La propuesta de Ardanza
?ste es el texto ¨ªntegro de la propuesta de comunicado que el lehendakari Jos¨¦ Antonio Ardanza envi¨® el martes a los partidos del Pacto, para su aprobaci¨®n ma?ana por la Mesa de Ajuria Enea:1. Tras veinte a?os de iniciarse y consolidarse el proceso democr¨¢tico, un terrorismo que se dice de intencionalidad pol¨ªtica persiste en nuestro pa¨ªs. Tal persistencia provoca ya, por s¨ª sola, honda preocupaci¨®n en la ciudadan¨ªa, que se pregunta por nuestra capacidad para hacer frente al fen¨®meno buscarle la soluci¨®n m¨¢s adecuada.
Esta preocupaci¨®n se ha visto incrementada. por el recrudecimiento de los atentados de ETA en este inicio de 1997. En lo poco que va de a?o ETA ha perpetrado m¨¢s asesinatos que en todo el a?o pasado. Se da, por otra parte, la circunstancia de que cuatro de esos. asesinatos han sido cometidos en el breve periodo de una semana, en lugares muy alejados entre s¨ª de la geografia espa?ola y sobre personas pertenecientes a los m¨¢s diversos grupos sociales. Todo ello se produce, adem¨¢s, mientras ETA mantiene secuestrados a dos ciudadanos.De otro lado, en el ¨¢mbito concreto de la sociedad vasca, al terrorismo ejercido por ETA se le han sumado, en los ¨²ltirnos tiempos, nuevas manif¨¦staciones de sabotajes y violencia callejera, que han ahondado todav¨ªa m¨¢s la preocupaci¨®n social y provocado entre Ios ciudadanos vascos una sensaci¨®n de inseguridad y de desprotecci¨®n.
2. Ante este c¨²mulo de hechos, queremos asegurarle, en primer lugar, a la sociedad que compartimos su honda preocupaci¨®n y que somos sensibles a las demandas que dirige a las instituciones democr¨¢ticas para que le garanticen la protecci¨®n eficaz de sus personas y bienes, de sus derechos y libertades, y encuentren adem¨¢s las v¨ªas m¨¢s adecuadas que conduzcan a la superaci¨®n definitiva de la presente situaci¨®n.
Pero, compartida sinceramente esta preocupaci¨®n de la sociedad y escuchadas atentamente sus de mandas, tambi¨¦n nos ha parecido conveniente, en estos momentos de especial dificultad, pedirle un esfuerzo de serenidad y de responsabilidad. Porque, contra lo que parece sugerir ciertas valoraciones simplistas que con frecuencia se hacen, tanto el terrorismo de ETA como sus derivaciones pol¨ªticas y sociales constituyen un fen¨®meno en extremo complejo, como compleja es tambi¨¦n esta misma sociedad vasca que los padece y que debe hacerles frente.
Pedimos, por tanto, a la sociedad vasca que tome en consideraci¨®n esa complejidad y que encuentre en ella, y no en ninguna supuesta falta de voluntad o de firmeza, la causa principal de las dificultades y discrepancias que los partidos pol¨ªticos y las instituciones, al igual que otros agentes sociales, venimos manifestando a la hora de dar con las respuestas m¨¢s id¨®neas y con las soluciones m¨¢s acertadas al problema.
As¨ª, por tomar c¨®mo ejemplo un asunto que hoy nos preocupa de manera especial a todos, el de los sabotajes y la violencia callejera, queremos advertir a la sociedad que, al tratarse de un fen¨®meno relativamente nuevo entre nosotros, al ejercerse encuadrado en una estrategia global de car¨¢cter terrorista y desestabilizador, y al estar, por tanto, deliberadamente organizado y dirigido desde esa misma estrategia, plantea problemas que al sistema democr¨¢tico, en sus distintas vertientes legislativas, judiciales, policiales y pol¨ªticas, le resultan dif¨ªciles de resolver, si quiere respetar al mismo tiempo su propia naturaleza democr¨¢tica y. sus propios procedimientos garantistas de los derechos y de las libertades de los ciudadanos.
No pretendemos utilizar, este ejemplo, ni cualquier otro de los muchos que podr¨ªan a?adirse, como excusa de nuestros innegables errores y deficiencias institucionales y partidarias. S¨®lo queremos que la sociedad los juzgue con pleno conocimiento de causa, de modo que pueda evitar la desconfianza que podr¨ªan provocar en ella ciertos planteamientos en ex ceso simplistas y, en ocasiones, claramente demag¨®gicos.
3. Pero, reconocida la complejidad del problema, tambi¨¦n queremos enviar a la sociedad un mensaje sincero y un¨¢nime de serenidad y confianza, mensaje que, m¨¢s all¨¢ de cualquier voluntarismo, se fundamenta en el an¨¢lisis objetivo de los siguientes datos de la realidad:
a) El reciente recrudecimiento de la actividad terrorista demuestra, sin duda, que ETA mantiene intacta su voluntad de matar y de extender el terror a trav¨¦s de la muerte. Pero si su voluntad no ha cambiado, su capacidad Para llevarla a la pr¨¢ctica no es hoy la misma que hace tan s¨®lo unos a?os. La acci¨®n policial interna y la cooperaci¨®n internacional se est¨¢n demostrando eficaces en el, progresivo debilitamiento de la organizaci¨®n. ETA puede seguir haciendo da?o. Pero la propia organizaci¨®n conoce mejor que nadie en qu¨¦ medida ha ido mermando. su capacidad operativa. La sociedad democr¨¢tica cometer¨ªa un grave error si atribuyera a ETA m¨¢s fuerza que la que ella misma se reconoce y tiene. En estos momentos de recrudecimiento de la actividad terrorista queremos decirle a la sociedad que no pierda ni la serenidad ni la perspectiva a la hora de analizar la evoluci¨®n del fen¨®meno y de constatar los importantes avances realizados.
b) La propia violencia callejera, por preocupante que sea, no ha de interpretarse como un signo de fortaleza, sino, por el contrario, como una se?al de progresivo debilitamiento y degeneraci¨®n del proyecto pol¨ªtico del MLNV. As¨ª, organizada con la intenci¨®n de suplir las evidentes carencias operativas de ETA, est¨¢ produciendo los efectos colaterales contrarios; extender el rechazo social frente al MLNV y su, proyecto pol¨ªtico y provocar disensiones y distanciamientos en el seno de la propia izquierda abertzale.
En tal sentido, la violencia callejera, en vez de un ¨¦xito, representa el fracaso de una estrategia que, pretendiendo representar una confrontaci¨®n entre el pueblo vasco y el Estado espa?ol, acaba provocando y visualizando la divisi¨®n, el odio y el enfrentamiento entre los vascos dentro de la propia sociedad vasca. En esto se ha convertido el supuesto, proyecto de "construcci¨®n nacional". Pues bien, cuando un proyecto pol¨ªtico degenera hasta tales extremos, muy poco cabe esperar de su capacidad para. acumular fuerzas y adhesiones para el futuro.
Animemos, por tanto, a la sociedad democr¨¢tica vasca a que haga suya esta reflexi¨®n cuando tenga que hacer frente, como ya lo est¨¢ haciendo, al fen¨®meno de sabotajes y de la violencia callejera.
c) Las instituciones democr¨¢ticas disponen de los mecanismos suficientes para enfrentarse al problema del terrorismo en todas sus manifestaciones, y tienen la decidida voluntad de aplicarlos. Todas ellas -las legislativas, las judiciales y las ejecutivas- son plenamente conscientes de la gravedad del problema, as¨ª como de la responsabilidad que cada una de ellas tiene para responder a la demanda ciudadana de eficacia y cooperaci¨®n. Nosotros, como responsables pol¨ªticos de tales instituciones, nos comprometemos a perfeccionar y activar todos los mecanismos de que dispone el sistema para hacer frente al problema y satisfacer la creciente demanda ciudadana de protecci¨®n y de seguridad.
d) Contamos, finalmente, con una sociedad vasca que ha dado ya muestras m¨¢s que suficientes de no dejarse arredrar por esa minor¨ªa violenta. Las sigue dando, d¨ªa a d¨ªa, en sus puestos de trabajo, en la escuela, en la universidad, en los edios de comunicaci¨®n y en las calles y plazas de todo Euskadi, es decir, en todos aquellos lugares en los que la integridad y la libertad de sus ciudadanos est¨¢n amenazadas.Queremos mencionar de manera especial las muestras que cada d¨ªa dan esos j¨®venes, organizados en torno a los diversos movimientos pacifistas, que constituyen la mejor garant¨ªa de un futuro de paz para nuestro pueblo.
A todos ellos les animamos a que contin¨²en en ese compromiso activo con la democracia y con la paz. Nada resulta m¨¢s frustrante para los violentos que comprobar su propia incapacidad para rebasar los l¨ªmites del gueto en que ellos mismos se han encerrado.
Queremos, por tanto, transmitir a la sociedad nuestro convencimiento de que estos tres. elementos -eficacia y colaboraci¨®n policiales, funcionamiento ¨¢gil y coordinado de las instituciones y partidos democr¨¢ticos, y concienciaci¨®n y activismo ciudadanos- constituyen tres pilares imprescindibles, junto con el respeto escrupuloso, por parte de todos, de la voluntad popular democr¨¢ticamente expresada, sobre los que ha de construirse el edificio de la paz. En tal sentido, nos comprometemos desde aqu¨ª a reforzarlos.
4. Pero, dicho esto, tampoco queremos ocultar a la sociedad las profundas diferencias que hoy nos separan a los partidos y que la opini¨®n p¨²blica tan bien conoce. Mantenemos ciertamente una unidad sin fisuras en el rechazo activo de la violencia como instrumento de acci¨®n pol¨ªtica. Pero discrepamos a la hora de dise?ar algunas de las medidas que habr¨ªan de adoptarse para su definitiva superaci¨®n.
Hemos de reconocer que en este terrenorio hemos avanzado al ritmo que nos demanda la sociedad. Porque ¨¦sta, adem¨¢s de actitudes firmes de rechazo, nos exige tambi¨¦n propuestas de soluci¨®n. Y en este sentido, aunque no es ciertamente responsabilidad nuestra el hecho de que una minor¨ªa fanatizada se haya enquistado en tomo a una organizaci¨®n terrorista, s¨ª asumirnos como propia la responsabilidad de hacer todo lo que est¨¦ en nuestras manos por alcanzar una sociedad plenamente integrada y reconciliada.
Ser¨ªa, por otra parte, injusto no reconocer que, desde los partidos y desde las instituciones, hemos hecho esfuerzos notables en esa direcci¨®n. El propio acuerdo de Ajur¨ªa Enea constituy¨® una oferta sincera de integraci¨®n y pacificaci¨®n a trav¨¦s de un final dialogado para los violentos y de su reinserci¨®n en la sociedad. Apoyamos m¨¢s tarde, en virtud de ese mismo acuerdo, los procesos de di¨¢logo que se produjeron a lo largo de 1988 y que culminaron. en las conversaciones de Argel en 1989. M¨¢s recientemente, en nuestra reuni¨®n del 25 de junio de 1996, respondimos a la m¨ªnima tregua de ETA con una oferta razonable. de di¨¢logo. Nuestra disposici¨®n ha quedado siempre clara.
La respuesta de ETA, por el contrario, ha sido siempre frustrante. M¨¢s asesinatos, m¨¢s secuestros, m¨¢s sabotajes y m¨¢s violencia callejera para imponer una negociaci¨®n con el Estado al margen de la sociedad a la que dice representar. Y, a la vez, m¨¢s desprecio a las ofertas sinceras que surgen de la propia sociedad vasca a trav¨¦s de los representantes m¨¢s genuinos de su pluralidad. Hechos todos ellos que nos hacen dudar muy seriamente de que ETA est¨¦ apelando a la v¨ªa del di¨¢logo para alcanzar un arreglo razonable y no para imponer su propia soluci¨®n.A pesar de ello, nosotros no vamos a eludir la responsabilidad que nos corresponde en orden a propiciar un arreglo democr¨¢tico que ponga fin a tanto sufrimiento absurdo e in¨²til e instaure un futuro de paz en nuestro. pueblo. En tal sentido, nuestra oferta del 25 de junio sigue en pie.
Y como es precisamente en ¨¦ste terreno en el que m¨¢s profundas son nuestras diferencias, anuncia mos desde aqu¨ª nuestra voluntad de iniciar una nueva fase de traba jo en esta mesa. El objetivo ser¨¢ superar nuestras actuales discrepancias, reforzar el consenso de mocr¨¢tico y sus foros de expresi¨®n, y concretar, desde el consenso recuperado y a partir de los principios del acuerdo de Ajuria Enea y de las declaraciones que lo han desarrollado hasta ahora, el proceso que deber¨ªa conducir a ese arreglo razonable y democr¨¢tico que, mediante el di¨¢logo, sea capaz de superar la actual situaci¨®n de violencia.
Estamos convencidos de que para alcanzar este objetivo la discreci¨®n la intensificaci¨®n del di¨¢logo entre los partidos deber¨¢n ser las pautas b¨¢sicas de actuaci¨®n. A ambas nos comprometemos. Basaremos, por tanto, el di¨¢logo interpartidario en encuentros informales y discretos, a desarrollar no necesariamente en reuniones plenarias de la mesa. Tras nueve a?os de reuniones, nos ha parecido que este nuevo m¨¦todo de trabajo es indispensable para hacer precisamente de la mesa, adem¨¢s de foro de consenso, un ¨®rgano operativo en el proceso de pacificaci¨®n y de sus reuniones plenarias hitos importantes en dicho proceso. Esperamos que la opini¨®n p¨²blica y los medios de comunicaci¨®n que la informan sepan entender las razones de nuestro comportamiento.
5. No queremos terminar sin transmitir nuestra m¨¢s sentida solidaridad a los familiares de los ciudadanos recientemente asesinados por ETA, as¨ª como a Jos¨¦ Antonio Ortega Lara y a Cosme Delclaux, inhumanamente secuestrados por ETA, y a sus familiares.
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