¨®n especial de prensa o de un sistema de autocensura, es lo que significa la constituci¨®n del consejo. Es l¨®gico que no guste a quienes prefieren publicar rumores y no noticias, a los amantes de la quiebra de todo principio en aras de la sensaci¨®n o a quienes ponen la informaci¨®n al servicio de sus proyectos personales, sean ¨¦stos pol¨ªticos o econ¨®micos. Pero nada hay m¨¢s sano que la existencia de una clara l¨ªnea de demarcaci¨®n entre los medios de informaci¨®n veraces, dispuestos al esfuerzo cotidiano del autocontrol, y los medios de comunicaci¨®n dispuestos cada d¨ªa a hacer de su capa un sayo.