Georges Duby, luces medievales
Este grandioso historiador que ha fallecido el 3 de diciembre en Francia evoca nada menos que las luces de la Edad Media.. S¨ª, las luces. Y, sin embargo, supuso una revoluci¨®n. Porque hasta Duby, sus maestros y sus iguales se refer¨ªan s¨®lo a las luces cuando se trataba del mensaje dirigido al conjunto de Europa por los fil¨®sofos del siglo XVIII. Hasta 1950 era frecuente encontrar en los manuales escolares la expresi¨®n "la larga noche de la Edad Media". El mundo medieval era sencillamente la barbarie.Con la valoraci¨®n cient¨ªfica y po¨¦tica de las riquezas luminosas que han desfilado por Francia desde el siglo IX hasta el XIII, el pasado que nos fue restituido no es s¨®lo el de una sociedad feudal, incre¨ªblemente organizada en los tres ¨®rdenes, tan apreciados por Dum¨¦zil, del sacerdote, el guerrero y el campesino. Es el de la asombrosa ambici¨®n y genio arquitect¨®nico de los constructores de catedrales. Cuando en 1976 se public¨® la gran obra de Georges Duby, El tiempo de las catedrales, fue como si Europa entera se enriqueciera con un pasado nuevo y un patrimonio resplandeciente. En lo que a m¨ª respecta, gracias a Duby, gracias a su libro, defin¨ª al pueblo franc¨¦s como el pueblo constructor de catedrales y autor de la revoluci¨®n.
?C¨®mo es posible ser tan moderno hablando s¨®lo de la tradici¨®n? ?Tan actual evocando s¨®lo el pasado? ?Tan ¨¢vido de las pasiones, de los placeres y de la literatura aunque inmerso en los archivos? Ese fue el secreto de este universitario - tan riguroso, de este humanista tan ecl¨¦ctico y, sobre todo, de este hombre tan accesible. Ha superado con facilidad todas las etapas que conducen hasta la cima, es decir, hasta el College de France y las diferentes Academias. Logr¨® el ¨¦xito en todo lo que acometi¨® en los campos de la historia, de los retratos o de las reflexiones sobre el arte. Recordemos unas cuantas obras que se han convertido en cl¨¢sicas: El domingo de Bouvines; Los procesos de Juana de Arco; El a?o Mil; Los tres ¨®rdenes o el imaginario del feudalismo...
A alguien que hoy quisiera conocer a Georges Duby le aconsejar¨ªa para el disfrute erudito sus obras recientes sobre las Damas del siglo XII. Pero si se trata de introducirse en el gran proyecto del historiador, hay que leer un texto corto y magistral: su lecci¨®n inaugural en el Coll¨¦ge de France (1970). En este texto, habla de su b¨²squeda de la confluencia de la historia de las sociedades y de la historia de las actitudes. Es ah¨ª donde anuncia su definici¨®n del universo feudal: "El poder absoluto de los lazos entre los que los individuos y los grupos se encuentran insertados en cuerpo y alma". Siempre con aquellos que rezan, aquellos que combaten y aquellos que trabajan.
He coincidido a menudo con Georges Duby, un universitario que se ubicaba en la izquierda, un historiador que supo ver en las religiones medievales una especie de progresismo antes de tiempo, un "hombre honesto" amante del arte y de los placeres. Practicaba un pesimismo con clase, un escepticismo culto y un diletantismo erudito. Era muy de su tierra. Francia ha brillado por sus escritores. Y por sus moralistas. Y por sus fil¨®sofos. Y por sus novelistas. Desde 1950, tiene una repercusi¨®n internacional gracias a sus historiadores. Sus escuelas: los Anales; los estudios superiores; la especialidad de Humanidades. Maestros-fundadores: Marc Bloch y Lucien Febvre. La historia francesa ha despertado el inter¨¦s internacional a trav¨¦s de la rehabilitaci¨®n de la Edad Media. Los dos grandes: Georges Duby y Jacques Le Goff. Gracias a hombres como Georges Duby ya no podemos hablar de la larga noche de la Edad Media". Es uno de estos historiadores que han convertido en ciencias luminosas la gran intuici¨®n de Victor Hugo, con Nuestra Se?ora de Par¨ªs, y la enorme fuerza creadora de Michelet, con Proceso de Juana de Arco.
Babelia
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