Muere el cardenal Jubany, arzobispo em¨¦rito de Barcelona
El cardenal Narc¨ªs Jubany Arnau, arzobispo em¨¦rito de Barcelona, falleci¨® ayer a las 19.45 en Barcelona. Estaba seriamente enfermo desde hac¨ªa unos meses. Nacido en 1913 en Santa Coloma de Farners, doctor. en Derecho Can¨®nico por la Universidad Gregoriana de Roma, fue de 1964 a 1971 obispo de Girona y sucedi¨® luego en el arzobispado de Barcelona a Marcelo Gonz¨¢lez Mart¨ªn. Al cumplir 75 a?os hab¨ªa puesto el cargo a disposici¨®n del Papa, pero la renuncia no fue aceptada hasta dos a?os despu¨¦s. Fue titular de Barcelona hasta 1990. Narc¨ªs Jubany, de car¨¢cter tolerante, fue un hombre clave en la Iglesia catalana en los ¨²ltimos treinta a?os.
Jubany, fallecido a los 83 a?os, tuvo un papel clave, junto al cardenal Taranc¨®n, en la Conferencia Episcopal Espa?ola durante la transici¨®n. En 1973 fue nombrado cardenal por Pablo VI y tuvo una influencia relevante en la elecci¨®n de Juan Pablo II, en 1978.Cuando Narc¨ªs Jubany era arzobispo de Barcelona, nadie dudaba de qui¨¦n lideraba la Conferencia Episcopal Tarraconense. El cardenal era un hombre de autoridad, pero capaz de tolerar. Bajo su pontificado toler¨® curas que ejerc¨ªan de alcaldes comunistas. Todo con discreci¨®n. Ostent¨® la presidencia honor¨ªfica de un comit¨¦ episcopal. Un com¨ªt¨¦ que comparaba -con documento de por medio- el proceder de las abortistas con el de los mism¨ªsimos nazis en sus campos de exterminio. El d¨ªa que esta comisi¨®n present¨® tan espectaculares conclusiones en Madrid, el cardenal Jubany estaba enfermo y excus¨® su asistencia. La traca explot¨® en su ausencia. Laissez faire hubiera sido una buen divisa para el cardenal.
Un destacado pol¨ªtico catal¨¢n alababa recientemente el talante montiniano del cardenal, que ascendi¨® a la jerarqu¨ªa eclesial en ¨¦pocas poco propicias a la tolerancia. En 1956 Jubany lleg¨® a obispo auxiliar de Barcelona. Diez a?os despu¨¦s pas¨® a Girona. Su nombramiento fue recibido como un logro del progresismo.
Hasta 1971 no se producir¨ªa la entrada de Jubany en Barcelona. Dos a?os despu¨¦s ya ostentaba el solideo cardenalicio. Pero ello no signific¨® pompa alguna. Jubany no particip¨® en actos de significaci¨®n pol¨ªtica. Incluso dirigi¨® una carta al entonces gobernador civil notific¨¢ndole que se abstendr¨ªa de asistir a los actos de palio y boato.
Hay un antes y un despu¨¦s en su pontificado barcelon¨¦s. El antes llega hasta 1981, a?o de la celebraci¨®n de la Asamblea Diocesana de Barcelona. El impulso renovador del Vaticano 11 intent¨® plasmarse en un paso hacia adelante que nunca se dio de forma decisiva. En 1990 fue sustituido por Ricard Maria Carles.
Con todo particip¨® activamente en los asuntos de la Conferencia Tarraconese, cuyo fruto m¨¢s visible fue el documento Arrels cristianes de Catalunya. El texto rend¨ªa homenaje a la peculiar iglesia del silencio del franquismo, la que tuvo que vivir en el exilio. El documento era una clara reivindicaci¨®n de Torras i Bages, un obispo al que el Vaticano encontraba demasiado nacionalista y los masones demasiado inquisidor.
Jubany quiso que su pontificado tuviera un broche con la fundaci¨®n de la Universidad Ramon Llull. Logr¨® el apoyo nada m¨¢s y nada menos que de jesuitas, patronal y di¨®cesis de Barcelona en un tiempo r¨¦cord. Su don de autoridad o su personalidad aglutinadora fue su motor secreto.
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