"Es muy dif¨ªcil ser liberal en Francia"
Fran?ois L¨¦otard (Cannes, 1942) es presidente del Partido Republicano y, desde hace unos meses, de la coalici¨®n Uni¨®n para la Democracia Francesa (UDF). Sucede a Val¨¦ry Giscard d'Estaing como l¨ªder de la derecha no gaullista y es uno de los grandes presidenciables para la pr¨®xima d¨¦cada. L¨¦otard reconoce que "es muy dif¨ªcil ser liberal en Francia", un pa¨ªs tremendamente apegado al Estado, la gran Administraci¨®n y el intervencionismo p¨²blico, pero a?ade: "Es dif¨ªcil, pero hay que serlo". Ex novicio en un monasterio, ex ministro de Cultura y de Defensa, alcalde de Fr¨¦jus como lo fue su padre y "profundamente mediterr¨¢neo", L¨¦otard viaja hoy a Espa?a para entrevistarse con y hablar de la construcci¨®n europea, su obsesi¨®n. "La resistencia francesa al liberalismo tiene ra¨ªces hist¨®ricas", explica, "porque Francia se cre¨® en tomo a un Estado, con el apoyo de una Administraci¨®n muy desarrollada. Para los franceses, la naci¨®n es sobre todo un Estado y una Administraci¨®n, y eso hace que nos cueste aceptar los principios liberales". Los franceses pueden sentirse liberales al votar: la UDF obtuvo un 19% de los votos en las generales de 1993. Pero reaccionan violentamente contra las reformas liberalizadoras.
L¨¦otard admite que los principios liberales que inspiran hoy a la Uni¨®n Europea son "una de las razones por las que la idea de la construcci¨®n de Europa ha perdido impulso en Francia. Los franceses", dice, "creen que Europa impone el desmantelamiento de todos sus sistemas de protecci¨®n: el Estado, la seguridad social, las empresas y servicios p¨²blicos... Hay que convencerles de que la apertura de fronteras es buena para un pa¨ªs que es el cuarto exportador mundial. La supresi¨®n de los controles sobre los precios decidida en 1986 no ha provocado inflaci¨®n, como tem¨ªan muchos, sino al contrario. Cuando hay coraje para aplicar las soluciones liberales, ¨¦stas dan resultado".
Defender la cultura europea
Las convicciones liberales de L¨¦otard s¨®lo se tambalean cuando habla de cultura: "El liberal que soy, favorable al mercado, se enfrenta al europeo que soy, apegado a una cultura y un modo de vida que se ven a veces amenazados por ese mismo mercado. La invasi¨®n cultural norteamericana llega por la industria del entretenimiento, y no por la v¨ªa de las ideas. Prefiero no hablar de proteccionismo, porque eso implica una actitud defensiva, y yo creo que Europa deber¨ªa contraatacar. ?Por qu¨¦ no creamos los europeos un canal para EE UU? Si ellos nos env¨ªan Starsky y Hutch, devolv¨¢mosles Beethoven. Hag¨¢moslo juntos y no por separado". El fundador de la UDF, el ex presidente Giscard, lanz¨® hace dos semanas un inesperado ataquecontra la pol¨ªtica del franco fuerte. Giscard, uno de los creadores del Sistema Monetario Europeo, cree que la sobrevaloraci¨®n de las monedas europeas respecto al d¨®lar frena el crecimiento y crea desempleo. "El problema no est¨¢ en la paridad del franco respecto al marco, perfectamente s¨®lida y basada en realidades econ¨®micas. El problema radica en que el d¨®lar est¨¢ muy bajo. Pero la soluci¨®n no puede buscarse pa¨ªs por pa¨ªs, ni debe abordarse ahora, porque complicar¨ªa la uni¨®n monetaria. Hay que esperar", declara L¨¦otard, "al d¨ªa siguiente de la creaci¨®n del euro". Cree adem¨¢s que hay que hacer un esfuerzo de comprensi¨®n hacia los alemanes: "El latino que soy yo mismo debe entender que los alemanes relacionan la inflaci¨®n con el nazismo y la guerra". Pero exige de Alemania la misma buena voluntad hacia las econom¨ªas mediterr¨¢neas y afirma que no es razonable "seguir obsesionado con la inflaci¨®n cuando ¨¦sta ya no existe". "El euro ha de ser fuerte, pero debe integrar la preocupaci¨®n por el crecimiento", dice.
Un asunto que inquieta a Fran?ois L¨¦otard es la reforma militar emprendida en pa¨ªses como Francia y Espa?a. El l¨ªder liberal es partidario del servicio militar obligatorio y no ha aplaudido, por tanto, la profesional¨ªzaci¨®n completa decidida por Jacques Chirac. Pero lo que rechaza tajantemente es "la toma de decisiones unilaterales en este terreno.Ya s¨¦ que puede chocar a los franceses y los espa?oles, pero las cuestiones defensivas han dejado de ser totalmente nacionales y hay que coordinarlas con los socios".
L¨¦otard cree que habr¨ªa que consultar a los j¨®venes europeos para saber c¨®mo quieren participar en las tareas de seguridad e intervenci¨®n humanitaria en el exterior, y reclama para militares europeos los mandos estrat¨¦gicos de la OTAN en el continente. Tambi¨¦n opina que la Uni¨®n Europea Occidental deber¨ªa convertirse en un aut¨¦ntico instrumento para la defensa europea: "No hay ninguna seguridad de que EE UU vaya a velar siempre por nosotros. El mundo del pr¨®ximo siglo ser¨¢ multipolar, y experiencias dolorosas como la de la ex Yugoslavia deber¨ªan ense?arnos a asumir nuestras responsabilidades".
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