Sorpresa

"Por favor, no cuente a nadie el final", se dice insistentemente en el programa, y hasta en escena: es una obra policiaca, pero de esas en las que el descubrimiento de la trama no llega hasta el ¨²ltimo momento, cuando ya cae el tel¨®n; y esposas y esposos se lo van explicando unos a otros por el pasillo al salir: siempre hay uno menos listo que otro que no capta la curiosa sorpresa. Creo que, habi¨¦ndola ya visto en 1961 bajo el t¨ªtulo de Culpables, podr¨ªa contar aqu¨¦lla sin faltar a la s¨²plica que se hace en ¨¦sta. Pero me equivocar¨ªa, porque algo cambia al final.Podr¨ªa hacer la cr¨ªtica del programa y reprochar a Jaime Salom que no advierta el antecedente; que diga que "en el teatro espa?ol actual ¨¦sta va a ser la primera obra de intriga y misterio que va a ofrecerse a nuestros espectadores", cuando resulta que no es actual y que las obras "de intriga y misterio" fueron repertorio de algunas compa?¨ªas (Rambal) y g¨¦nero de algunos teatros (F¨ªgaro, Infanta Isabel: en otra ¨¦poca, evidentemente; y aunque los espa?oles firmaran con nombres extranjeros).

Apenas importa: la obra est¨¢ bien construida, el desenlace es imprevisible, y creo que, aunque se dijera (?lo digo?), no perjudicar¨ªa nada, por la forma en que est¨¢ construida, por la interpretaci¨®n, muy propia del g¨¦nero, y porque los personajes son algo m¨¢s que figurines o fantoches (no, no lo digo) y llevan consigo sus ambiciones, amores, desamores, odios...