El Reino Unido aplica al cine y la televisi¨®n la censura m¨¢s rigurosa de Europa
Lenguaje soez y escenas violentas son cortados para su exhibici¨®n p¨²blica
Robocop, el violento polic¨ªa mitad humano, mitad robot, modera su lenguaje cuando sale en la BBC. Filmes como Mentiras Arriesgadas o Arma letal II aparecen en los cines brit¨¢nicos descargados de las secuencias m¨¢s violentas, y un Ayuntamiento de Londres no ha dudado en prohibir, antes que los censores oficiales, una pel¨ªcula como Crash, estrenada sin problemas en Espa?a. "Tenemos la legislaci¨®n m¨¢s dura de Europa en la materia" opina Nigel Wingrove, un director aficionado que acaba de perder en el Tribunal de Estrasburgo su batalla contra la censura brit¨¢nica.
El Reino Unido se considera a s¨ª mismo un pa¨ªs tolerante que ama las tradiciones y respeta la diferencia. Pero cuando tolerancia y tradici¨®n chocan, "la tradici¨®n gana siempre", opina Wingrove. ?C¨®mo se explica si no que su min¨²scula aportaci¨®n a la historia del cine, Visiones del ¨¦xtasis, un corto de 18 minutos con im¨¢genes tan irreverentes como inocuas de santa Teresa y Jesucristo haya sido prohibido? "Me top¨¦ con la Iglesia de Inglaterra, es decir, con la tradici¨®n, uno de los dos grandes tab¨²es nacionales. El otro es el sexo", aclara el director amateur de 39 a?os, convertido por azares del destino en distribuidor de pel¨ªculas er¨®tico-truculentas.El peso de la tradici¨®n, en forma de ley de la blasfemia, vigente desde tiempo inmemorial en Inglaterra y Pa¨ªs de Gales, aunque s¨®lo se ha aplicado tres veces este siglo, cay¨® fulminante sobre su pel¨ªcula en 1989. "Era una obra mala, no lo niego, pero nunca pens¨¦ que llegar¨¢n a prohib¨ªrmela". As¨ª es que Wingrove se dispuso a dar la batalla y llegar hasta el final en defensa de la libertad de expresi¨®n. El final era el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, pero su caso lleg¨® en mal momento. El lunes 25 de noviembre y contra todo pron¨®stico, el tribunal le dio la raz¨®n al Gobierno brit¨¢nico. "Es pura pol¨ªtica. Se ve¨ªa venir. Prefirieron evitar otra humillaci¨®n para el Reino Unido. Menos mal que al menos he conseguido vender el corto a bastantes pa¨ªses". Wingrove reconoce que no le hubiera sorprendido que la Junta de Clasificaci¨®n de Pel¨ªculas le hubiera obligado a cortar una escena particularmente delicada. "Es la secuencia del ¨¦xtasis sexual de santa Teresa, tendida sobre Jesucristo en la Cruz".
Despu¨¦s de todo, la Junta maneja con destreza las tijeras y son muchas las pel¨ªculas que se han exhibido incompletas. Puede que ¨¦ste sea al final el caso de Crash. Aunque su director, el canadiense David Cronenberg, ha advertido ya que no est¨¢ dispuesto a aceptar mutilaciones en una pel¨ªcula que, por otra parte, muestra demasiadas. Crash lleva un mes en manos de los censores brit¨¢nicos y nadie sabe cu¨¢l ser¨¢ el veredicto final. De momento, su estreno a principios de mes en el Festival de Cine de Londres provoc¨® una reacci¨®n en cadena. La ministra de Cultura, Virginia Bottomley, reclam¨® su inmediata prohibici¨®n mientras el director del filme, David Cronenberg, intentaba defenderlo como una obra de arte. "No es una pel¨ªcula violenta como Braveheart y la gente que la ve no sale decidida a estrellarse con el coche".
Basada en la novela del mismo t¨ªtulo del escritor brit¨¢nico J. G. Ballard, Crash cuenta la historia, bastante rebuscada por otra parte, de una serie de individuos que encuentran extraordinariamente excitantes los accidentes de coche. En 1973, cuando se public¨®, alg¨²n cr¨ªtico calific¨® Crash como "el libro m¨¢s repulsivo con el que me he tropezado en la vida". Otro tanto ha ocurrido con la pel¨ªcula. The Daily Mail, un diario que resume en cierto modo el estado de opini¨®n de la Inglaterra profunda, ha llevado adelante una verdadera campa?a de denuncia. Su cr¨ªtico de cine, Christopher Tookey, sostiene, en l¨ªnea con muchos psic¨®logos, que las im¨¢genes del celuloide tienen inmediato efecto en la audiencia que tiende a copiar lo que ve en ellas. Tookey cita ejemplos para avalar su tesis. Unos chavales violaron hace a?os a una mujer mientras tarareaban como si todo fuera un juego Cantando bajo la lluvia, imitando al perverso protagonista de La naranja mec¨¢nica. Stanley Kubrick, director del filme, impidi¨® entonces que se estrenara en el Reino Unido. M¨¢s recientemente, recuerda The Daily Mail, el mal ejemplo de Asesinos natos se sald¨® con un asesinato cometido en Francia por dos adolescentes que quer¨ªan imitar a los protagonistas de la pel¨ªcula.
Otros medios
Pero el celo censor de las autoridades brit¨¢nicas no se limita al arte de masas y penetra de vez en cuando en territorios minoritarios. Hace unos meses, una galer¨ªa de Londres subvencionada con dinero p¨²blico, la Hayward, retir¨® una fotograf¨ªa "improcedente" de una exposici¨®n dedicada a la obra de Robert Mapplethorpe, que, por otra parte, no acept¨® visitantes de menos de 18 a?os. Y un libro de c¨®mics para adultos del dibujante norteamericano Robert Crumb, una aut¨¦ntica celebridad internacional, permaneci¨® un a?o retenido por los aduaneros brit¨¢nicos, que lo encontraron "obsceno".El pasado verano, un tribunal de Uxbridge, al este de Londres, les oblig¨® a revocar su decisi¨®n. El juez que fall¨® a favor del creador de Mister Natural hizo hincapi¨¦ en que el libro secuestrado era una obra de arte para adultos y no se le pod¨ªa juzgar con los mismos criterios que a un libro de cuentos infantiles. Muchos, como Nigel Wingrove, creen que ah¨ª reside precisamente el error. "La censura es correcta cuando se aplica a materiales para ni?os, pero los adultos, francamente, podemos cuidarnos solos".
Babelia
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