'Forrest Gump', un cuento americano

Forrest Gump, la novela de Winston Groom, es una parodia ir¨®nica del sue?o americano. Su versi¨®n cinematogr¨¢fica, previamente descafeinada (Forrest pasa de ser un atleta sexual a no comerse una rosca) y cargada de moralina por el guionista Eric Roth, fue el gran ¨¦xito de 1994, gan¨® seis oscars y se ha convertido en el s¨ªmbolo de estos a?os de presidentes que una vez fumaron un porro (sin tragarse el humo) y que son capaces de nadar en aguas republicanas y guardar la ropa dem¨®crata.El filme, que hoy emite Canal + a las diez de la noche, supuso el segundo oscar consecutivo para Tom Hanks, que entr¨® definitivamente en el club de los actores mejor pagados de Hollywood (por encima de los quince millones de d¨®lares); demostr¨® que Robert Zemeckis (ganador del Oscar al mejor director) pod¨ªa arregl¨¢rselas muy bien fuera de la factor¨ªa Spielberg, donde dirigi¨® productos tan divertidos como la saga de Regreso al futuro o ?Qui¨¦n enga?¨® a Robert Rabbit?

y represent¨® un paso m¨¢s en los efectos especiales (tambi¨¦n premiados).

El truco no estaba en utilizar ordenadores para crear dinosaurios, sino para falsificar la realidad con una precisi¨®n ins¨®lita: quitar las piernas a un personaje o hacer que Forrest mantenga animadas conversaciones con John Lennon o John F. Kennedy. Woody Allen ya lo hab¨ªa hecho en Zelig, pero no hab¨ªa logrado un realismo tan asombroso. Pero, sobre todo, Forrest Gump se alz¨® como la visi¨®n pol¨ªticamente correcta de la historia y del sue?o americanos, muy alejada de las miradas desoladoras y amargas que, desde la generaci¨®n perdida, han marcado a muchos de los grandes creadores estadounidenses.

Forrest Gump narra la historia de alguien intelectualmente diferente, escaso de neuronas pero cargado de buena voluntad, lo que no le impide tener una vida apasionante y triunfar en todas las cosas que se propone: desde el f¨²tbol americano hasta la pesca de gambas o el tenis de mesa. A lo largo de varias d¨¦cadas, participa en todos los grandes acontecimientos de la historia de Estados Unidos: la lucha contra la segreaci¨®n racial, la guerra de Vietnam, el movimiento hippy, los a?os Kennedy, la psicodelia de los setenta, el principio del deshielo con el bloque sovi¨¦tico, el Watergate y, finalmente, el sida (que acaba con el amor eterno de Forrest, Robin Wright, que se descarri¨® por los caminos de la mala vida y de las drogas).

A trav¨¦s de decenas de personajes, con interpretaciones magn¨ªficas, como las de Sally Field y Gary Sinise, la pel¨ªcula traza un fresco tan eficaz como simplista de la cultura estadounidense, como si el Pato Donald contase la historia de este pa¨ªs a sus sobrinos. Forrest Gump es una pel¨ªcula deliciosa y divertida, tramposa al m¨¢s puro estilo del maestro de los buenos sentimientos, Frank Capra. Sin embargo, no se debe olvidar su condici¨®n de f¨¢bula, ni una realidad voluntariamente escondida en la que, con los buenos sentimientos, no se llega demasiado lejos. La historia no es un cuento edificante al m¨¢s puro estilo americano, aunque durante dos horas, gracias a la habilidad de un buen director sea un placer creerse los nuevos fantasmas del pasado, eso s¨ª, creados por un ordenador.