La convergencia "sostenible", un arma arrojadiza contra el Sur
, La superortodoxia alemana -apoyada, ahora con sordina, por la holandesa- utiliza el concepto de "convergencia sostenible" como arma arrojadiza en su pelea contra los pa¨ªses llamados del Club Mediterr¨¢neo (Italia, Espa?a y Portugal, de los que desconf¨ªa), como si se tratase de un criterio adicional a los de Maastricht.Pero el objetivo de la "convergencia sostenible" no es un s¨²bito deseo particular de Helmut Kohl y/o del Bundesbank, sino que se convirti¨® en la doctrina oficial de la Uni¨®n Europea desde el Tratado de Maastricht. Su art¨ªculo 1094 exige cumplir los cuatro criterios (finanzas p¨²blicas sanas; estabilidad monetaria y de tipos de inter¨¦s, inflaci¨®n moderada) precisamente para alcanzarlo. O, dicho de otra manera, la vara para medir si los distintos pa¨ªses est¨¢n en la senda de una convergencia econ¨®mica duradera consiste en si a la hora del examen de selectividad o criba, "atienden al cumplimiento de los criterios".
Despu¨¦s de Maastricht, y a medida que se acercaba la hora de la verdad, proliferaron las contabilidades creativas destinadas a lucir buenas cifras en 1997. Se trataba de medidas v¨¢lidas por una sola vez, como la operaci¨®n de France Telecom, que saneaban el presupuesto de este a?o. Pero t¨¦cnicamente irrepetibles. O pol¨ªticamente imposibles, como la congelaci¨®n de sueldos de los funcionarios en Espa?a.
Medidas temporales
Ante la proliferaci¨®n de estas operaciones, se abri¨® paso la idea de que a la hora de la criba de monedas, en la primavera de 1998, no s¨®lo habr¨¢ que examinar los resultados de 1997, sino tambi¨¦n las previsiones para 1998. Por eso, los Quince introdujeron en las conclusiones de la reciente cumbre de Dubl¨ªn un acuerdo para que el examen "se haga con vistas a garantizar la situaci¨®n sostenible de las finanzas p¨²blicas y a que ¨¦stas no se vean afectadas por medidas de car¨¢cter temporal".
Es el ¨²nico texto sagrado que recoge la vuelta de tuerca, aunque no especifica el m¨¦todo para aplicarla. En la pr¨¢ctica, si se respetase la fecha de la criba, prevista para primavera de 1998, el Consejo Europeo, adem¨¢s de tener delante los resultados de 1997, conocer¨ªa ya la calidad de los presupuestos para 1998, e incluso la ejecuci¨®n de los primeros meses.
Los superortodoxos tratar¨¢n seguramente en los pr¨®ximos meses de atornillar el criterio de aplicaci¨®n del concepto, frente al lema de la Comisi¨®n, seg¨²n el cual la ¨²nica biblia para la selecci¨®n de los aspirantes al euro es "el Tratado, todo el Tratado, pero nada m¨¢s que el Tratado".
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