Tindaya
Hoy se presenta en Arco el ¨²ltimo proyecto de Eduardo Chillida. Ser¨ªa la obra, seg¨²n propias manifestaciones, m¨¢s compleja y ambiciosa de su magn¨ªfica trayectoria. Sin duda la culminaci¨®n de una ¨®ptima creatividad mundialmente reconocida. Tambi¨¦n la que se enfrenta a una mayor controversia. Las dificultades para acercarse a una correcta conclusi¨®n en este debate, a¨²n por completo abierto, son tantas que confieso que jam¨¢s me he visto en mayores dudas y hasta zozobras. Anda casi todo tan apuntalado por el convencimiento. Est¨¢n tan acreditados los seguros de s¨ª mismos y de sus modelos de dominar la realidad. Est¨¢ tan lozana la creencia en un ¨²nico camino que exhibir un criterio en formaci¨®n, es decir, no acabado, puede interpretarse como extrav¨ªo cuando tal vez sea una forma honesta de exploraci¨®n. La que paso a resumirles.La isla de Fuerteventura apasiona, como todo el archipi¨¦lago canario. Su riqu¨ªsimo patrimonio natural es uno de los m¨¢s agredidos pese a ser la comunidad aut¨®noma con m¨¢s espacios protegidos. La riqueza en valores art¨ªsticos no es tan grande como los canarios se merecen. Es decir, que all¨ª, y menos en la isla majorera, no sobran sino faltan manifestaciones de sensibilidad y reflexi¨®n. Es m¨¢s, estoy, ahora s¨ª, profundamente convencido de que el arte y la defensa de los paisajes y sus inquilinos est¨¢n en el mismo bando. Son sendas formas de alinearse con la belleza. Porque lo ecol¨®gico es fundamentalmente un movimiento est¨¦tico.
Frente a la homogeneidad y homocrom¨ªa que pone el consumismo en cuanto avasalla, el artista y el naturalista apuestan por la multiplicidad, la policrom¨ªa y la continuidad: de la vida y de las emociones. Por tanto, un rotundo no a esa escultura honda y profunda que pretende Chillida podr¨ªa suponer la p¨¦rdida de un aliado valios¨ªsimo. Recordemos que la mayor distancia concebible es la que media entre actuar o dejar que la naturaleza siga como estaba.
Tampoco nada es tan est¨¦ril como la incomprensi¨®n de argumentos que ahora m¨¢s que nunca desear¨ªamos complementarios y no excluyentes. Porque de consolidarse las posiciones de ambas partes, absurdamente enfrentadas, se desembocar¨ªa en un absurdo despilfarro. Todos sabemos que escasean los amigos para la com¨²n causa de enfrentar tanta fealdad y degradaci¨®n como asolan las Canarias. Conviene recordar que el turismo, en tantos lugares incontrolado, ha sido una de las principales causas de empobrecimiento ambiental y est¨¦tico. De ah¨ª que inexorablemente salte a la palestra la obra de C¨¦sar Manrique en la hermana isla de Lanzarote. La obra pl¨¢stica, urban¨ªstica e ideol¨®gica del desaparecido artista garantiz¨® el ¨²nico modelo de turismo espa?ol no saldado con p¨¦rdidas abrumadoras en paisajes y patrimonio cultural. De ah¨ª que parezcan notables las diferencias de ambos creadores. Chillida pretende instalar su obra en un espacio natural protegido por su valor ecol¨®gico, hist¨®rico y antropol¨®gico. Manrique recuper¨® lugares casi siempre degradados, a veces convertidos en vertederos. Incluso su restaurante en Timanfaya es anterior a ser declarada la zona parque nacional.
Por eso me atrevo, con toda la modestia en la que me sit¨²a mi admiraci¨®n hacia Chillida, y considerando que su actual proyecto es magn¨ªfico como obra de arte, a formularle algunas preguntas para las que carezco de respuesta segura. ?Acaso no es norma de los sensibles y sensatos el modificar sus pretensiones para que ¨¦stas sean posibles, incluso cambiando su ubicaci¨®n?
?Acaso hay mayor tolerancia que tolerar lo espont¨¢neo como es? ?Acaso el arte humano no es m¨¢s arte cuando no hace peligrar al de la naturaleza? ?Acaso no ser¨ªa la mejor obra de arte de Chillida la monta?a Tindaya sin nada quitado por Chillida? ?Acaso no est¨¢ sugiriendo eso precisamente la feliz circunstancia de que alguno de los grabados arqueol¨®gicos de la cima del m¨¢s bello volc¨¢n de Fuerteventura tiene un asombroso parecido con la firma del escultor? Porque, aceptando otro enclave, este artista universal tal vez estar¨ªa firmando dos obras: Tindaya inc¨®lume y su monumento a la tolerancia en otro lugar de Fuerteventura.
Gracias, admirado Eduardo, por contestarte.
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