Mirando al mar

Como cada a?o, Los Sabande?os abarrotaron dos sesiones en el Monumental. El concierto acab¨® en clamor, como siempre que se presenta este popular grupo canario ante el p¨²blico madrile?o. En esta ocasi¨®n, adem¨¢s, celebraban sus 30 a?os de historia y presentaban algunos temas de su reciente ¨¢lbum, Mar, que hace el n¨²mero 43 de su discograf¨ªa.Para los amantes de las serenatas y los c¨¢nticos corales de taberna, escuchar a Los Sabande?os es toda una gozada. Los Sabande?os han sabido compaginar el folclor canario m¨¢s tradicional con versiones vigorosas y llenas de calor de melod¨ªas inolvidables que siguen, dando la vuelta al mundo. La primera parte del espect¨¢culo madrile?o fue totalmente guanche: Isa de Luciano, San Borond¨®n, Fol¨ªas de la libertad, Malague?as a Guacimara, La bandera de los pobres...

En la segunda parte hicieron un leve recorrido por algunos temas muy populares que el grupo ha grabado a lo largo de 30 a?os, como la popular Dos cruces, La muralla (con Ana Bel¨¦n), Envidia, El unicornio o Guantananlera (con Caco Senante). El p¨²blico, feliz. Pero los mayores aplausos fueron para las canciones del nuevo disco, todas ellas muy conocidas: Mirando al mar, Viajera, Mar y cielo, A por el niar (con Luis Eduardo Aute).

El momento m¨¢s emocionante de la velada fue la interpretaci¨®n de Alfonsina y el mar, acompa?ada al piano por el autor de la m¨²sica, Ariel Ram¨ªrez, actual presidente de la Sociedad de Autores Argentina. Se esperaba con mucho inter¨¦s la intervenci¨®n de Teddy Bautista entre los invitados, pero los problemas que vive el aeropuerto de Barajas en las ¨²ltimas semanas le impidieron llegar a tiempo.

Los Sabande?os son un valor seguro de la m¨²sica popular espa?ola. Y adem¨¢s est¨¢n en alza, como lo demuestran las ventas millonarias de los ¨²ltimos ¨¢lbumes grabados por este polifac¨¦tico grupo. Seguramente, porque eligen su repertorio con mucha vista y teniendo siempre muy presente la calidad.

Entre ambos conciertos s¨®lo tuvieron 15 minutos de descanso. Es decir, estuvieron cantando pr¨¢cticamente cuatro horas y media. Al final estaban tan frescos. Algunos, incluso, siguieron cantando a puerta cerrada por algunos bares del centro hasta el amanecer. Hay Sabande?os para rato.