Soluciones para el estr¨¦s
?C¨®mo se puede trabajar seg¨²n los c¨¢nones imperantes actualmente en la sociedad de mercado y al mismo tiempo ocuparse de la educaci¨®n de los ni?os y de una sana vida de pareja, sexo incluido? ?Y c¨®mo hacerlo, adem¨¢s, si la pareja, harta de estar todo el d¨ªa en casa, decide ella misma volver al trabajo? A estas preguntas deber¨¢ responder Michael Keaton, padre de dos ni?os, marido ejemplar aunque un tanto dejado en lo que al arreglo de la casa se refiere, Y la respuesta de forma que no pod¨ªa ser m¨¢s americana: multiplic¨¢ndose por clonaci¨®n para estar como Dios en todas partes.Dos son los factores que explican por qu¨¦ se aguanta con dignidad una pel¨ªcula de estructura en el fondo tan endeble: uno, por la actuaci¨®n ejemplar de Keaton, un actor que suele oscilar entre el. arrebato histri¨®nico y la parquedad extrema, y que aqu¨ª. se demuestra en cambio excelente actor de comedia en un dif¨ªcil cometido cu¨¢druple. Y dos, por unos efectos especiales de excelente factura, pero sin resultar otra cosa que lo que siempre debieran: funcionales y no cromitos para impresionar a los impresionables.
Mis dobles, mi mujer y yo
Direcci¨®n: Harold Ramis. EE UU, 1996. Int¨¦rpretes: Michael Keaton, Andie MacDoweIl. Cines Duplex, Luna, Albufera, Colombia, Plaza Aluche, Palafox, Vaguada, Cristal, Ideal.
Lo dem¨¢s ya es harina de otro costal, porque la trama es bastante previsible y no siempre inspirada, sobre todo porque fuerza la credibilidad hasta m¨¢s all¨¢ de lo prudente: que cuatro hombres, uno de ellos un tonto redomado -la clonaci¨®n de un cl¨®nico no suele resultar- cohabiten en la misma casa con esposa y dos ni?os sin que nadie se d¨¦ cuenta de la multiplicaci¨®n, es algo que cuesta digerir, aunque aqu¨ª se tomen soluciones extremas.
No falta el gui?o al p¨²blico femenino: ama de casa reivindicativa, por encima de su marido y que adem¨¢s aprovecha beneficios anexos, sobre los que no cabe romperse el coco. Al final, la clausura del relato nos recordar¨¢, en l¨ªnea con lo que el filme es, una limpia comedia familiar: hay que ser m¨¢s buenos, vivir sin agobios y el consabido varapalo al estr¨¦s.
Babelia
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