Chirac prepara un cambio de Gobierno para intentar frenar el malestar social

Francia ha alcanzado de nuevo el punto de ebullici¨®n. Como el a?o pasado por estas fechas, un conflicto social ha paralizado el pa¨ªs ante el aplauso o, al menos, la complacencia de la mayor¨ªa de los franceses. La brecha entre gobernantes y gobernados no deja de agrandarse, lo mismo que la impopularidad del presidente, Jacques Chirac, y la de su primer ministro, Alain Jupp¨¦. En plena tormenta, Francia pide una se?al, una reacci¨®n, una palabra de su presidente. Pero Chirac guarda silencio, y con un cambio de Gobierno en la rec¨¢mara prepara un esperado mensaje a los franceses con el que tratar¨¢ de retomar la iniciativa.Chirac habl¨® a los franceses por ¨²ltima vez el pasado 14 de julio. Su mensaje fue de relativa esperanza. Dijo que la dur¨ªsima reacci¨®n de los sindicatos contra a reforma de la Seguridad Social, la larga huelga de los ferroviarios, las dudas sobre el franco, hab¨ªan quedado atr¨¢s. "Hay que mantener el rumbo afirm¨®. Pero, casi cinco meses despu¨¦s, han regresado todos los fantasmas: la Seguridad Social vuelve a acumular una deuda de 1,2 billones de pesetas, los camioneros han bloqueado Francia durante 12 d¨ªas, y gente tan significada como el ex presidente Giscard y algunos consejeros del Banco de Francia piden que el franco se deval¨²e para insuflar un poco de crecimiento a una econom¨ªa casi estancada.
Hace un mes, Chirac ten¨ªa el prop¨®sito de comparecer a finales de noviembre ante las c¨¢maras de televisi¨®n para hacer balance del ¨²ltimo a?o y confirmar a Alain Jupp¨¦ como jefe del Gobierno. Casi simult¨¢neamente, iba a cambiar algunos ministros para dar entrada en el Gabinete a personalidades independientes y partidarios de ?douard Balladur (principalmente Nicolas Sarkozy en el Ministerio de Finanzas), con el fin de cerrar por fin la divisi¨®n que las elecciones presidenciales abrieron en las filas conservadoras.
Pero es muy dudoso que baste retocar el Gobierno para que ¨¦ste recupere la credibilidad. Alain Jupp¨¦, al que Chirac no consigue encontrar un sustituto, permanece como simple mal menor. Y eso se nota. Por otra parte, el balance que puede presentar el presidente es forzosamente malo. Las buenas cifras de la balanza comercial pesan muy poco ante la falta de crecimiento econ¨®mico, la necesidad de recurrir a trampas contables para maquillar el d¨¦ficit, el r¨¢pido agravamiento del paro, el cerco judicial en torno a la financiaci¨®n irregular del RPR (el partido gaullista) y la sensaci¨®n generalizada de que el Gobierno no sabe qu¨¦ hacer. Y, en fin, se mantiene un gran problema de fondo: Francia, el pa¨ªs del Estado-rey, no consigue digerir el liberalismo imperante en el mundo.El varias veces ex ministro Charles Pasqua, uno de los barones hist¨®ricos del gaullismo, declar¨® hace unas semanas que Francia estaba "en l788", es decir, en v¨ªsperas de" una revoluci¨®n. El director del diario conservador Le Figaro, FranzOlivier Giesbert, afirmaba ayer en primera p¨¢gina que Francia, "col¨¦rica, amarga y corporativa", se hab¨ªa convertido en "el pa¨ªs m¨¢s ingobernable de Europa".
A un a?o y medio de las elecciones legislativas, los sondeos pronostican un resultado muy igualado entre derecha (gaullistas y liberales) e izquierda (socialistas y comunistas). Pocos creen que Jupp¨¦ sea capaz de llevar a la victoria a los conservadores, pero Chirac no le encuentra alternativas. ?Philippe S¨¦guin? Se opone a Maastricht y a la pol¨ªtica econ¨®mica del franco fuerte. ??douard Balladur? Su traici¨®n no ha sido perdonada. ?Un gran empresario gaullista como Jer¨®me Monod? Es un desconocido para el gran p¨²blico. Chirac tiene poco margen de maniobra, pero se le exige una reacci¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.