Intelectuales
Estimulado por la colaboraci¨®n de E. Miret Magdalena, en El PA?S del 7 de enero, interrogando a los intelectuales, reconozco algunas cuestiones en las que me gustar¨ªa profundizar. El estimado te¨®logo reivindica lo que ¨¦l denomina caridad estructural. Nada en la historia se ha movido por esta concepci¨®n cristiana a¨²n vigente pero ya ?ay! tan lejos de aquellas ense?anzas legendarias. Entonces val¨ªa con unas monedas al leproso de la esquina, ahora la cosa es mucho m¨¢s complicada, ahora se habla de complejos procesos macroecon¨®micos sustentadores de la pobreza, la miseria y el abandono. Y contra todo esto, Am¨¦rica nos lo recuerda diariamente, no vale de nada la caridad, por muy estructurada que sea (que se lo pregunten al comandante Evaristo).El estimado te¨®logo asegura que la justicia es una cosa compleja. Se equivoca, es simplemente a cada uno seg¨²n sus necesidades y de cada cu¨¢l seg¨²n sus posibilidades. Por justicia, nada de caridad paleocristiana. La limosna humilla al que la da y al que la recibe. No es limosna, es la misma justicia para todos. La limosna es limosna por muy estructurada que est¨¦.
Algunos intelectuales lo reconocen y son condenados al ostracismo total, cuando se lo cuentan a otros, hasta que se cansan y sacan su alma a pasear al monte para evitar el acartonamiento total, y se ba?aban con los rayos ut¨®picos de La Cruz del Sur. Y sue?an a veces y no consiguen que sus sue?os duren m¨¢s all¨¢ de la noche.
El intelectual hoy, estimado te¨®logo, alguno que yo conozco, mira alucinado a su alrededor y apenas reconoce a los seres humanos en su condici¨®n de tales y alucina con el esperp¨¦ntico resultado de la llamada civilizaci¨®n, y veces algunos intelectuales que yo conozco s¨®lo sue?an mirando de reojo, y otros, que tambi¨¦n conozco, a toda velocidad escapando, deseando que el mundo se pare, que yo me piro, el que quiera que se venga.
Dice el maestro Haro Tecglen: "?Reformar el Estado? Eso no est¨¢ en lo posible". Abolirlo tampoco, de momento.-
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