Men¨² de reyes
, Al rey Felipe II le encantaba la carne. Com¨ªa, sobre todo, platos de caza y carnero asado. Aborrec¨ªa el pescado hasta tal punto que pidi¨® una bula papal para librarse de la obligaci¨®n cristiana de comerlo todos los viernes. En cambio, la alimentaci¨®n de los monjes jer¨®nimos que estaban enclaustrados en el monasterio de El Escorial era mucho m¨¢s variada. Llenaban cazuelas con las materias primas que cultivaban en los huertos. Tambi¨¦n horneaban lacticinios (corderos reci¨¦n nacidos) y cocinaban pescado. Los 15 alumnos del Taller de Recuperaci¨®n de la Gastronom¨ªa Escurialense desempolvan libros de historia y experimentan entre sartenes para cocinar como se hac¨ªa en El Escorial (8.527 habitantes) hace 400 a?os.
"El taller gastron¨®mico es un homenaje al cuarto centenario de la muerte de Felipe II, en el a?o 1598 [tras reinar 42 a?os]", explic¨® ayer Gregorio S¨¢nchez-Meco, el historiador que coordina el curso gastron¨®mico. Los 15 alumnos est¨¢n divididos en cuatro grupos de investigaci¨®n: carnes, pescados, verduras y postres. "Cuando nos reunimos cada dos semanas intercambiamos nuestras averiguaciones", explic¨® Ricardo Ortega, abogado de 50 a?os y el ¨²nico hombre que atiende al curso. "Iba a venir otro, pero en cuanto se enter¨® de que s¨®lo hab¨ªa mujeres se raj¨®", coment¨®.
Los men¨²s del siglo XVI estaban muy vinculados a los ritos religiosos. El pescado era plato obligatorio todos los viernes. Llegaba de la costa cant¨¢brica en carros, "tapado con nieve en viajes que duraban entre 18 y 20 d¨ªas", explic¨® S¨¢nchez-Meco.
El salto atr¨¢s de cuatro siglos crea dificultades en el entendimiento de las recetas. "Hay muchas palabras desconocidas. Nos las traduce el historiador porque est¨¢n en castellano antiguo", explic¨® ayer Cristina, profesora de EGB de 40 a?os.
"Coser la perdiz [para que la carne se mantenga prieta en el hervido] no es lo mismo que coser telas", aclar¨® Margarita. Esta costurera manejaba en la clase de cocina una aguja el triple de grande que las que utiliza normalmente, cambi¨® el fino hilo por un cordel de c¨¢?amo, y la tela, por el cuerpo desplumado del ave.
Los jer¨®nimos com¨ªan mucho m¨¢s que ahora. Ni m¨¢s ni menos que cinco platos por comida. "?Y la mejor mesa? La traviesa [donde se sentaban los altos cargos de la orden, que eran los primeros en comer]", seg¨²n reza un libro de la ¨¦poca.
"En el siglo XVI ten¨ªan que pelar los pollos, recolectar los productos de las huertas y limpiar el pescado. Del proceso que segu¨ªan para obtener alimentos aprendes, adem¨¢s de nuevas recetas, las costumbres de la ¨¦poca", explic¨® S¨¢nchez-Meco.
Informaci¨®n en la Casa de la Cultura, tel¨¦fono 890 27 64.
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