Y Poyet mir¨® al cielo
Seis meses y 20 d¨ªas despu¨¦s las gradas de La Romareda vibraron. Seis meses y 20 d¨ªas despu¨¦s el Zaragoza, por fin, consigui¨® una victoria en su estadio. Donde estaba prohibido disfrutar, sonreir incluso. A los 33 minutos, Poyet, el mejor cabeceador de la Liga, cuatro goles ha conseguido desde el aire, bat¨ªa al Oviedo, destrozaba el mal fario y lanzaba su mirada al cielo, en memoria de Solans, el presidente fallecido, cuya butaca del palco, estaba cubierta por un enorme ramo de flores, depositado all¨ª por las pe?as.Bebeto no tuvo que arrepentirse. Pidi¨® disculpas de antemano. "Que me perdone la afici¨®n del Depor si marco un gol", dijo. Pero se qued¨® con las ganas. Ni marc¨® Bebeto ni lo hizo nadie en un Sevilla que, curiosamente, no sabe lo que es conseguir un m¨ªsero punto desde que lleg¨® el brasile?o. Una casualidad. El caso es que Bebeto se hab¨ªa mostrado dispuesto a apuntarse a esa moda que nos invade: la de pedir perd¨®n tras un gol. Moya, Suker o Caminero convirtieron en arrepentimiento su felicidad. Martins, autor del tanto del Deportivo en Sevilla, lo celebr¨® a lo grande, lo que a este paso acabar¨¢ resultando algo ins¨®lito. Ansuategui, el obediente. En un partido lleno de sentimiento, de congoja, con la mirada de todos sobre ese sill¨®n vac¨ªo, el ¨¢rbitro, Ansuategui, puso la nota m¨¢s penosa, al saltar al c¨¦sped sin el brazalete negro que el resto de protagonistas portaban. Pero peor a¨²n fue la raz¨®n que adujo para justificarse. "Porque nadie de la federaci¨®n me ha dicho que debiera llevarlo", se?al¨®. Quiz¨¢ pensaba que de haberlo hecho le hubieran castigado por desacato, por desobedencia, por respetar un luto que ni ¨¦l ni algunos de sus compa?eros, han respetado.
Los que tienen la soga al cuello. No se dejan de escuchar ruidos de sables. Que andan bien afilados. Como preparados est¨¢n muchos cadalsos, con la soga bailando a¨²n sin due?o, pero con aspirantes. Basta visitar Sarri¨¢ para comprobarlo, con Carcel¨¦n subiendo los escalones. 0 El Molin¨®n, donde no paran de aperecer pancartas contra Floro. Y en Santiago se relame el verdugo, con Caneda poco dispuesto a aguantar m¨¢s a V¨¢zquez. 0 mucho cambian las cosas o los tres acabar¨¢n siendo v¨ªctimas de lo de siempre: del gol que no entra, de la derrota, del f¨²tbol en su versi¨®n m¨¢s amarga.
Alc¨¢zar descubre nuevas celebraciones. Pues s¨ª que result¨® espectacular el estreno de Alc¨¢zar como goleador del Rayo. No hab¨ªa hecho un solo tanto en la Liga, ni en ¨¦sta ni en las tres anteriores, y logr¨® dos de una tacada en Tenerife, lo que le vali¨® a su equipo el triunfo y a ¨¦l una felicidad cercana al ¨¦xtasis. Eso demostr¨® al menos en la celebraci¨®n del segundo de ellos, que dedic¨® a su hija reci¨¦n nacida. Pero lejos de hacerlo con el m¨¦todo Bebeto, el de mecer una imaginaria cuna, lo hizo con uno que bien podr¨ªa llamarse mam¨®n, pues se llev¨® el dedo pulgar a la boca y a chuparlo que se dedic¨®.
El refer¨¦ndum del calz¨®n. Est¨¢ dem¨®crata el Sporting, de eso no hay duda. Que vestir¨¢ calz¨®n azul a partir de la pr¨®xima campa?a. As¨ª lo decidieron sus accionistas en un original refer¨¦ndum. Claro que no parece que a la mayor¨ªa de aquellos les importara un pimiento el asunto. M¨¢s que nada porque de los 7.000 que deb¨ªan decidir la est¨¦tica del club en el futuro s¨®lo se retrataron 1.600 que optaron, eso s¨ª, por desterrar el blanco.
Menos goles que nunca. Mucha Liga de las estrellas pero la jornada quedar¨¢ en la historia como la m¨¢s paup¨¦rrima de todas. Porque la taca?er¨ªa rematadora adquiri¨® tintes desoladores. 17 goles se marcaron, lo que supone un r¨¦cord negativo en lo que se lleva de competici¨®n. S¨®lo resta esperar que el Bar?a y el Extremadura, aunque en este caso el asunto se antoja complicado, dados los antecedentes, maquillen tan mojigato registro.
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