20 inc¨®gnitas sobre el drama del paro en Espa?a
La persistencia de 3,5 millones de desempleados origina muchos mitos sobre la realidad
Cada vez que se dan a conocer los datos de la encuesta de poblaci¨®n activa (EPA) se produce un cataclismo. Es dif¨ªcil digerir que en Espa?a sobrevivan 3.514.000 desempleados, es decir, un 21,91% de la poblaci¨®n activa, como se?ala la ¨²ltima encuesta. Pero la angustia que provocan estos datos se neutraliza generalmente poni¨¦ndolos en duda. Afirmaciones como "no se podr¨ªa andar por la calle si hubiera tantos millones de parados" son las que acaban por ganar a la opini¨®n p¨²blica. Como puede verse, hoy por hoy el mejor ant¨ªdoto contra el paro es negarlo. Esta posici¨®n es muy ventajosa para los Gobiernos, ya que les exime de tener que adoptar compromisos arriesgados e impopulares. En muchos pa¨ªses europeos con una tasa de paro que es la mitad de la espa?ola, la b¨²squeda de alternativas para crear empleo constituye el principal debate pol¨ªtico y econ¨®mico.
Durante los ¨²ltimos a?os, un creciente n¨²mero de investigadores espa?oles ha centrado su estudio en esta cara tan amarga de la econom¨ªa espa?ola. Sus opiniones y an¨¢lisis en muchos casos son tomados m¨¢s en serio fuera que dentro de nuestro pa¨ªs. Esta visi¨®n distinta de la econom¨ªa acaba con muchos mitos y t¨®picos de nuestra realidad social.1. ?C¨®mo se ha llegado a 3,5 millones de parados?
A primera vista parece incre¨ªble que en Espa?a pueda haber m¨¢s parados que en Francia, que tiene 58 millones de habitantes. No obstante, si se compara la evoluci¨®n de la poblaci¨®n y el empleo se puede cambiar de opini¨®n. La econom¨ªa espa?ola emplea actualmente (tercer trimestre de 1996) a 12.524.520 personas, medio mill¨®n menos que en 1974. Sin embargo, durante este per¨ªodo la poblaci¨®n ha pasado de 35.401.000 a 39.270.000 personas. Es decir, casi cuatro millones m¨¢s. Si se observa la evoluci¨®n de la poblaci¨®n activa, el crecimiento es m¨¢s intenso. El n¨²mero de activos (suma de las personas que trabajan y los parados que buscan empleo) ha pasado de 13,2 millones en 1975 a los casi 16 millones actuales. En definitiva, en 20 a?os el mercado laboral ha aumentado en 2,8 millones de personas, mientras que el empleo se ha reducido en medio mill¨®n. Los datos son de la EPA, que son los que toman como referencia todos los expertos y los organismos internacionales. (cuadro n¨²mero 1)
2. Pero c¨®mo es posible que con tantos parados no haya un estallido social?
El economista Juan F. Jimeno advierte que la situaci¨®n es m¨¢s soportable socialmente porque la mayor¨ªa de los parados son personas que proporcionan los "segundos ingresos" en las familias. Si se considera a los cabezas de familia, el paro es del 11,1 %. La mayor parte de los desempleados son mujeres (1.827.000) y j¨®venes menores de 25 a?os. El n¨²mero de hogares en los que todos est¨¢n parados es de 900.000, el 10% del total. Jimeno precisa que el paro no siempre implica indigencia. La familia desempe?a un gran papel de protecci¨®n social y m¨¢s de 1,5 millones de personas reciben alguna prestaci¨®n. Tambi¨¦n ayuda la econom¨ªa sumergida.
3. ?Por qu¨¦ ha crecido tanto la poblaci¨®n?
La evoluci¨®n demogr¨¢fica y el cambio de signo de las migraciones han sido deteminantes para explicar este fuerte aumento. La media de nacimientos durante los a?os sesenta fue de 671.000 anuales. La fecundidad de la poblaci¨®n ha ido reduci¨¦ndose paulatinamente y actualmente ya est¨¢ por debajo de los 400.000 nacimientos anuales. Por otra parte, seg¨²n la encuesta demogr¨¢fica, entre 1971 y 1990 retornaron del extranjero m¨¢s de 600.000 espa?oles. Un estudio de A. Blanes, F. Gil y J. P¨¦rez se?ala que el n¨²mero de espa?oles que viv¨ªan en el extranjero ha pasado de 2,2 millones en 1970 a 1,1 en 1994. El mismo estudio revela que los extranjeros residentes en Espa?a en 1991 eran 353.367, unos 200.000 m¨¢s que 20 a?os antes. En los a?os ochenta llegaron al. mercado laboral las generaciones del baby boom de los sesenta y setenta.
4. ?Por qu¨¦ ha crecido m¨¢s todav¨ªa la poblaci¨®n activa?
Lo determinante ha sido la incorporaci¨®n de la mujer al trabajo fuera de casa. A finales de 1970 la poblaci¨®n activa se repart¨ªa entre 9,2 millones de hombres y 3,1 millones de mujeres. Ahora rebasa los 16 millones de personas, pero el n¨²mero de hombres es pr¨¢cticamente el mismo, 9,8 millones, mientras que el de mujeres se ha duplicado y ¨¦stas superan ya los seis millones; de ellas, casi dos millones est¨¢n en paro. Hace 20 a?os, la mayor parte de las mujeres se dedicaban b¨¢sicamente a las actividades dom¨¦sticas, por lo que eran clasificadas como inactivas. El cambio cultural ha favorecido su incorporaci¨®n al mundo laboral, aunque en muchos casos este cambio s¨®lo ha significado pasar de inactivas a paradas (cuadro 2).
5. ?Qu¨¦ diferencia hay entro inactivos y parados?
La frontera entre inactivos y parados es a veces muy borrosa. Un mismo estudiante, por ejemplo, puede ser considerado inactivo o parado, seg¨²n el momento del a?o. Cuando estudia se le considera inactivo. En. verano, si busca empleo activamente y no lo encuentra, es un parado, El cambio fundamental se ha producido en la poblaci¨®n femenina. Una mejor formaci¨®n ha empujado a muchas mujeres a salir de la inactividad. Sorprendentemente, las mujeres que se dedican al trabajo dom¨¦stico son consideradas inactivas, a pesar de que esta actividad ocupa el 70% de su tiempo. En Estados Unidos el trabajo dom¨¦stico representa el 20% del producto interior bruto . (PIB), seg¨²n el premio Nobel de Econom¨ªa Gary S. Becker.
6. ?Por qu¨¦ la econom¨ªa espa?ola no crea empleo?
Esto no es exactamente as¨ª. El hecho de que Espa?a tenga menos empleo que hace 20 a?os no quiere decir que no se hayan creado muchos puestos de trabajo. El problema es que se han destruido muchos m¨¢s de los que se han creado, sobre todo agr¨ªcolas. Entre 1985 y 1995 se crearon 2,2 millones de empleos netos en los sectores no agr¨ªcolas. Pero este incremento ha sido insuficiente para compensar la p¨¦rdida de un mill¨®n de empleos en estos mismos sectores y, sobre todo, para dar acogida a los 2,7 millones de agricultores que han abandonado campo desde 1975. Seg¨²n los profesores Ram¨®n Marim¨®n y Fabrizip Zilibotti, si la disminuci¨®n de empleo en la agricultura espa?ola hubiera seguido una pauta similar a la de Francia, la tasa de desocupados en Espa?a en 1992 habr¨ªa sido del 8,2%, inferior a la media europea de aquel a?o, que fue del 9,5%. Marim¨®n ha precisado que "la generaci¨®n de empleo en los sectores no agr¨ªcolas se asemeja mucho al patr¨®n europeo" (cuadro 3).
7 . ?Por qu¨¦ Portugal tiene mucho menos paro que Espa?a?
Para muchos analistas resulta sorprendente que a pesar de la semejanza de situaciones entre Espa?a y Portugal (ambos pa¨ªses salieron de una dictadura y los dos tienen una elevada proporci¨®n de empleo agrario), el nivel de paro es muy distinto: el 7% en Portugal frente al 21,7% en Espa?a. Marim¨®n y Zilibotti explican las razones de esta diferencia. Por una parte, el ritmo de destrucci¨®n de empleo agr¨ªcola ha sido m¨¢s intenso en Espa?a (5,5%) que en Portugal (2,8%). A su juicio, "Portugal puede haber optado por mantener y desarrollar algunas actividades urbanas poco cualificadas que, actuando como un verdadero amortiguador, han absorbido en gran medida a los trabajadores agr¨ªcolas y asimismo han permitido una tasa de participaci¨®n laboral de la mujer m¨¢s elevada".
8. ?Por qu¨¦ no se reduce el paro aunque se crea empleo?
Aunque actualmente la econom¨ªa espa?ola crea 387.000 empleos netos anuales, seg¨²n la ¨²ltima EPA, su impacto en la reducci¨®n del paro es mucho menor. El problema radica en que cada a?o aumenta la poblaci¨®n activa. Estos buscadores de empleo (332.000 en los ¨²ltimos 12 meses) consumen buena parte de los empleos de reciente creaci¨®n, los cuales, por lo tanto, no sirven para disminuir el paro existente . Esta tendencia puede seguir durante muchos a?os porque la tasa de actividad espa?ola (porcentaje de los activos entre los mayores de 16 a?os) es s¨®lo del 49,8%. Es decir, en Espa?a los activos son 16.039.000 para una poblaci¨®n mayor de 16 a?os de 32.155.170. Si Espa?a tuviese la tasa de actividad europea (55,4%), la poblaci¨®n activa ser¨ªa de 17.800.000. Ello significa que el paro afectar¨ªa a unos cinco millones de personas.
9. ?Cu¨¢l es la mejor manera de medir el paro?
La medida del paro como un porcentaje de la poblaci¨®n activa resulta muy imprecisa. En cambio, si se toma como referencia la tasa de ocupaci¨®n (relaci¨®n entre ocu- pados y mayores de 16 a?os), se obtiene una imagen mucho m¨¢s exacta (v¨¦ase el cuadro 4). As¨ª, la tasa de ocupaci¨®n en Espa?a se sit¨²a en el 39% (es decir, s¨®lo trabajan 39 personas de cada 100 mayores de 16 a?os). En Europa trabajan 49; en Estados Unidos, 61, y en Jap¨®n, 62. Ello significa que la realidad del paro es mucho m¨¢s cruda.
10. Pero el Inem dice que hay un mill¨®n de parados menos...
El Instituto Nacional de Empleo (Inem) da una cifra de desempleo m¨¢s digerible, 2.234.000 parados (1,3 millones menos que la EPA). Economistas estudiosos del mercado laboral como Luis Toharia y Juan F. Jimeno no dudan en dar m¨¢s credibilidad a la EPA. Toharia recuerda que los datos del Inem no son estad¨ªsticos, sino administrativos. La inscripci¨®n como demandante de empleo puede tramitarse s¨®lo para cobrar el subsidio de desempleo. Por otra parte, cuando una persona acude al lnem en busca de trabajo es incluida en los registros como "demandante de empleo", pero no todos los demandantes de empleo son incluidos en el llamado paro registrado. Toharia advierte que hay un proceso de depuraci¨®n de estas listas que es excesivo. "En l995", se?ala, "de los m¨¢s de 10 millones de altas de demandas de trabajo que se produjeron en el Inem, s¨®lo la mitad fueron considerados parados a efectos estad¨ªsticos".
11. ?Por qu¨¦ se da tanta credibilidad a la EPA?
Los datos de la EPA se obtienen tras un cuestionario que se plantea cada trimestre a m¨¢s de 64.000 familias. Ello supone obtener informaci¨®n de unas 200.000 personas. Toharia recuerda que la EPA se viene efectuando desde 1964 y ha sido revisada en varias ocasiones para equipararla a la encuesta realizada en los dem¨¢s pa¨ªses de la Uni¨®n Europea. Los sondeos habituales, como los bar¨®metros de opini¨®n que peri¨®dicamente realiza EL PA?S, se hacen con muestras de 1.200 o 2.500 personas y las macroencuestas electorales recogen informaci¨®n de 20.000 personas. No hay ninguna raz¨®n para pensar que ahora los encuestados son menos sinceros o los funcionarios menos diligentes. No obstante, los expertos consideran que la EPA mide mal el n¨²mero de ocupados. En su opini¨®n, el n¨²mero real de empleados, y por tanto tambi¨¦n el de activos, es superior en un mill¨®n al de la encuesta. Sin embargo, consideran que las cifras de desempleados no est¨¢n muy alejadas de la realidad.
12. ?Cu¨¢ntos empleos se crean ahora de verdad?
Seg¨²n la ¨²ltima EPA, durante los ¨²ltimos 12 meses se han creado 387.240 empleos. No obstante, Luis Toharia considera que los ¨²ltimos cambios en la muestra pueden haber exagerado este dato y que el empleo neto creado deber¨ªa rebajarse en una tercera parte. Porque ahora aflora mucho empleo que antes no se contaba. En cualquier caso, Espa?a es uno de los pa¨ªses de Europa que crean m¨¢s empleo (889.000 empleos netos desde enero de 1994). En el Reino Unido, desde 1993, se han creado 347.000 a tiempo completo y 692.000 a tiempo parcial. Francia cre¨® 125.000 en 1995, pero este a?o no ha creado ninguno. Ale mania sigue perdiendo empleo.
13. ?Todos los empleos que se crean son temporales?
Desde 1998 el n¨²mero de trabaja dores con empleo fijo se ha reducido en unos 200.000. En el mismo periodo el n¨²mero de temporales creci¨® en 1.261.000. Los trabajadores temporales representan un tercio de todos los asalariados y son 3.207.000. Sin embargo, en los ¨²ltimos tres meses se han creado 71.770 empleos fijos y 106.450 temporales.
14. ?Es ¨¦sta una sociedad dividida en tercios: fijos, temporales y parados?
El problema m¨¢s grave que padecen los trabajadores temporales, adem¨¢s de la inseguridad, es la desigualdad salarial. El Banco de Espa?a ha puesto de manifiesto el distinto trato que reciben los fijos a tiempo completo, con subidas salariales pr¨®ximas al 6%, y los asalariados a tiempo parcial, con salarios inferiores, que incluso han sufrido rebajas. Hace unos dos a?os, los economistas Samuel Bentolila y Juan J. Dolado ya advirtieron de los riesgos de esta dualizaci¨®n, cada d¨ªa m¨¢s explosiva. Los expertos consideran que se est¨¢ consolidando una sociedad que divide la poblaci¨®n en fijos, temporales y parados.
15. ?Crear¨ªa m¨¢s empleo la desregulaci¨®n laboral?
La influencia de la regulaci¨®n laboral en el empleo es uno de los aspectos que tienen m¨¢s carga ideol¨®gica. La Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico (OCDE) ha defendido tradicionalmente la tesis de que una mayor flexibilizaci¨®n del mercado de trabajo era la condici¨®n fundamental para crear empleo, aunque ¨²ltimamente ha cambiado su posici¨®n. Un estudio del Centre for Economic Policy Research (CEPR) revela que el mercado de trabajo europeo no es tan escler¨®tico como se cree. El informe se?ala que no hay ninguna experiencia que acredite que los pa¨ªses que han introducido reformas hayan rebajado el desempleo. Cita el ejemplo del Reino Unido, donde las reformas liberales de Margaret Thatcher de 1979 fueron ajenas a los distintos niveles de desempleo. As¨ª, en los a?os sesenta, antes de las reformas, el desempleo se situaba entre el 1% y el 3,5%. En los setenta se situ¨® entre el 3% y el 6%. En 1980, con las liberalizaciones, alcanz¨® el 12,4%. En 1983 cay¨® al 6,8%, en 1990 subi¨® al 10% y ahora est¨¢ en el 7,6%.
16. ?Los salarios son los culplables?
Juan F. Jimeno y Juan J. Dolado han estudiado la evoluci¨®n de los salarios y la productividad en Espa?a y el resto de Europa. Sus conclusiones son que entre 1973 y 1995 en Espa?a los salarios crecieron a un ritmo del 1,9%, mientras que en Europa lo hicieron en un 1,4%. No obstante, en el mismo periodo la productividad creci¨® en Espa?a m¨¢s intensamente, un 2,6%, frente al 2,1% de los pa¨ªses europeos. Conjugando ambas variables, los costes laborales unitarios -lo que mide la productividad- han registrado la misma evoluci¨®n en Espa?a que en la media de Europa: en ambos casos han ca¨ªdo un 0,7%. Por otra parte, todav¨ªa hay diferencias importantes entre los costes de Alemania (31,8 d¨®lares por hora), Francia (19,34), Estados Unidos (17,2), el Reino Unido (13,7) y Espa?a (12,7).
17. ?Y los costes no salariales?
El catedr¨¢tico y ex secretario de Estado de Econom¨ªa Alfredo Pastor considera insuficientes las propuestas de fijar s¨®lo la atenci¨®n en el lado de la oferta. Es decir, las pol¨ªticas que pretenden controlar la inflaci¨®n y el d¨¦ficit, reducir los costes no salariales y desregular el mercado de trabajo. A pesar de esta cautela, Pastor considera importante la reducci¨®n de cotizaciones sociales e impuestos especialmente para los trabajadores no cualificados. Pastor cita un estudio de J. Dreze que calcula que "un volumen de exenciones de cotizaci¨®n equivalente a un 1% del PIB centradas en colectivos con ingresos inferiores a la media permitir¨ªa aumentar el empleo en un 2%, sin incremento de d¨¦ficit". Alfredo Pastor expresa su preocupaci¨®n por la escasa actividad de la demanda interna y advierte que "si la persistencia de pol¨ªticas monetarias antiinflacionistas y de pol¨ªticas fiscales ortodoxas no logra que se reanime el gasto de las econom¨ªas occidentales, tarde o temprano habr¨¢ que pensar en otra cosa".
18. ?El problema son los costes del despido?
Dolado y Jimeno se?alan que el coste del despido en Espa?a ha experimentado un notable aumento. Las indemnizaciones medias han pasado de 4,5 meses en 1981 a 12 meses en 1993. No obstante, Jimeno se?ala que el hecho de que sean altos no es debido a la ley, sino al elevado coste de los tr¨¢mites administrativos.
19. ?Destruyen empleo las nuevas tecnolog¨ªas?
Evidentemente, en un momento determinado y un sector determinado, las nuevas tecnolog¨ªas reducen el empleo. Pero el dise?o de nuevas m¨¢quinas y la creaci¨®n de nuevos servicios tambi¨¦n han generado mucho empleo. El citado estudio del CEPR afirma que no hay ninguna relaci¨®n entre el incremento del desempleo y un mayor o menor ritmo de desarrollo tecnol¨®gico. Cada pa¨ªs reacciona de forma distinta. El estudio se?ala tambi¨¦n que desde principios de siglo la productividad se ha multiplicado por 10 y, en cambio, esto no ha tenido un paralelismo en el desempleo.
20. ?Es una soluci¨®n el reparto del empleo?
El debate de actualidad en Europa plantea la reducci¨®n de la jornada laboral como estrategia para crear empleo. El Parlamento Europeo ya ha aprobado una propuesta inspirada por Michel Rocard que propugna la jornada de 34 horas y que puede crear 10 millones de empleos. El sistema consiste en abaratar las cotizaciones sociales para las empresas con jornadas inferiores a las 34 horas e incrementar el coste en las que superen esta duraci¨®n. El reparto del trabajo ya ha tenido un gran ¨¦xito en Holanda con los contratos a tiempo parcial, que ya representan el 34% del total. En Espa?a, el empleo parcial representa s¨®lo el 7,5% de la poblaci¨®n ocupada.
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