El ciclismo seg¨²n Miguel Indur¨¢in
Desde el Tourmalet en 1991 hasta la medalla de Atlanta, 10 ¨¦xitos que crean estilo
Miguel Ind¨²r¨¢in ha creado un estilo. Es su legado. Su forma de ganar no tiene igual entre otros grandes del ciclismo y eso se demuestra en los 10 grandes momentos de una biograf¨ªa impresionante que se ha fraguado en muy poco tiempo, porque Indur¨¢in conquist¨® su primer Tour a los 27 a?os. En seis a?os de una intensidad y eficacia desconocidas hasta entonces, Indur¨¢in ha escrito su obra. Es el gui¨®n de Indur¨¢in: econom¨ªa en el esfuerzo, golpes certeros, diplomacia con el adversario, fr¨ªa estrategia. Han sido seis a?os que han cambiado la forma de entender el ciclismo.
1- TOUR DEL 91
19 de julio de 1991. Se disputa la 13? etapa del Tour, entre Jaca y Val Louron. Son 232 kil¨®metros y cinco dur¨ªsimos puertos: la etapa reina. Leblanc era el l¨ªder de paja y LeMond estaba dispuesto a sentenciar. Delgado se hab¨ªa quedado en la ascensi¨®n al Tourmalet e Indur¨¢in circulaba en compa?¨ªa de los notables. [No estaba en las apuestas salvo para su director: "Delgado est¨¢ bien, pero Indur¨¢in est¨¢ muy bien". Nadie quiso hacerse eco del matiz]. Ech¨¢varri adelant¨® al coche de Javier M¨ªnguez, que le dijo: "Tranquilo, va como Dios". Tambi¨¦n le advirti¨® que ve¨ªa con problemas a LeMond y Leblanc. Ech¨¢varri aceler¨® y se acerc¨® a Indur¨¢in: "Olv¨ªdate de LeMond y Leblanc". "?De qui¨¦n?, ?de qui¨¦n?", interrog¨® Indur¨¢in. "De Lemond y Leblanc. Indur¨¢in cruz¨® el alto de Tourmalet y salt¨® nada m¨¢s iniciarse el descenso, el momento en el que sus agotados rivales confiaban en descansar. Bugno no se movi¨®. S¨®lo Chiappucci se atrevi¨® a reaccionar poco despu¨¦s, y Ech¨¢varri orden¨® a Indur¨¢in que le esperara. Ambos colaboraron hasta la meta y subieron juntos el Aspin y Val Louron. Indur¨¢in se convirti¨® en un sorprendente l¨ªder. Fue su primer ataque conocido. Un ataque que vali¨® un Tour.
"Tranquilo, va como Dios"
Indur¨¢in cogi¨® el liderato en la segunda etapa y puso tierra de por medio en la cuarta, una contrarreloj de 38 kil¨®metros. Luego, la carrera se convirti¨® en una lluvia de ataques de los corredores italianos. Indur¨¢in resisti¨® con gran fortaleza a todos ellos, incluso con prepotencia: "Si no me dan m¨¢s trabajo del que tengo ahora, tranquilo". Pero no consigui¨® apagar la preocupaci¨®n de Ech¨¢varri, que incluso se plante¨® la posibilidad de soltar la maglia rosa temporalmente hasta la contrarreloj final de Mil¨¢n, de 66 kil¨®metros. Indur¨¢in se opuso. Llegados a las cercan¨ªas de Mil¨¢n, el domingo 14 de junio, y tras repasar el recorrido de la ¨²ltima etapa, le avis¨® a su compa?ero Philipot: "?Sabes?, igual doblo a Chiappucci". El pron¨®stico se cumpli¨®. Indur¨¢in dobl¨® a El diablo, que hab¨ªa tomado la salida tres minutos antes que ¨¦l. Era su primer Giro y lo firm¨® a lo grande.
2- GIRO DEL 92
Indur¨¢in dio por cerrado el Tour del 92 en la novena etapa, el 13 de julio, cuando marc¨® un hito en Luxemburgo. All¨ª se disput¨® una contrarreloj de 75 kil¨®metros y Miguel consigui¨® rentas superiores a los tres minutos sobre todos los favoritos, lo que hizo exclamar a Fignon, que perdi¨® m¨¢s de seis y fue doblado: "No es un hombre, es un avi¨®n". Bugno sentenci¨®: "Indur¨¢in ha ganado el Tour". Indur¨¢in no cambi¨® su semblante, pero le pregunt¨® a Ech¨¢varri: "Mucho, ?no?". La monta?a posterior se convirti¨® en un terreno de conquista, con un gui¨®n muy r¨ªgido: todos contra Indur¨¢in. S¨®lo Chiappucci hizo sufrir a Indur¨¢in. Atac¨® con casi 200 kil¨®metros de antelaci¨®n, al m¨¢s puro estilo Coppi, pero lleg¨® a Sestriere perseguido a poca distancia por Indur¨¢in. Miguel sufri¨® un desfallecimiento y perdi¨® terreno. Chiapucci cruzaba la meta implorando a su madre.
"Igual doblo a Chiappucci"
Los italianos le hac¨ªan un gui?o a Chiappucci y dejaban para Indur¨¢in en el Giro del 93 el menor terreno posible para su especialidad: la contrarreloj. Da igual. Indur¨¢in se hace con la maglia rosa en la etapa reina, ganada por Chiappucci, y da el golpe definitivo en la cronoescalada de Sestriere. En la siguiente etapa, la 20?, el Giro registr¨® el primer momento de dificultad de Indur¨¢in. Sucedi¨® en la subida a Oropa, cuando Ugrumov le lanz¨® un ataque directo. Por vez primera, el corredor espa?ol perdi¨® el contacto con un enemigo directo. La presencia de polen afect¨® a su capacidad respiratoria. Indur¨¢in reaccion¨® con tranquilidad y no perdi¨® de vista a Ugrumov; contaba a su favor que conoc¨ªa los pormenores del tramo final. Ech¨¢varri detuvo su coche antes de iniciarse una parte del recorrido donde era posible que Indur¨¢in no alcanzase con la vista a Ugrumov. Hab¨ªa tomado referencias y el resultado era tranquilizador: Indur¨¢in deber¨ªa perder 20 segundos para ver peligrar el liderato y ya casi no quedaba margen. Por si acaso, Ech¨¢varri salt¨® del auto y se acerc¨® corriendo a su corredor: "Le veas o no, son 25 segundos". Indur¨¢in no respondi¨®.
3- TOUR DEL 92
En la novena etapa, el 12 de julio, Miguel Indur¨¢in puso el Tour del 93 en su sitio. Era su escenario favorito, una contrarreloj de 59 kil¨®metros en Lago de Madine. All¨ª aplast¨® a sus rivales. Una etapa despu¨¦s, en el m¨ªtico Galibier, el navarro dio otra vuelta de tuerca y, tras ceder el triunfo de etapa a Rominger, dej¨® la general sin adversarios en tres minutos a la redonda. Su dominio del Tour no admit¨ªa r¨¦plica y los especialistas se preguntaban d¨®nde estaban los l¨ªmites del Navarro. Aliado con Rominger [que hab¨ªa perdido opciones en una desgraciada contrarreloj por equipos], disfrut¨® de un tercio final tranquilo hasta que lleg¨® la ¨²ltima contrarreloj, vestida de jornada protocolaria. Para asombro general, Indur¨¢in no com¨ªa segundos a sus rivales. Es m¨¢s, Rominger marchaba primero a cada paso cronometrado. El entorno de Indur¨¢in hab¨ªa logrado conservar la calma hasta el ¨²ltimo momento: Indur¨¢in ten¨ªa m¨¢s de 39 grados de fiebre.
"No es un hombre, es un avi¨®n"
Todo el mundo acogi¨® el dise?o del recorrido del Tour 94 como una carrera contra Indur¨¢in. No fue posible: Indur¨¢in revent¨® el Tour en la novena etapa y, de nuevo, con una contrarreloj. Mand¨® a Rominger a 2m 28s en la general, un corredor que ven¨ªa de ganar su tercera Vuelta a Espa?a consecutiva. Pero Indur¨¢in se pase¨® en todos los terrenos: en la 11? y 12? etapas, monta?osas ambas, cerr¨® la carrera. Su gui¨®n segu¨ªa intacto: tomar minutos en la contrarreloj y asestar un preciso golpe. Lo hizo con rabia en Hautacam y lo remach¨® en Luz Ardiden al d¨ªa siguiente. Rominger estaba fulminado a ocho minutos. Present¨® como excusas una gastroenteritis y decidi¨® abandonar.
4- GIRO DEL 93
El 2 de septiembre de 1994, en Burdeos, Miguel Indur¨¢in, montado en su bicicleta Espada, bati¨® el r¨¦cord de la hora tras recorrer 53,040 kil¨®metros. Fue un r¨¦cord improvisado porque la Espada no presentaba grandes innovaciones t¨¦cnicas. Fue Indur¨¢in en estado puro: "Mis piernas son m¨¢s fiables que el reloj", dijo. Su plusmarca s¨®lo durar¨ªa algo m¨¢s de un mes, hasta el 22 de octubre, cuando Rominger recorri¨® 792 metros m¨¢s que el navarro. Indur¨¢in lo intentar¨ªa de nuevo en 1995 en Colombia pero se baj¨® de la bicicleta antes de tiempo.
"Lo veas o no, a 25 segundos"
Indur¨¢in cambia sus costumbres. Pero, de nuevo, un golpe maestro. No fue en la contrarreloj donde comenz¨® a cimentar su quinto Tour. Aquel d¨ªa, en plenos dominios del gran Eddy Merckx [es Lieja], Indur¨¢in se siente de verdad el maestro del Tour precisamente en un terreno en el que nunca se hab¨ªa expresado con rotundidad. Es el llano mezclado con unas cuantas lomas, unos repechos que s¨®lo los grandes clasic¨®manos hab¨ªan sabido dome?ar. Los de la ONCE atacan porque se sienten en su terreno; contraataques de buscadores de etapas en plan dinamitero; caos en un pelot¨®n roto en varios grupos; los aspirantes, siempre en el de Indur¨¢in, vigilando medrosos al gigante. Y ¨¦ste, llegados a una cota no especialmente dura, mira hacia atr¨¢s y desencadena poco a poco, subiendo lentamente de revoluciones, una fuerza tremenda que imposibilita a todos, boquiabiertos, siquiera seguir su rueda. All¨ª se abren de piernas Berzin, Rominger, R¨²s, Gotti, Jalabert, Z¨¹lle. All¨ª pierden el Tour. Indur¨¢in alcanza a un Bruyneel escapado que se dedica a hacer tras moto a 50 por hora. Ni un relevo concede al navarro. No era necesario: le habr¨ªa frenado. Fue un regalo en su quinto Tour: el Indur¨¢in clasic¨®mano.
5- TOUR DEL 93
Indur¨¢in se convierte en el m¨¢s grande el d¨ªa que no gana el Mundial de Colombia. Todo termina casi en una bronca y desencadena el fracaso en su asalto al r¨¦cord de la hora, pero Indur¨¢in sabe salir, una vez m¨¢s engrandecido. Y todo puede resumirse en una situaci¨®n t¨¢ctica resuelta en un alarde de generosidad. Es la pen¨²ltima vuelta del circuito. Se acaba de coronar el duro puerto. Llueve a mares. Indur¨¢in, pincha. Arriesga hasta el extremo en el descenso y consigue enlazar. La carrera entra en el punto muerto que anuncia el momento decisivo. S¨®lo hay un punto de referencia: Indur¨¢in. Entonces, Olano ataca desde atr¨¢s. Todos, Pantani, Gianetti, Richard, se quedan esperando la reacci¨®n del navarro. Y ¨¦ste se para, deja que Olano abra hueco. Llega el coche del seleccionador: "Miguel, que Olano se ha ido". "D¨¦jale que gane", responde Indur¨¢in.
Alarma en Montlh¨¦ry
Ciclista de viejos h¨¢bitos, los Juegos no dejaban de ser una novedad en su mundo. Su repercusi¨®n, pensaba, ser¨ªa m¨ªnima. Luego, cuando subi¨® al podio, flanqueado por Olano y Boardman, empez¨® a darse cuenta del valor que se concede a un triunfo ol¨ªmpico, el broche de oro de su carrera.
6- TOUR DEL 94
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