Los v¨ªdeos, en la picota

Si hay algo que tienen claro las autoridades brit¨¢nicas es que la pieza m¨¢s dif¨ªcil de controlar en el engranaje del mercado audiovisual son los v¨ªdeos. Las pel¨ªculas que se proyectan en salas comerciales llevan una calificaci¨®n de edad que los acomodadores procuran que se respete con todo el rigor posible en un pa¨ªs donde no existe el carn¨¦ de identidad. Pero los v¨ªdeos que alquila el padre, la madre, o el hermano mayor son vistos a menudo tambi¨¦n por los m¨¢s peque?os de la familia. Este hecho ha decidido a los censores brit¨¢nicos a no darle el correspondiente certificado de difusi¨®n al v¨ªdeo de Asesinos natos, pese a que la pel¨ªcula lleg¨® a estrenarse en el Reino Unido. Por la misma raz¨®n, Reservoir dogs y Pulp fiction de Tarantino, sufrieron un largo calvario antes de llegar a los videoclubes. La conducta de las autoridades se basa, en parte, en un estudio sobre el impacto negativo de los v¨ªdeos violentos en la conducta infantil elaborado en 1994 por Elizabeth Newson, jefa de la unidad de desarrollo infantil de la Universidad de Nottingham. El punto de partida de todo el informe, avalado por opiniones de 25 especialistas, era el caso Bulger, el peque?o de dos a?os asesinado en un suburbio de Liverpool por dos ni?os de 10 a?os. Durante el juicio de los dos peque?os asesinos de James Bulger, en noviembre de 1993, se supo que el padre de uno de los acusados, Jon Venables, hab¨ªa alquilado en una pel¨ªcula truculenta, El mu?eco diab¨®lico, cuya influencia en la tragedia ning¨²n especialista se atrevi¨® a medir. Al a?o siguiente, sin embargo, los psic¨®logos brit¨¢nicos pidieron perd¨®n por su falta de perspicacia. Los criterios, sin embargo, siguen siendo err¨¢ticos.