El Supremo serbio da la raz¨®n a Milosevic
El rechazo por el tribunal supremo serbio de las reclamaciones de fraude electoral planteadas por la oposici¨®n a?adi¨® ayer incertidumbre al desenlace del sostenido pulso entre el presidente Slobodan Milosevic y la calle, ya en rumbo de colisi¨®n. Entre presagios de una inminente confrontaci¨®n con las fuerzas de seguridad del r¨¦gimen, decenas de miles de personas se volvieron a manifestar en belgrado y otras ciudades. En la capital serbia, el dirigente opositor Vuk Draskovic acus¨® encendidamente al jefe del estado de manipular a los jueces y areng¨® a una multitud compacta de manifestantes diciendo: "Milosevic ha perdido toda su legitimidad y no pararemos hasta derrocarle".
ENVIADO ESPECIAL La decisi¨®n judicial, confirmada anoche por la Comisi¨®n Electoral, a?ade gasolina a una crisis iniciada hace tres semanas como una protesta electoral y transformada despu¨¦s en una creciente revuelta c¨ªvica en Serbia. En medios opositores se considera que la resoluci¨®n del Supremo, cuya obediencia pol¨ªtica ha sido denunciada en d¨ªas pasados por algunos de sus miembros, significa que Milosevic ha decidido por el momento ignorar la exigencia de Estados Unidos para que negocie con sus adversarios pol¨ªticos, una salida democr¨¢tica. En una conferencia de prensa a ¨²ltima hora de ayer, la Comisi¨®n Electoral atribuy¨® la victoria de las elecciones de noviembre en Belgrado al gobernante Partido Socialista Serbio (PSP) y a sus aliados de la Izquierda Unida Yugoslava IUY), a pesar de las reclamaciones por fraude presentadas ante el Tribunal Supremo por la oposici¨®n. "El SPS y la IUY ganaron 66 esca?os; Zajedno [la coalici¨®n opositora],32; el Partido Radical Serbio, 10, y el Partido Democr¨¢tico de Serbia, 2", asegur¨® el presidente de la citada comisi¨®n, Radomir Lazareviuc.
La confusi¨®n sobre el alcance del pronunciamiento legal del Supremo, comunicado a la coalici¨®n Unidos seg¨²n sus asesores jur¨ªdicos, fue sin embargo la nota dominante en esta guerra de nervios durante todo el d¨ªa, atizada por informaciones sobre refuerzos policiales llegados a Belgrado y por declaraciones oficiosas con el sello de Washington.
Kati Marton, esposa del diplom¨¢tico estadounidense Richard Holbrooke, interlocutor privilegiado de Milosevic, dijo anoche en la capital serbia, donde se ha entrevistado largamente con el acosado presidente, que "la decisi¨®n del Supremo puede ser revocada", pero se neg¨® a dar otras explicaciones.
La coalici¨®n Zajedno (Unidos) reclam¨® tras la segunda ronda de los comicios locales del 17 de noviembre 60 de los 110 esca?os de Belgrado. Su victoria en la capital y en otras ciudades importantes fue reconocida inicialmente por el partido socialista gobernante, ex comunista. Pero la comisi¨®n electoral, controlada por el poder, decidi¨® anular las elecciones alegando irregularidades inespec¨ªficas y, tras una tercera vuelta, otorg¨® finalmente el triunfo a los hombres de Milosevic.
El Tribunal Supremo estudi¨® durante el pasado fin de semana las reclamaciones opositoras de fraude en 46 colegios de la capital. Su decisi¨®n de mantener la victoria gubernamental fue condenada ayer abiertamente por el colegio de abogados de Serbia.
La uni¨®n o no de los trabajadores esta semana a la revuelta civil contra el r¨¦gimen autoritario de Milosevic se considera decisiva en medios pol¨ªticos para decidir el desenlace del pulso actual, en el que el poder y la calle parecen a punto de utilizar sus ¨²ltimas municiones. La desarticulaci¨®n de los sindicatos serbios, sin embargo, hace dif¨ªcil un movimiento significativo en este sentido. Muchos trabajadores que simpatizan con la protesta callejera admiten no estar dispuestos a arriesgar sus 15.000 pesetas mensuales por unirse a una oposici¨®n en la que finalmente no conf¨ªan.
Bajo control estatal
"Los sindicatos est¨¢n bajo control estatal", explica el profesor de la Universidad de Belgrado MIadjan Dinkic. "El desplome econ¨®mico del pa¨ªs debido a la guerra en Bosnia y las sanciones internacionales ha puesto en algunas empresas a ocho de cada diez trabajadores en la calle, en una especie de vacaciones pagadas, con cinco o seis mil pesetas al mes. En estas condiciones es muy dif¨ªcil articular una protesta. La suerte de Milosevic en estas circunstancias es que haya tal cantidad de gente en su casa, en lugar de en las f¨¢bricas". Simult¨¢neamente, sin embargo, los expertos consideran que el l¨ªder serbio depende umbilicalmente de la ayuda econ¨®mica exterior para sobrevivir a corto plazo. En otras circunstancias, este 14 de diciembre Yugoslavia (Serbia y Montenegro) deber¨ªa haber reingresado en el Fondo Monetario Internacional (FMI). Pero tras el fraude electoral y la oleada de protestas populares, Washington ha vetado la reincorporaci¨®n y Belgrado permanece de nuevo en el limbo de las instituciones crediticias mundiales. Escocida, incluso la Rep¨²blica de Montenegro, el sometido socio serbio de 600.000 almas, se ha atrevido a calificar de forma oficial de "absolutamente antidemocr¨¢tico" el comportamiento de Milosevic.
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