"Colibr¨ªn, el devoralibros"
Un chaval de nueve a?os dise?a la mascota de las bibliotecas de Fuenlabrada
Se llama Colibr¨ªn, es un lindo colibr¨ª de colores en el que as alas se han ransformado en libros -libralas, en realidad- y acaba de ser proclamado mascota oficial de las cinco bibliotecas p¨²blicas de Fuenlabrada (164.000 habitantes). A partir de ahora presidir¨¢ todos los carn¨¦s y carteles de estas instalaciones e incluso cobrar¨¢ forma humana para contar historias a sus usuarios. Tan singular animal de biblioteca gusta de "estar caliente en su nido hecho de libros", "o¨ªr cuentos de ancianos" y "absorber las palabras bonitas como, por ejemplo, "n¨¦ctar de flor". Lo explica quien mejor le conoce, el padre de la criatura: responde al nombre de Gonzalo Repiso y tiene nueve a?os. Este precoz dise?ador fue uno de los 357 ni?os fuenlabre?os que respondieron a lo largo del pasado mes de diciembre a la llamada del Ayuntamiento, ¨¢vido de un amuleto para sus salas de lectura. "La historia de Colibr¨ªn nos pareci¨® deliciosa", corrobora el coordinador local de bibliotecas, Miguel Rodr¨ªguez. "Ahora encargaremos a una empresa de dise?o que pula la idea del chaval y ¨¦l mismo elegir¨¢ el dise?o definitivo". El autor se embolsa 30.000 pesetas en libros repletos, a buen seguro, de palabras hermosas. A Gonzalo, que estudia cuarto de primaria en el colegio Mariana Pineda, se le encendi¨® la lucecita creativa al escuchar por la radio del coche una canci¨®n, Verde colibr¨ª. "La canta un se?or que se llama Silvio Rodr¨ªguez, mis padres tienen el disco en casa", explica con un desparpajo insospechado. Y agrega: "Ya le he dicho a pap¨¢ que me lleve este fin de semana a la FNAC para elegir los libros". El aludido no oculta su orgullo. "Es un ni?o creativo, voluntarioso y le gusta trabajar", dice. Junto al premio de mascotas, la delegaci¨®n de Cultura de la ciudad sure?a tambi¨¦n ha fallado un concurso literario destinado al p¨²blico adolescente. Se propuso describir "una Navidad distinta, no convencional y al margen del consumismo imperante hoy d¨ªa", y quien mejor lo hizo fue Raquel Viejobueno, con un relato de una crudeza ciertamente inusual para sus 15 a?os. La otra Navidad, que as¨ª se titula, cuenta las nost¨¢lgicas ¨²ltimas fiestas navide?as de una anciana al borde de la muerte. "Nada puedo hacer yo m¨¢s que esperar a que el recuerdo se despierte de su tumba y me brinde el placer de ser otra vez la misma muchacha de siempre", se lee en ¨¦l. Y, m¨¢s abajo: "Esta Navidad ser¨¢ distinta, nadie vendr¨¢ a besarme en la mejilla y a acariciar mi mano. Nadie; s¨®lo la muerte". Esta convocatoria tambi¨¦n cont¨® con un n¨²mero apreciable -76 obras- de participantes. Su trabajo le ha costado a Rodr¨ªguez tanto dinamismo. "Los colegios se comprometen con nuestras actividades. A veces les alteramos un poco el ritmo de trabajo, pero responden", confiesa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.