CARA DESPEDIDA
Cuando Bj?rn Eriksson finaliz¨® recientemente sus tareas como jefe de la Polic¨ªa de Estocolmo para pasar a ocupar el cargo de presidente de la Interpol, decidi¨® enviar una carta personal de despedida a cada uno de los 25.000 funcionarios que estaban bajo sus ¨®rdenes. Este alarde de amabilidad, o de demagogia seg¨²n algunos, supone para el Erario p¨²blico, es decir para los contribuyentes suecos, la nada despreciable suma de 92.239 coronas (aproximadamente 1.750.000 pesetas). El cost¨® se dedujo de la cuenta destinada a sufragar los gastos de Eriksson en el ejercicio de su cargo de jefe de la Interpol. El Gobierno piensa que 25.000 cartas personales no deben ser pagadas con el dinero destinado a solventar la conexi¨®n internacional de la polic¨ªa sueca y se niega a pagar. Decisi¨®n que cuenta con el pleno respaldo de los contribuyentes.-
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