Alemania quiere otra imagen
Irritaci¨®n germana ante un filme que describe una conspiraci¨®n nazi encabezada por el Bundesbank
Bonn y Hollywood se han enfrascado en una guerra sobre libertad de expresi¨®n en la que, ambos bandos parecen dispuestos a utilizar todo el arsenal de que disponen. Si la primera ofensiva correspondi¨® al Gobierno alem¨¢n, que someti¨® a un duro marcaje a la secta de la Cienciolog¨ªa, de la que son miembros gran n¨²mero de actores estadounidenses, ahora es la meca del cine la que responde con un peculiar producto de sus factor¨ªas: una pel¨ªcula titulada The day after tomorrow (El d¨ªa despu¨¦s de ma?ana).La cinta est¨¢ basada en el libro del mismo nombre del escritor Allan Folsom, de quien se dice que ha cobrado unos 500 millones de pesetas de la Metro-Goldwyn-Mayer, por los derechos de autor, y producida por Richard Zanuck. En ella se describe a los todopoderosos miembros del Bundesbank (el banco central alem¨¢n) como los secretos herederos de Hitler, quienes conspiran junto a la clase pol¨ªtica para revivir el nacionalsocialismo e imponer el IV Reich a toda Europa. La trama de la ficci¨®n, que los alemanes ya han podido degustar en la traducci¨®n del libro, tiene su momento m¨¢s irreal en un lugar de los Alpes, donde los conspiradores trasplantan la cabeza de Hitler, que por un casual hab¨ªan conseguido recuperar del b¨²nker en que se suicid¨® el f¨¹hrer al t¨¦rmino de la II Guerra Mundial, a un cuerpo de otra persona.
El argumento, no m¨¢s cre¨ªble que el de muchas producciones de ciencia ficci¨®n que dif¨ªcilmente se soportan ante la pantalla, ha levantado ampollas entre las fuerzas vivas alemanas. El diario popular Bild ha llamado a la movilizaci¨®n con el titular 'Hollywood difama a Alemania', mientras que desde el Frankfurter AlIgemeine se describen el libro y el gui¨®n como grotescos.
La pol¨¦mica sobre la pel¨ªcula aparece entrelazada con la pol¨ªtica de las autoridades alemanas sobre la Iglesia de la Cienciolog¨ªa, a la que en Alemania se vigila estrechamente, ya que sus actividades se consideran peligrosas. Adem¨¢s del boicoteo a las ¨²ltimas pel¨ªculas de presuntos miembros de la Cienciolog¨ªa, como Tom Cruise y John Travolta, la secta ha visto clausuradas sus cuentas bancarias y son numerosas las voces de pol¨ªticos que abogan por su prohibici¨®n.
En esta batalla paralela, el canciller Kohl y el Gobierno alem¨¢n, se vieron sorprendidos por la ofensiva de renombrados actores y directores, como Dustin Hoffmann, Goldie Hawn y Oliver Stone, quienes, a modo de avanzadilla, firmaron una carta, publicada, previo pago, en algunos diarios europeos, en la que se comparaba la actitud del Gobierno de Bonn contra la Cienciolog¨ªa con el pogromo de Hitler contra los jud¨ªos. "En los a?os treinta fueron los jud¨ªos, hoy son los cienci¨®logos", asegura la carta, que con 34 firmas iba dirigida al propio canciller, y se?alaba que "la persecuci¨®n es una verg¨¹enza para la naci¨®n alemana".
Kohl, sorprendido en una conferencia de prensa con la publicaci¨®n de la carta, asegur¨® que no iba a reaccionar, pero manifest¨® rotundamente que "los que han firmado la misiva no tienen ni idea de Alemania ni quieren tenerla, ya que, si no, no se hubieran prestado a eso-". El prestigioso Frankfurter Allgemeine hace referencia a la actitud de Kohl con la met¨¢fora, atribuida a un comentarista, de que el canciller arroj¨® la carta a la, papelera, pero su cronista, Frank Schirrmacher, asegura que el texto deber¨ªa colgarse en la Casa de la Historia.
La carta, dice el comentarista, "muestra lo que pasa cuando s¨®lo se mira al mundo con los ojos de una pel¨ªcula de suspense". "El holocausto queda convertido as¨ª en un gui¨®n", se?ala el comentario del peri¨®dico. Un gui¨®n del que se ha desmarcado a toda prisa, tras haber firmado la carta, el director Costa-Gavras. El cineasta greco-franc¨¦s afirm¨® ayer que no cab¨ªa comparar las medidas del Gobierno alem¨¢n contra los cienci¨®logos con "las leyes abominables del pasado que condujeron al holocausto". Gavras adujo que firm¨® el manifiesto a petici¨®n de su buen amigo Dustin Hoffmann.
Y es que Alemania se ha sentido maltratada durante los ¨²ltimos 50 a?os por la cantidad de filmes de tem¨¢tica nazi, en los que, si bien todos los alemanes no eran nazis, todos los nazis siempre eran alemanes. Hace poco respiraron con alivio ante el ¨¦xito mundial de La lista de Schindler, la pel¨ªcula de Spielberg en la que por primera vez Hollywood ensalzaba a un alem¨¢n bueno.
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