De portero de bar a piloto de 'jet'
, Hijo de un operario de f¨¢brica, Norman Foster dej¨® la escuela a los 16 a?os para ponerse a trabajar primero en el ayuntamiento y despu¨¦s como portero de bar los s¨¢bados por la noche. As¨ª sufrag¨® su ingreso en la Manchester School of Architecture, y en poco tiempo obtuvo su posgraduado en Yale. Desde entonces, ha prosperado tanto que poca gente discute su lugar entre los mejores y m¨¢s populares arquitectos de la actualidad.La popularidad qued¨® demostrada, por ejemplo, en el pasado Congreso de Arquitectura celebrado en Barcelona, cuando su conferencia lleg¨® a provocar problemas de orden p¨²blico y congreg¨® a gente suficiente para llenar hasta la bandera el Palau Sant Jordi. La maestr¨ªa lleva demostr¨¢ndola bastantes a?os, desde que en los a?os setenta se divorci¨® de su primer socio, Richard Rogers, y empez¨® su carrera en solitario con proyectos como el bloque de oficinas Willis Faber & Dumas de Ipswich o el Centro de Artes visuales de Norwich.
Pero su ingreso en la divisi¨®n de honor de los arquitectos no se produjo hasta la mitad de los a?os ochenta, cuando levant¨® el c¨¦lebre Banco de Hongkong y Shanghai, proyecto que le dio fama de t¨¦cnico de alta precisi¨®n, capaz adem¨¢s de resolver cualquier problema de dise?o a gusto del cliente y de cobrar por ello tarifas tan altas como sus rascacielos.
Hoy, Foster tiene 61 a?os y mientras combina el pilotaje de su jet privado con su t¨ªtulo de sir del brazo de la espa?ola Elena Ochoa, resulta casi m¨¢s f¨¢cil cuantificar los proyectos importantes en los, que no figura su nombre que los que s¨ª. En este momento, y entre otras cosas, su estudio (Foster & Partners) trabaja en el plan de reforma del centro monumental de Londres -desde Trafalgar al Victoria Embankment pasando por Parliament Square y el Whitehall-, en el impresionante aeropuerto de Chek Lap Kok, en Hong Kong -el mayor del mundo- y en la Torre del Milenio de la City londinense -el rascacielos m¨¢s alto de Europa con 90 pisos y 385 metros de altura-
A ello se suman sus propuestas para el Commerzbank de Francfort, la remodelaci¨®n del Reichstag berlin¨¦s o la del British Museum. Sus incursiones en Espa?a han oscilado entre el ¨¦xito de la Torre de Comunicaciones de Barcelona y la retirada del proyecto de reforma del Museo del Prado, a la que se une ahora su negativa a participar en el concurso de ideas para la futura terminal de Barajas.
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