Lagun
Casi al mismo tiempo que en San Sebasti¨¢n se saqueaba una librer¨ªa para llevar a cabo una hoguera ritual, en Sierra Leona se extirpaba ceremoniosamente el cl¨ªtoris a 600 ni?as. Es probable que la navaja con la que se ejecut¨® esta mutilaci¨®n hubiera sido desinfectada en el fuego donostiarra: el sistema ninf¨¢tico de la realidad une con alguna frecuencia zonas sorprendentemente alejadas entre s¨ª. En cualquier caso, este peri¨®dico coloc¨® una noticia al lado de la otra, como si pertenecieran a la misma familia.Y pertenecen, sin duda. La quema de libros es una variante folcl¨®rica del incendio de autobuses con gente dentro. Hay ind¨ªgenas a los que les incordia el cl¨ªtoris y abor¨ªgenes a los que les molesta el cuerpo entero. No es seguro que unos est¨¦n culturalmente m¨¢s evolucionados que otros, sino que -pertenecen a ¨¢reas geogr¨¢ficas con tradiciones diferentes. Este, por ejemplo, nunca ha sido un pa¨ªs de precisi¨®n, donde se promocionara el uso del bistur¨ª para aplicar la crueldad de un modo selectivo. Aqu¨ª, desde el Santo Oficio, hemos sido muy dados a la hoguera, a la brutalidad difusa, y ahora, al coche bomba, que esparce por doquier el contenido del vaso corporal para que el miedo llegue a todas partes.
Tambi¨¦n es preciso se?alar que se trata de una cultura en la que el, combustible preferido para la quema festiva de las personas no ha sido otro que el de la letra impresa. De ese modo desaparec¨ªan a la vez el cuerpo f¨ªsico y el corpus espiritual. Hay gente que se resiste a progresar y contin¨²a arrancando cl¨ªtoris o incinerando libros. Lo que no es tradici¨®n es met¨¢stasis, as¨ª que con el fuego de los unos se desinfectan las navajas de los otros. El caso es no estar tranquilos. Lo peor, con todo, es lo del Estado de derecho que tarda cinco horas en llegar. Ni que viniera de Sierra Leona.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.