La rigidez de Fujmori y de Tupac Amaru impide una salida negociada al asalto de la Embajada
La intransigencia del Gobierno peruano y del comando del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA) atrincherado en la residencia del embajador japon¨¦s en Lima impiden un acercamiento en las negociaciones que tratan de resolver pac¨ªficamente la crisis, actualmente en punto muerto. Conforme las partes se, acercan al meollo de las negociaciones, el acuerdo es m¨¢s dif¨ªcil y su consecuci¨®n requiere tiempo. El interlocutor del Gobierno, monse?or Juan Luis Cipriani, arzobispo de Ayacucho, reanud¨® ayer los contactos con Nestor Cerpa Cartolini, comandante Evaristo, despu¨¦s de tres d¨ªas de inasistencia a la residencia diplom¨¢tica cercada por la polic¨ªa. Le acompa?aba Michel Minnig, el funcionario de la Cruz Roja Internacional presente en el proceso negociador.
"Con declaraciones prepotentes y sin di¨¢logo, no hay soluci¨®n" reza una de las pancartas colocadas por el MRTA en la azotea de la mansi¨®n de San Isidro. El texto demuestra que se ha registrado un par¨®n en las conversaciones.Despu¨¦s de las pasadas liberaciones de rehenes a cambio de lectura de comunicados del MRTA y autorizaci¨®n gubernativa para la difusi¨®n de proclamas, las negociaciones abordan ahora asuntos de mayor importancia, y nadie parece ceder. El MRTA pretende una comunicaci¨®n telef¨®nica con sus presos en la base naval de Callao a lo que se niega el presidente Alberto Fujimori. El ministro de Educaci¨®n, Domingo Palermo, mediador oficial, sigue sin pisar la embajada. Jap¨®n, con 27 nacionales dentro, rechaza el desalojo por la fuerza, y desde hace tres d¨ªas, no se producen nuevas salidas de los 74 rehenes restantes.
Bolivia trata de conseguir la puesta en libertad de su embajador, Jorge Gumucio. Hoy llegaba a la capital peruana, Antonio Aranibar, ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia, cuyas c¨¢rceles albergan a cuatro emerretistas condenados por el secuestro de un empresario. El viceministro boliviano, Jaime Aparecio, prometi¨® que su pa¨ªs no se sumar¨ªa al "s¨¢lvase quien pueda", en referencia a la sospechosa liberaci¨®n del embajador uruguayo en Lima despu¨¦s de que un juzgado de Montevideo absolviese a dos detenidos del MRTA cuya extradici¨®n ped¨ªa Per¨².
En una situaci¨®n tan compleja, con idas y venidas en la direcci¨®n de los contactos, y ausencia de avances claros, surgen nuevas propuestas de mediaci¨®n. Autorizado por su Gobierno, el embajador de Guatemala en Per¨², liberado el 26 de setiembre, no descarta su reingreso a la embajada si eso ayuda.
Condiciones carcelarias
Jorge Santistevan, el Defensor del Pueblo, tambi¨¦n ofreci¨® sus buenos oficios, reiterando la disposici¨®n cursada en su d¨ªa al ministro del Interior, Juan Briones. "Entonces no se consider¨® oportuna nuestra mediaci¨®n", dijo. Santistevan insta al Gobierno a no endurecer las condiciones carcelarias de los 458 presos del MRTA, y s¨ª a equiparar el r¨¦gimen penitenciario peruano con los patrones internacionales. Aliviar la dureza de los penales, es una de las exigencias del comando atrincherado en la residencia nipona.
La Comisi¨®n de Indultos no ha suspendido sus funciones, precis¨® Santistevan, aunque no ha enviado recomendaciones al jefe del Gobierno, porque ha estado concentrada "en aspectos concernientes a la residencia japonesa". El presidente del Congreso, y portavoz de la mayor¨ªa oficialista, V¨ªctor Joy Way, que ratific¨® su respaldo a la acci¨®n del Gobierno, no ha descartado alg¨²n tipo de perd¨®n para delitos relacionados con el terrorismo s¨ª el Gobierno lo requiriere. Pero no se observa ning¨²n movimiento.
Por otra parte, un debate sobre la concesi¨®n de amnist¨ªas o indultos, o la transformaci¨®n del MRTA en partido pol¨ªtico no es cosa de un d¨ªa, y al igual que en otros procesos de desarme, puede durar meses, cuando no a?os, "El MRTA es un muerto resurrecto que con un eficiente golpe de mano est¨¢ dejando malparado al Gobierno y en especial al Servicio de Inteligencia afirma la analista Mar¨ªa del Pilar Tello en un criterio bastante compartido.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.