Pedro del Hierro impone en Cibeles su coherencia en largos y transparencias
Los tejidos lisos reinan y los adornos brillan por su ausencia
Corren aires discretos de convenci¨®n, y se nota en la futurible Pasarela Cibeles. De un lado, los de siempre, adecu¨¢ndose a un mercado pol¨ªticamente correcto que va del cromatismo a la l¨ªnea como del coro al ca?o, buscando sobre todo vender. Abri¨® la segunda jornada un ?ngel Schlesser tibio y, como es inveterado en ¨¦l, fuerte en las prendas de punto; le siguieron Esteve Mujer y Roberto Torretta, con alg¨²n traspi¨¦s formal, pero por buenas sendas. Despu¨¦s Pedro del Hierro puso la nota inteligente de su estilo maduro, y cerraron espect¨¢culo Victorio & Lucchino con otro asalto a la raz¨®n desde el andalucismo.
, Con unas botas altas de cremallera color avellana de cuestionable gusto (lo de abajo tambi¨¦n cuenta), Angel Schlesser desfil¨® sin llegar a decepcionar, pero con una cierta palidez si se compara con su discreto esplendor de sus colecciones anteriores, a veces repetitiva y a veces con errores de color. Schlesser present¨® unos jerseys grises de punto muy fino, ya en cuello pico o redondo, de gran empaque, bolsillos superpuestos de aplicaci¨®n y chaquetas entalladas, lo mismo que los abrigos. Un ¨²nico estampado floral y monocolor de inspiraci¨®n japonesa puso algo de movimiento en la ropa de c¨®ctel.En el segundo desfile conjunto la firma Esteve Mujer present¨® un conjunto de piezas bien articuladas, de texturas espesas y dominando el punto con pausas de canal¨¦ de distinto calibre entre los lisos. La peluquer¨ªa (lo de arriba casi manda), inexistente, y el calzado, torpemente ortop¨¦dico. A golpe de fados, destac¨® su buena realizaci¨®n, su car¨¢cter ponible que le garantiza el ¨¦xito comercial y un punto multicolor y diminuto, gracios¨ªsimo, que recuerda al patr¨®n crom¨¢tico del Missoni de los primeros a?os ochenta.
En gerenal, un no rotundo al adorno y un sorporte moral al reino del tejido liso por, s¨ª mismo, corolario que asumi¨® Roberto Torretta en sus pantalones ajustados como mallas de bailar, que serv¨ªan de soporte a las chaquetas largas y algo r¨ªgidas con brillo de acero. Hubo aqu¨ª cuero negro y piel marr¨®n muy flexible, gama de ante del arena al blanco sucio y algo de terciopelo usado para forrar el cuerpo lisamente. Al final un cuarteto de camiseros-pantal¨®n metalizados dio lustre al pase.
Pedro del Hierro, con casi 25 minutos de retraso -los fot¨®grafos aplaudieron-, logr¨® un lleno absoluto. El ajetreo de famosillos en la fila 0 es un fastidio y tuvo la culpa de la demora, creando un clima de prensa rosa que fastidia bastante a los profesionales de los trapos, periodistas y p¨²blico realmente interesado. Del Hierro marc¨® coherencia, una factura que es casi un milagro de perfecci¨®n en la costura espa?ola de hoy. Su estilo ha madurado pisando sobre sus propias huellas, una coherencia que llega hasta su precisi¨®n en escoger el tono tabaco de la moqueta sobre la que pisar¨ªan las modelos; hubo moda de hombre tambi¨¦n, con chaquetas de terciopelo -?la azul, un hallazgo!- y pantalones que se afinan discretamente al llegar al tobillo, siempre arriba cuatro botones -obligatorios este a?o- y calificables de imponentes los largos abrigos de doble botonadura. La lana, m¨¢s que fr¨ªa, helada en su delicadeza distante y acentuada por el rigor de los sobrios modelos.
Los vestidos de Pedro del Hierro eran como si los a?os 20 resucitaran de un letargo. Colas de tri¨¢ngulo (las mismas que influyeron en aquellos tiempos en la bata de cola espa?ola) y un sentido de l¨ªnea que s¨®lo admite un adjetivo: la madurez elegante, un sentido del color que va de los azules profundos al gris vitral, del violeta medio a los morados m¨¢s graves. La tierra, el barro rojo, el ladrillo siena, bordan las l¨ªneas verticales preponderantes, s¨®lo agredidas por esas diagonales tan art¨ªsticas, como heridas abiertas en el traje para crear un ritmo particular y sensual. Botonaduras ocultas y, en el hombre, cremalleras firmes que acaban en cuello de tira dan un sentido de fuerza a las prendas de abrigo.
Victorlo & Lucchino pusieron una nota de buena locura con el color y el desenfado que se desmarca de tendencias con alg¨²n que otro temor.
Babelia
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