Campo de minas
Hay temas informativos que son como un campo de minas. Transitarlos sin que le estalle alguna a los pies de quien se aventura por ellos es poco menos que un milagro. Este extraordinario y maravilloso evento no se ha producido en el caso del reportaje aparecido el 24 de noviembre en la edici¨®n dominical de El PA?S, del que es autor Jos¨¦ Ayala, con el t¨ªtulo El marido se separa dos veces y el subt¨ªtulo El fallo contra un amo de casa revela una discriminaci¨®n m¨¢s a los hombres divorciados. Las reacciones llegadas al Defensor del Lector han sido explosivas.La presidenta de la Federaci¨®n de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas, Ana Mar¨ªa P¨¦rez del Campo, y la abogada matrimonialista Ana Isabel Garc¨ªa Hernando, de Madrid, califican el reportaje de sesgado e inveraz y acusan a su autor de haberlo realizado sin ning¨²n rigor period¨ªstico. Pero, adem¨¢s de cuestionar los criterios informativos del reportaje en cuesti¨®n, encadenan toda una serie de acusaciones gen¨¦ricas contra los medios de comunicaci¨®n en lo referente al tratamiento de los conflictos de familia -se habla incluso de una consigna general para silenciar la voz de las mujeres- que el Defensor del Lector rechaza en lo que se refiere a EL PA?S.
En Espa?a se vienen dictando cada a?o entre 70.000 y 80.000 sentencias de separaci¨®n y divorcio, de las que aproximadamente la mitad son por mutuo acuerdo. La ejecuci¨®n de las no consensuadas no resulta en muchos casos pac¨ªfica. La antigua pareja suele librar una enconada batalla en la que se disputa palmo a palmo lo concerniente a la pensi¨®n alimenticia, la custodia de los hijos o el r¨¦gimen de visitas. Informar de los lances de esta batalla comporta serios, riesgos de ser acusado por los contendientes de favorecer a uno u otro. El reportaje cuestionado los ha corrido, y de qu¨¦ modo. ?Pero ha vulnerado las m¨¢s elementales normas de la deontolog¨ªa period¨ªstica sobre todo, la veracidad como estiman las dos comunicantes? Ana Mar¨ªa P¨¦rez del Campo afirma: "Contra los medios de comunicaci¨®n en general, y contra EL PA?S en estos momentos en particular, tenemos que formular la queja de su poco ¨¦tico hacer, cuando se lanzan a publicar noticias, comentarios o informaciones' del g¨¦nero que tratamos sin molestarse siquiera en contrastar la veracidad de los hechos que se reflejan, oyendo y transmitiendo tambi¨¦n, por lo menos, a las restantes personas a quienes el asunto interesa,, como en el caso son las asociaciones de mujeres". En parecidos t¨¦rminos se manifiesta Ana Isabel Garc¨ªa Hernando: "Desde mi experiencia profesional, como abogada, conozco la realidad de la separaci¨®n y divorcio, y por ello no puedo quedarme pasiva al ver publicado un, art¨ªculo en el que se expresan todo tipo de mentiras... No puedo, y no debo, admitir que desde los medios de comunicaci¨®n se manipule de forma tan burda la informaci¨®n y se intente crear confusi¨®n entre las personas que, sin ser conocedoras de esta realidad, pretenden informarse a trav¨¦s de la prensa... Es exasperante que la informaci¨®n que nos pretenden vender en este art¨ªculo sea s¨®lo el producto d¨¦ la fabricaci¨®n de una noticia; no existe el rigor period¨ªstico, no existe la informaci¨®n y el contraste".
Una reclamaci¨®n m¨¢s concreta hace Mar¨ªa Angeles Fraile, presidenta de la Federaci¨®n de Mujeres Progresistas, a la que se cita en el reportaje en cuesti¨®n. Esta comunicante se queja de que el periodista no haya interpretado correctamente el sentido de sus palabras y se?ala que le "habl¨¦ incluso de la necesidad de llegar a un nuevo contrato o pacto social que conduzca, a un nuevo reparto de responsabilidades y tareas dentro y fuera del ¨¢mbito dom¨¦stico de manera que hombres y mujeres compartan la actividad laboral y el cuidado fa miliar en un plano general". A las imputaciones gen¨¦ricas de "manipulaci¨®n" o ''mentiras" que se le hacen, el autor responde que "no se dice cu¨¢les son esas supuestas mentiras o manipula ciones porque todo lo que ofrezco son datos comprobables y declaraciones de gente relacionada con el problema" (a este respecto, se?ala que su reportaje es el resultado de 22 entrevistas a otras tantas personas -13 hombres y 9 mujeres-, en su mayor¨ªa jueces, abogados, soci¨®logos y representantes de distintas asociaciones feministas y de separados). Y en cuanto a la queja de Mar¨ªa ?ngeles Fraile, el autor pone como testigos a los lectores de que lo, esencial de su mensaje se recoge en el siguiente p¨¢rrafo del reportaje: "Pensamos que la custodia puede ser compartida. Vamos a un cambio social, y mujeres y hombres deben comprometerse en un plano de igualdad tanto dentro como fuera del hogar y, por supuesto, en el cuidado de sus hijos".
?Qu¨¦ opina de todo ello el Defensor del Lector? En primer lugar, salta a la vista que el subt¨ªtulo del reportaje hace una amalgama de opini¨®n e inf¨®rmaci¨®n que" vulnera el Libro de estilo. Interpretar como una discriminaci¨®n contra los hombres el mayor n¨²mero de sentencias favorables a las mujeres s¨®lo ser¨ªa -,admisible en un art¨ªculo de opini¨®n. El titular expresa un juicio de valor que el autor se cuida de traslucir, de manera expl¨ªcita en el texto. Es evidente, de otro lado, que el reportaje no aborda en su totalidad las m¨²ltiples facetas de ese conflicto tan complejo como ¨¢cido que late en esa amplia poblaci¨®n de parejas -unas 400.000 censadas en 1994- que se han separado o divorciado sin mutuo acuerdo desde que existe esta opci¨®n legal en Espa?a. El reportaje es, pues, parcial en el sentido de que se refiere s¨®lo "a una parte del todo", en este caso a determinadas situaciones en las que las presuntas v¨ªctimas son hombres, pero no vulnera el Libro de estilo. Los testimonios de los maridos divorciados Podr¨¢n ser subjetivos -cada cual cuenta la historia como le ha ido en la feria-, pero no son inveraces. El reportaje tambi¨¦n aporta los testimonios independientes e imparciales de algunos jueces, as¨ª como las opiniones complementarias de una asociaci¨®n de hombres y otra de mujeres.
En todo caso, el reportaje no puede disociarse de la l¨ªnea informativa y editorial que EL PA?S mantiene desde siempre sobre este conflictivo tema. De haberla tenido en cuenta es posible que el juicio de estas lectoras hubiera sido m¨¢s matizado. No hace todav¨ªa dos a?os el Defensor del Lector titulaba una de sus columnas de este modo: ?Es el diario EL PA?S demasiado feminista? Al menos a los lectores que planteaban la cuesti¨®n les perec¨ªa que s¨ª. Y en uno de los ¨²ltimos editoriales sobre los problemas de las parejas separadas -29 de enero de 1995- se afirmaba que "no es casualidad que la mayor parte de las pensiones compensatorias se concedan a mujeres, pues el esp¨ªritu que ha guiado al legislador es proteger a la parte m¨¢s d¨¦bil" al tiempo que se advert¨ªa a los padres separados que, si no estaban de acuerdo con la ley que regula la disoluci¨®n del matrimonio, lo que deb¨ªan hacer es promover su cambio y "no prescindir de una ley que obliga a todos por igual".
Los lectores, pueden escribir al Defensor del Lector o telefonearle al n¨²mero (91) 337 78 36.
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