Deslumbrante imaginaci¨®n

Hace ahora un par de a?os, Tim Burton avalaba con su firma ante la renuente Disney, como productor y coguionista, un filme sencillamente espl¨¦ndido, Pesadilla antes de Navidad, un g¨®tico, aterrador musical de animaci¨®n que pon¨ªa en im¨¢genes algunas de las obsesiones ¨¦ticas y est¨¦ticas de Burton, al tiempo que revelaba a la luz p¨²blica a un aut¨¦ntico maestro de la animaci¨®n mediante la t¨¦cnica del stop-motion (filmaci¨®n con miniaturas que requiere una paciencia verdaderamente china), Henry Selick. Burton y Selick, con la inestimable ayuda del director de animaci¨®n, Pete Kozachik, han vuelto a las andadas, y el resultado de su inspiraci¨®n es sencillamente deslumbrante: una hermosa f¨¢bula moral que, inspirada en Roald Dahl, habla de sue?os aparentemente imposibles, viajes fant¨¢sticos y criaturas improbables, todo ello aderezado con las canciones y melod¨ªas de Randy Mewman.Hay, empero, dos grandes diferencias entre ¨¦ste y el filme anterior. Una, que no se trata s¨®lo de un filme de animaci¨®n, sino de una lograda mezcla de stop-motion e imagen real, con una inspiraci¨®n para construir ¨¦sta que bebe de los hallazgos t¨¦tricos de Terry Gilliam y los Monthy Pyton y su imaginaci¨®n arcaizante. La otra, que el aire macabro, presente aqu¨ª tambi¨¦n, es considerablemente menor que en Pesadilla; es, pues, un filme menos Tim Burton, en todo caso, aunque formalmente el segmento de animaci¨®n se comporte casi exactamente como en el filme anterior: brillantes coreograf¨ªas musicales, construcci¨®n de unos escenarios de sobrecogedora belleza, ritmo impresionante: v¨¦ase al efecto la magistral secuencia de la pelea en los hielos entre las criaturas que acompa?an a James en su improbable viaje desde Londres a Nueva York y unos fantasmas marinos directamente salidos de Pesadilla, montada con una maestr¨ªa impresionante.

Lecci¨®n de solidaridad

Filme siempre entretenido, soberana lecci¨®n de solidaridad, portentosa llamada a la imaginaci¨®n, James es, por fin, una adaptaci¨®n a la altura de Dahl y su mundo, un filme recomendable para ni?os y no tan ni?os... Y tambi¨¦n, tal vez, el ¨²ltimo producto nacido de una asociaci¨®n particularmente productiva, la establecida entre Burton y Selick, que se quebr¨® abruptamente tras el final del rodaje por diferencias profesionales tan hondas que parecen haber echado por tierra cualquier proyecto futuro. L¨¢stima, porque ambos han contribuido en no poca medida al actual florecimiento de la animaci¨®n, definitivamente salida del asfixiante gueto de la etiqueta "cine para ni?os" y convertida en "cine" a secas; en extraordinario cine a veces; y ¨¦sta es una de ellas.