Ecuador, una imagen y m¨¢s de mil palabras
Por primera vez en muchos a?os, he visto el nombre de mi pa¨ªs en primera p¨¢gina. Eso me ha motivado para enviarle esta carta con la esperanza de que sea publicada.Lo que est¨¢ sucediendo en estos d¨ªas en el Ecuador no es nada nuevo. Aqu¨ª, desde hace mucho tiempo, el capitalismo ha fracasado y, como en otros pa¨ªses del entorno, no ha hecho posible el ejercicio pleno de los derechos humanos y tampoco la satisfacci¨®n de las demandas m¨¢s elementales de la poblaci¨®n.
Esta no es una opini¨®n. Es una constataci¨®n. Basta observar los coeficientes de distribuci¨®n de los recursos desde hace 100 a?os. Con una endeble clase media, entre m¨¢s del 70% de la poblaci¨®n, el nivel de pobreza ha aumentado constantemente; m¨¢s todav¨ªa a partir de la globalizaci¨®n de la econom¨ªa y de las ¨²ltimas revoluciones industriales.
Seg¨²n la revista de la Uni¨®n de Consumidores, siete de cada 10 gambas que se comen en Sevilla han sido cultivadas cerca de Guayaquil. El Ecuador sigue siendo el primer exportador de pl¨¢tano. De estos dos productos y del petr¨®leo (el m¨¢s peque?o exportador de la OPEP cuando, pertenec¨ªa a esa organizaci¨®n) consigue fundamentalmente sus divisas.
Su econom¨ªa, en cambio, est¨¢ condicionada por la deuda externa de 1.000 d¨®lares que tiene cada ecuatoriano (una forma de exportar dinero hacia los pa¨ªses que tienen m¨¢s de lo suficiente) y, desde luego, por su mediocre y voraz clase dirigente, que se enorgullece de encontrar parentescos occidentales antes que indios, entre los cuales, dicho sea de paso, desde hace 500 a?os, todav¨ªa no se ha encontrado a ninguno que haya robado dinero del Estado.
La penuria democr¨¢tica y econ¨®mica del Ecuador no es producto del comunismo, como dicen que sucede en Cuba. Se debe al fracaso del capitalismo salvaje (derrotado el comunismo, el ¨²nico a abatir, dicen algunos intelectuales), puesto en evidencia hasta por el mism¨ªsimo George Soros, "que se hizo famoso en septiembre de 1992 cuando quebr¨® el Banco de Inglaterra".
No vale la pena convertir en una simple imagen televisiva a un suceso que merece m¨¢s de mil palabras. Es la raz¨®n de esta carta.- Ecuatoriano-hispano profesor universitario.
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