Un nuevo esc¨¢ndalo sexual amenaza la precaria situaci¨®n pol¨ªtica de John Major
La gran familia conservadora brit¨¢nica vivi¨® ayer un d¨ªa amargo: ver a un compa?ero de filas acusado de ad¨²ltero y homosexual en la portada del News of the World, el tabloide m¨¢s venenoso del Reino Unido, y uno de los que m¨¢s dinero dedica a urgar en las miserias de los famosos. No es un plato de gusto ni siquiera para un partido que ha hecho de los esc¨¢ndalos sexuales casi una se?a de identidad a lo largo de los ¨²ltimos a?os. Pero ah¨ª estaba Jerry Hayes, parlamentario tory por Harlow, en Essex, retratado con su barba ligeramente pelirroja y su pelo rizado, frente a enormes y acusadores titulares.
Hayes, un tipo atl¨¦tico -al menos, eso dice en ¨¦l peri¨®dico su supuesto amante-, de 43 a?os, casado desde hace 17 y padre de dos hijos de 11 y nueve a?os de edad, mantuvo, seg¨²n el dominical, una apasionada relaci¨®n durante 16 meses -entre el oto?o de 1991 y el invierno de 1993-, con un activista tory de 18 a?os. Una ¨¦poca durante la cual, y para mayor escarnio, las relaciones homosexuales con menores de 21 a?os, eran ilegales.
Durante ese tiempo, adem¨¢s de proporcionar a su amigo Paul Stone un pase especial para acceder a la C¨¢mara de los Comunes, en realidad de asistente. investigador, el diputado pag¨® sus desplazamientos a Londres -el chico viv¨ªa en Petersborough, al norte de Inglaterra-, le agasaj¨® con cenas opulentas y con estancias en un club de lujo en Chelsea. El relato acusador ha partido de Stone, el amante finalmente repudiado, el cual se deja fotografiar frente al Parlamento, de Westminster, y frente al selecto Sloane Club en el que, seg¨²n ¨¦l, mantuvo algunos de sus m¨¢s memorables encuentros con Hayes. "Lo que m¨¢s le gustaba a Jerry era apretarme contra la puerta de su despacho. Eso, le volv¨ªa loco", explica Stone, que ha cumplido ya los 24 a?os y espera convertirse en inspector fiscal.
Lo m¨¢s inc¨®modo del caso es que, aunque Jerry Hayes niega en el mismo peri¨®dico la naturaleza sexual de sus relaciones con Paul Stone -todo qued¨® en una "amistad plai¨®nica", dice-, el diputado tory acepta la veracidad de los datos esenciales. Hayes adm¨ªte incluso que el encuentro entre ambos, en octubre de 1991 en Blackpool, durante un congreso anual del Partido Conservador, tuvo todas las caracter¨ªsticas de un "flechazo". Luego Regaron los paseos en coche, las visitas a la C¨¢mara de los Comunes -"conoc¨ª a Michael Portillo, Virginia Bottomley, Patrick Mayhew", recuerda Stone-, las cenas en restaurantes de lujo y las noches locas en el Sloane Club. El peri¨®dico incluye adem¨¢s varias supuestas cartas de amor -los originales no figuran- redactadas por Hayes en papel con membrete de la C¨¢mara de los Comunes y dirigidas a Paul Stone.
La historia del diputado de Harlow, que ayer se encontraba fuera de su domicilio en Essex, no es precisamente, original, pero viene a deslucir de nuevo la filosof¨ªa electoral del Partido Conservador, resumida hace apenas tres d¨ªas por el primer ministro y l¨ªder tory, John Major, en una encendida defensa de la familia. La portada del News eclips¨® tambi¨¦n la aparicion de Major en un famoso programa de entrevistas matinales de la BBC. Sus ataques a la estrategia conjunta de laboristas y liberal-dem¨®cratas para reformar la Constituci¨®n brit¨¢nica, a la hipocres¨ªa de la oposici¨®n en materia fiscal y sus promesas de bienestar social y econ¨®mico, encontraron un contrapunto inc¨®modo en los titulares de la prensa.
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