"No puedo, casi, concebir existencia humana sin la dimensi¨®n religiosa"
Eugenio Tr¨ªas acaba de publicar Pensar la religi¨®n (Destino), un libro que naci¨® a partir de un art¨ªculo hom¨®nimo publicado en EL PA?S el 19 de junio de 1,990. Tr¨ªas apuntaba -y sigue apuntando- que la religi¨®n cobraba una nueva dimensi¨®n p¨²blica, que afectaba a comportamientos colectivos. Ahora a?ade que, en la ¨²ltima d¨¦cada, los fen¨®menos religiosos han sustituido a las ideolog¨ªas de este siglo y del pasado, lo que prueba que las creencias religiosas no eran, contra lo que dictaminaron los pensadores ilustrados, un hecho condenado a muerte.Pregunta. Usted describe un resurgimiento de la religi¨®n en sustituci¨®n de las ideolog¨ªas. Las religiones se convierten as¨ª en inspiradores de comportamientos colectivos.
Respuesta. S¨ª, pero el inter¨¦s por la religi¨®n tambi¨¦n aparece en determinados sectores de las sociedades laicas, el tema vuelve a interesar. En parte se debe a lo anterior: all¨ª donde hay un conflicto, una guerra, uno descubre al fondo la religi¨®n influyendo con m¨¢s fuerza que lo ideol¨®gico. Esto hace pensar hasta qu¨¦ punto las grandes construcciones ideol¨®gicas de nuestro siglo y del pasado ten¨ªan ra¨ªces religiosas fuertes que poco a poco vamos descubriendo, o que actuaban con formas semejantes a las de la religi¨®n.
P. En este libro, a diferencia de los anteriores, oscila usted entre la historia y los aspectos de la actualidad m¨¢s inmediata.
R. Yo quer¨ªa que este volumen fuera un complemento adecuado a La edad del esp¨ªritu, que es un libro m¨¢s reflexionado, cara al futuro, al milenio que se nos viene encima. Aqu¨¦l es un ejercicio de memoria: un traer a la memoria la tradici¨®n filos¨®fica y prof¨¦tica, junto a las grandes culturas religiosas. Aqu¨ª me interesaba tener presentes los temas de La edad del esp¨ªritu, y a la vez sacar a colaci¨®n temas actuales, pol¨ªticos, pero tambi¨¦n el contexto en el cual la religi¨®n reaparece como un hecho de primera magnitud. Esto, para m¨ª, ocurre en esta d¨¦cada. Yo lo intu¨ª ya a principios de los noventa, cuando publiqu¨¦ en EL PA?S un art¨ªculo titulado Pensar la religi¨®n, que fue como una especie de aviso. En ese momento, el escrito gener¨® cierta extra?eza, cierta pol¨¦mica. Siempre hay quien piensa que si hablas de religi¨®n es porque te has convertido a alguna religi¨®n. El art¨ªculo llamaba la atenci¨®n sobre lo que, cre¨ªa y creo, era un gran tema. En el libro, ahora, trato de explicarme por qu¨¦ a m¨ª mismo, que tambi¨¦n siento extra?eza ante el fen¨®meno. Pero el hecho es que desde entonces hasta hoy las librer¨ªas han sido inundadas con libros de religi¨®n.
P. ?Qu¨¦ entiende usted por religi¨®n?
R. La religi¨®n es un intento de dar sentido a la vida. En ese sentido, sigo a Hegel: arte, religi¨®n y filosof¨ªa son tres caminos para aproximamos a los misterios del l¨ªmite. Vida y muerte, sexualidad, dolor, enfermedad... Cada religi¨®n se orienta en torno a estos misterios, enfatizando un aspecto particular.
P. Acusa a los llamados fil¨®sofos de la sospecha (Marx, Freud, Nietzsche) de haber despachado a la religi¨®n desde fuera, ?d¨®nde se sit¨²a usted para hablar de ella?
R. Yo intento hacerlo m¨¢s desde dentro. Ellos percib¨ªan un fen¨®meno que proced¨ªa de las etapas arcaicas de la humanidad, a¨²n presente. ?sa es un poco la caricatura de la actitud que yo llamo externa. En el fondo es una continuaci¨®n de la actitud ilustrada. Los ilustrados ya anunciaban que la religi¨®n revelada era superstici¨®n. Cuando hablo de los fil¨®sofos de la sospecha hablo de una actitud que a veces da muchos frutos. Pienso, por ejemplo, en los an¨¢lisis de Freud de la religi¨®n como ilusi¨®n, enormemente ilustrativos. No digamos ya los an¨¢lisis, tan po¨¦ticos, de Marx. Eso no quita que fueran pensadores que ve¨ªan la religi¨®n como algo a superar. Yo pienso que no, yo pienso que la dimensi¨®n religiosa, otra cosa son las formas que pueda ir asumiendo, es algo que nace y muere con el hombre. No puedo, casi, concebir existencia humana sin esta referencia. Otra cosa es que esa referencia se canalice en un culto determinado, o una iglesia o confesi¨®n. Pero como orientaci¨®n yo lo veo como algo antropol¨®gico de ra¨ªz.
Babelia
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