La familia tradicional est¨¢ en proceso de extinci¨®n
La familia tradicional est¨¢ desapareciendo pr¨¢cticamente en todas partes.De 1960 a 1992 se duplic¨®, a nivel mundial, el n¨²mero de madres solteras de 20 a 24 a?os y se cuadruplic¨® entre las mujeres de 15 a 19 a?os. En esto Estados Unidos est¨¢ muy lejos de estar a la cabeza del mundo, pues s¨®lo ocupa el sexto lugar.
La proporci¨®n de divorcios est¨¢ aumentando en los pa¨ªses desarrollados y subdesarrollados. En Pek¨ªn se ha duplicado en tan s¨®lo cuatro a?os. Y se est¨¢n convirtiendo en norma los hogares en los que las mujeres son el cabeza de familia o aportan el 50% o m¨¢s de los ingresos totales.
La raz¨®n es muy sencilla. El sistema econ¨®mico actual ya no es congruente con los valores tradicionales de la familia nuclear, del mismo modo que la revoluci¨®n industrial de hace dos siglos tampoco fue congruente con los valores tradicionales de entonces de la gran familia.
En Estados Unidos, el 32% de los hombres que tienen entre 25 y 34 a?os de edad ganan menos de lo necesario para mantener a una familia de cuatro personas por encima del nivel de pobreza. Mientras que los salarios masculinos est¨¢n disminuyendo, los costes de mantener a una familia est¨¢n en continuo aumento. Los ni?os necesitan una educaci¨®n cada vez m¨¢s cara durante periodos de tiempo cada vez m¨¢s largos si quieren llegar a alguna parte en la econom¨ªa global actual. Desde el punto de vista econ¨®mico, a muchos hombres -quiz¨¢ a una mayor¨ªa- se les est¨¢ diciendo que no deber¨ªan planear tener una familia, dado que no hay ninguna probabilidad de que sean capaces de mantenerla.
Las mujeres est¨¢n bajo enormes presiones porque mientras la econom¨ªa les env¨ªa un ¨²nico mensaje (sal a trabajar y gana el dinero que necesita la familia para sobrevivir), las viejas tradiciones culturales les env¨ªan otro (qu¨¦date en casa y cuida de los ni?os). Se sienten agobiada! porque lo est¨¢n.
Hoy, los miembros de la familia la apoyan mucho menos que antes porque ahora es mucho menos necesaria para su supervivencia econ¨®mica. Los hombres terminan teniendo un gran incentivo econ¨®mico para librarse de las responsabilidades y relaciones familiares porque elevan su propio nivel de vida al hacerlo. Los hombres est¨¢n optando por no participar, sea procreando sin querer ser padres, o divorci¨¢ndose sin estar dispuestos a pagar pensi¨®n alimenticia ni a la mujer ni a los hijos, o siendo un trabajador hu¨¦sped procedente del Tercer Mundo, dejando al poco tiempo de enviar dinero a la familia que dej¨® atr¨¢s.
En el 25% de las familias con hijos dependientes no hay hombres. Las mujeres reciben asistencia social s¨®lo en el caso de que no haya hombre alguno en el hogar, y el nivel de vida de los hijos a menudo es superior cuando est¨¢n bajo la custodia del Estado en hogares de acogida que en una familia en proceso de desintegraci¨®n. Los valores son acordes con unas realidades econ¨®micas. En los sondeos de opini¨®n aparece ahora la satisfacci¨®n individual por delante de la familia. El "individualismo competitivo" crece a expensas de la "solidaridad familiar". El ideal es "elecci¨®n", no "ataduras". En el lenguaje del capitalismo, los ni?os han dejado de ser "centros de beneficios" y han pasado a ser "centros de coste".
La respuesta consiste en crear menos familias y tener menos hijos, lo que resulta bastante natural. Cuando hay hijos, los padres pasan menos tiempo con ellos, un 40% menos que hace 30 a?os. Con sus madres en el trabajo, m¨¢s de dos millones de ni?os de menos de 13 a?os de edad se quedan solos, sin ninguna vigilancia adulta, tanto antes como despu¨¦s del colegio. Efectivamente, nadie cuida a los ni?os y hay que dejarlos solos porque los servicios de guarder¨ªa consumir¨ªan la mayor parte del salarlo de la madre e invalidar¨ªa as¨ª el objetivo principal de ir a trabajar.
Hist¨®ricamente, la familia monoparental no ha sido norma en ninguna sociedad, pero la vida lineal patriarcal est¨¢ econ¨®micamente acabada.., Los valores familiares est¨¢n siendo atacados, no por programas gubernamentales que disuadan de crear una familia (aunque alguno hay) ni porque los medios de comunicaci¨®n menosprecien a la familia (aunque algunos lo hacen), sino por el propio sistema econ¨®mico. Simplemente, no permite que existan familias al viejo estilo, con un padre que genera la mayor parte de los ingresos y una madre que se encarga de la mayor parte de la crianza y educaci¨®n. La familia de clase media, con una sola fuente de ingresos, se ha extinguido.
Las medidas sociales no las determina la econom¨ªa tan s¨®lo -hay muchas posibilidades en todo momento-, pero cualesquiera que sean, tienen que ser consecuentes con las realidades econ¨®micas. Los cambios dentro del capitalismo est¨¢n haciendo que la familia tradicional sea cada vez menos compatible con el mercado. En consecuencia, la familia es una instituci¨®n en proceso de cambio y bajo presi¨®n. La realidad econ¨®mica ha puesto sobre el tapete preguntas b¨¢sicas sobre c¨®mo deber¨ªa organizarse la familia.
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