La crisis de Zaire saca a la luz graves fallos en la actuaci¨®n de las ONG
La organizaci¨®n no gubernamental (ONG) M¨¦dicos sin Fronteras (MSF) de B¨¦lgica lleg¨® a Gisenyi, cerca de Goma, en la frontera de Ruanda con Zaire, con un fara¨®nico plan para la repatriaci¨®n de 700.000 refugiados hutus. Financiaci¨®n prevista: 12 millones de d¨®lares (m¨¢s de 1.500 millones de pesetas). Duraci¨®n del proyecto: un mes. "Esa desorbitada cifra representa la mitad del presupuesto de nuestro Gobierno", dice C¨¦lestin Kayitare, principal consejero del ministro ruand¨¦s de Sanidad. La crisis de los refugia dos del este de Zaire, y la paralela de Ruanda- causa y efecto de la anterior-, han sacado a la luz graves fallos en la actuaci¨®n de las organizaciones humanitarias.
"La realidad posterior demostr¨® que los refugiados regresaron a sus casas en s¨®lo cuatro d¨ªas, no en un mes, y que la operaci¨®n cont¨® con la participaci¨®n de mucha gente, no s¨®lo de MSF de B¨¦lgica. ?Qu¨¦ hacen ahora con ese dinero?, se pregunta Kayitare. "A nosotros, desde luego, no nos lo da"'. Milagros Font, responsable de las cuentas de MSF en Ruanda, responde: "Cuando un proyecto concreto ha quedado superado y el dinero procede de un gran donante (Gobiernos, instituciones o la Uni¨®n Europea), se le da una alternativa. Si ¨¦ste lo rechaza, se devuelve la donaci¨®n". "No es s¨®lo un problema de las ONG. Es un problema de los Gobiernos y de los mismos medios de comunicaci¨®n", afirma una fuente diplom¨¢tica de Kigali, que reclama el anonimato. "Los Estados creen que con dar el dinero a las ONG finaliza toda su responsabilidad. Hay asuntos que exigen soluciones pol¨ªticas, o incluso militares, no s¨®lo respuestas humanitarias de emergencia", a?ade.
Un cargo relevante del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) gana, en la actual crisis de los Grandes Lagos, un mill¨®n de pesetas al mes. Unas 111 veces m¨¢s que Jean de Dieu Tuyishime, un m¨¦dico generalista ruand¨¦s, que se ha visto empujado a buscarse la vida como taxista. En Ruanda han llegado a estar registradas 137 ONG. Hace un a?o, el Gobierno de Kigali expuls¨® a 37. Entre ellas, MSF de Francia, a la que acus¨® de servir de correo de los radicales hutus entre los distintos campamentos. Otras se fueron sin haber gastado un solo d¨®lar en proyectos de emergencia o de desarrollo. Las donaciones se fueron en el pago de hoteles, casas o cenas. Ahora, la cifra no supera el centenar.
Alimentar a los genocidas
"El 30% de las ONG hacen un buen trabajo y el 70% son un desastre", dice Kayitare. Oreste Incimatata, secretario general de C¨¢ritas, una de las organizaciones m¨¢s activas en Ruanda, donde posee tiendas y tierras, est¨¢ de acuerdo con la tesis de Kayitare. Su propia ONG ha tenido desavenencias serias con el actual Gobierno, debido a la estrecha vinculaci¨®n de esta ONG con el r¨¦gimen anterior, responsable del genocidio de un mill¨®n de personas. Las cr¨ªticas contra ACNUR son numerosas. "Tienen mucho que reflexionar sobre su papel durante dos a?os en los campos de refugiados en el este de Zaire", dice una fuente humanitaria. "Alimentaron durante todo ese tiempo a los genocidas, retrasando el retorno de miles de refugiados que se hallaban virtualmente secuestrados". Paul Stromberg, portavoz de ACNUR en Ruanda, se defiende. "Es injusto decir eso. Se olvida de que nosotros dependemos de la ONU y ¨¦sta de los Gobiernos. Separar a los interhamwes [milicia radical hutu responsable del genocidio] era una decisi¨®n pol¨ªtica; nosotros no tenemos armas".
La opini¨®n dentro de las ONG, sometidas estos d¨ªas a una fuerte autocr¨ªtica, no es un¨¢nime. Un m¨¦dico de MDM, que ayud¨® a construir y sostener el campo de Mugunga, en Goma, tambi¨¦n rechaza el reproche. "?Qu¨¦ hacemos, dejar morir de hambre a los ni?os con la excusa de no alimentar a militares?. Otro miembro de la misma ONG cree que fue un error. "De no haber mandado ayuda, los refugiados habr¨ªan re gresado mucho antes". Los interhamwes que controlaron Mugunga se quedaban con la mitad de la ayuda, la vend¨ªan en el mercado negro a los zaire?os y con el beneficio adquir¨ªan armas a los mismos pa¨ªses que les enviaban ayuda humanitaria. En dos a?os, efectuaron numerosas incursiones en Ruanda. Asesinaron a autoridades, a testigos del genocidio y a ni?os. Ni?os diferentes a los de Mugunga.
Una seglar de una organizaci¨®n cat¨®lica en Kigali cree tener la soluci¨®n. "Deben establecerse unos requisitos muy duros. para ser ONG. Es una responsabilidad del Gobierno. No se puede otorgar el carn¨¦ de ONG a cualquiera". Rosa Sala, de Oxfam, opina que es muy dif¨ªcil separar las buenas ONG de las malas. "La soluci¨®n, tal vez, sea una federaci¨®n". Paul Stromberg, de ACNUR, discrepa. "De ese modo, se convertir¨ªan en una superestructura burocr¨¢tica como la nuestra, perder¨ªan frescura y rapidez".
"Hay que ser realistas", dice la fuente diplom¨¢tica de Kigali, "los ojos de un ni?o dan mucho dinero. Y donde hay dinero f¨¢cil, hay descontrol y mala intenci¨®n. Es imprescindible la profesionalidad. Hemos pasado de un colonialismo econ¨®mico a otro humanitario y paternalista".
"Otro asunto es la gente que da dinero para ese negrito que han visto en la televisi¨®n a mediod¨ªa. Los programas de desarrollo no le interesan, porque son m¨¢s dif¨ªciles de ver. Y de eso tienen mucha culpa los medios de comunicaci¨®n", dice un m¨¦dico de MSF. "El 0,5% del impuesto sobre la renta, para 'otros fines de inter¨¦s social', deber¨ªa ofrecer una lista de ONG serias a las que el ciudadano pueda dar su dinero y luego exigir cuentas y resultados".
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