El Gobierno dise?a un plan para evitar el "despilfarro" de los funcionarios

El ajuste presupuestario llega a los ministerios. Econom¨ªa y Hacienda acaba de lanzar un plan de austeridad que pretende encorsetar los gastos superfluos a sus 50.000 funcionarios y ser "el espejo" para los dem¨¢s. En la Administraci¨®n que quiere el PP se pondr¨¢n l¨ªmites a las llamadas oficiales de los empleados y m¨¢s problemas a las privadas, cuyas facturas deber¨¢n ser pagadas por ellos. Habr¨¢ menos tel¨¦fonos m¨®viles y m¨¢s comunicaciones por fax, m¨¢s baratas. Se controlar¨¢n las fotocopias, la prensa, la luz y hasta los sobres. El Gobierno cree que as¨ª ahorrar¨¢ 4.000 millones de pesetas e invertir¨¢ "una tendencia despilfarradora".

Este plan de austeridad ha surgido de la vicepresidencia econ¨®mica del Gobierno "como una locomotora que arrastrar¨¢ a otros departamentos", seg¨²n fuentes del Ejecutivo. Los ministerios de Fomento y de Administraciones P¨²blicas trabajan en la misma l¨ªnea, pero han sido m¨¢s modestos en sus pretensiones. La finalidad de este proyecto no es tanto ahorrar mucho dinero como "invertir una tendencia de gastar de manera inmoderada y volver a ser austeros", seg¨²n los m¨¢ximos responsables de la idea. S¨®lo en un ministerio, el de Econom¨ªa y Hacienda, hay unos 50 altos cargos que disponen de tel¨¦fono m¨®vil. Los autores del plan han comenzado por solicitar un inventario global de esos artilugios, contratados todos con Telef¨®nica. El siguiente paso ser¨¢ reclamar una oferta alternativa a Airtel, su competidora. Luego, se restringir¨¢ su concesi¨®n ¨²nicamente a los ministros, los secretarios de Estado y algunos miembros de sus gabinetes o escoltas.

S¨®lo los ministros y los secretarios de Estado estar¨¢n tranquilos al efectuar llamadas privadas desde sus m¨®viles. No las pagar¨¢n ellos. El resto, s¨ª. La facturaci¨®n detallada que permiten los nuevos sistemas telef¨®nicos facilitar¨¢ ese control.

Esos sistemas digitales, instalados ya en las centralitas de la mayor¨ªa de los grandes ministerios, servir¨¢n precisamente para establecer distintas "categor¨ªas de tr¨¢fico" de las llamadas telef¨®nicas de todos los funcionarios. Por ejemplo, s¨®lo se permitir¨¢n las llamadas interprovinciales a los de m¨¢s alto nivel (29 y 30) y las internacionales a algunos de ellos, seg¨²n la naturaleza de su puesto de trabajo. Otras medidas disuasorias ser¨¢n potenciar el paso de llamadas por las centralitas, los candados electr¨®nicos o manuales de algunos aparatos y la instalaci¨®n de m¨¢s tel¨¦fonos p¨²blicos.

Llamadas particulares

A cada funcionario, seg¨²n su empleo, se le ha calculado un l¨ªmite de tiempo y un importe m¨¢ximo para su factura telef¨®nica. Rebasado ese tope, o se justifica con razones oficiales el exceso o se le remite un escrito con el dinero que debe abonar por sus conversaciones particulares. Hasta ahora no ha habido problemas para cobrar esos recibos. La Administraci¨®n que quiere el PP potenciar¨¢ el fax frente al tel¨¦fono. Porque el primero puede cumplir las dos funciones, al discriminar las llamadas; porque evita la duplicidad de documentos a trav¨¦s de los correos ordinarios y, sobre todo, porque es m¨¢s barato. Cada hoja de fax tarda en transmitirse entre 30 y 45 segundos y supone un coste de entre 40 y 60 pesetas. Una llamada normal media de tres minutos significa un gasto de 160 pesetas.