La justicia de Chirac
JACQUES CHIRAC es un pol¨ªtico fajador que saca los mejores golpes cuando se apoya contra las cuerdas. Se lanz¨® a la carrera hacia el El¨ªseo a finales de 1994, cuando ya nadie contaba con ¨¦l, y venci¨®. Ahora, sumido en una crisis de impopularidad y acosado a distancia por varios jueces que, investigando las cuentas del RPR neogaullista, pueden acabar topando con posibles fuentes de financiaci¨®n irregular, Chirac ha demostrado ser tambi¨¦n un notable estilista. Con el solemne anuncio de una reforma del sistema judicial, algo de lo que no hab¨ªa hablado apenas con anterioridad y que ahora califica de gran prioridad de su septenio, puede lograr dos objetivos: mejorar su cota de popularidad, por un lado, y acallar, por otro, las numerosas cr¨ªticas contra las presiones ejercidas sobre los jueces por miembros de su Gobierno.?Qui¨¦n puede declararse en contra de que se abarate y agilice, la Administraci¨®n de justicia? ?Qui¨¦n puede estar abiertamente de acuerdo en que el ministro de Justicia tenga la potestad de decidir sobre si se abre o no un sumario concreto? ?Qui¨¦n no cree razonable conciliar el derecho a la informaci¨®n con el derecho a la presunci¨®n de inocencia del acusado? Al demandar una Administraci¨®n judicial m¨¢s eficaz, m¨¢s independiente y menos presionada por los linchamientos morales en la prensa , sin que ello suponga recorte alguno a la libertad de informaci¨®n, Chirac no puede recibir sino aplausos.
El presidente de Francia ha encargado a una comisi¨®n t¨¦cnica que realice en s¨®lo seis meses una aut¨¦ntica misi¨®n imposible. Y se ha guardado de dar pistas sobre la f¨®rmula para conseguir que los sumarios sean secretos y que los pol¨ªticos acusados de corrupci¨®n sean respetuosamente tratados como inocentes hasta la publicaci¨®n de una sentencia condenatoria, sin que, para ello, la libertad de informaci¨®n sufra recortes. Tambi¨¦n ha evitado hablar de la congelaci¨®n del presupuesto de Justicia, impuesta hace unas semanas por su primer ministro, Alain Jupp¨¦, y sobre la falta de medios materiales en la mayor¨ªa de los tribunales. Cuando cada juez emite una sentencia por d¨ªa laborable, como se?alan las estad¨ªsticas, y aun as¨ª se producen atascos, es. razonable deducir que, adem¨¢s de reformas, faltan recursos.
Chirac ha concedido s¨®lo seis meses a la comisi¨®n, pero dar¨¢ un c¨®modo plazo de cinco a?os a su Gobierno para que plasme las recomendaciones y las lleve al Parlamento. Durante esos cinco a?os, que coinciden con lo que resta de mandato presidencial, el actual y futuros Gobiernos podr¨¢n seguir echando tierra sobre ciertos sumarios peligrosos, sin que se pueda acusar a Chirac de manipulaci¨®n. La gran reforma, podr¨¢ decir el inquilino del El¨ªseo, est¨¢ ya en marcha.
Pero, adem¨¢s del presupuestario, Chirac ha evitado adentrarse en algunos problemas realmente espinosos y de importancia creciente, como la internacionalizaci¨®n de la criminalidad ante la impotencia de las justicias nacionales y los vac¨ªos legales respecto a las nov¨ªsimas tecnolog¨ªas. De hecho, impelido por cuestiones de t¨¢ctica pol¨ªtica antes que de estrategia a largo plazo, Chirac ha propuesto que la justicia francesa, instituci¨®n forjada b¨¢sicamente a finales del siglo XVIII, en plena era de las luces, se adapte a las necesidades de una modernidad que empieza a quedar atr¨¢s, en vez de a los claroscuros que caracterizan este fin del siglo. Puede que la comisi¨®n, pluralista y de alto nivel t¨¦cnico, produzca ideas ¨²tiles. Pero si la aplicaci¨®n de la reforma se demora durante cinco a?os corre un grave riesgo de nacer ya vieja.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.