Los expertos barajan la nueva f¨®rmula del microcr¨¦dito para combatir la miseria
Los pr¨¦stamos a bajo inter¨¦s a mujeres ayudar¨ªan a salir del pozo a millones de familias
La miseria se nutre y se pudre en un c¨ªrculo vicioso: quienes la padecen ni siquiera pueden ponerse en marcha contra ella porque carecen de dinero para comprar ¨²tiles elementales y levantar una m¨ªnima empresa. Contra esa postraci¨®n pretende luchar el microcr¨¦dito, un sistema de pr¨¦stamos a bajo inter¨¦s cuyos impulsores celebraron, a principios de este mes, una cumbre en Washington. Los m¨¢s optimistas creen que 100 millones de familias podr¨ªan beneficiarse del microcr¨¦dito en el 2005, en especial las mujeres, aut¨¦ntico motor social y econ¨®mico. Pero no faltan quienes ven importantes pegas.
Los intereses y el plazo de devoluci¨®n del microcr¨¦dito var¨ªan, seg¨²n los pa¨ªses y circunstancias. La clave estriba en que los intereses est¨¢n siempre muy por debajo de los cr¨¦ditos normales, y con gran flexibilidad para devolverlos (lo mismo hay casos de un a?o que de 10). Permiten comprar las herramientas, el ganado o el espacio imprescindibles para comenzar una actividad que rompa la condena a la miseria.El sistema naci¨® en Bangla Desh con Muhammad Yunus, un economista que hoy dirige el Grameen Bank, fundamental en el microcr¨¦dito. Yunus repar¨® en que ayudar a las mujeres significaba ayudar a los ni?os, es decir, una estrategia para toda la familia. Se mueve, para Bangladesh y pa¨ªses similares, con cr¨¦ditos entre 4.000 y 14.000 pesetas.
"En este proyecto innovador", dijo la Reina en la cumbre, "las grandes favorecidas son las mujeres, que constituyen un 94% las beneficiarias. Por medio del autoempleo, millones de manos femeninas generan gran cantidad, de tareas que sustentan la base de una amplia actividad econ¨®mica, lo que redunda en beneficio de su familia y de su identificaci¨®n como personas".
En la cumbre de Washington la Administraci¨®n espa?ola brill¨® por su ausencia. S¨®lo asisti¨® la embajada. "El universo del, microcr¨¦dito es incre¨ªblemente variado", dice el consejero de Agricultura de la embajada, Luis Esteruelas. "El criterio es que sea rentable para todos. No es una ayuda, sino un procedimiento bancario para quienes no podr¨ªan encontrar un aval".
En Espa?a, en cuanto a organismos oficiales, el sistema est¨¢ muy verde. Un convenio de noviembre entre la Fundaci¨®n Reina Sof¨ªa y Unicef Espa?a posibilita un programa para "mujeres pobres de zonas rurales" en Iberoam¨¦rica, con nueve millones de pesetas: son actividades en Per¨² que benefician a unas 36.000 familias campesinas con entre 2.000 y 6.000 pesetas mensuales. El cr¨¦dito evita a los campesinos recurrir a un usurero.
S¨ª hay ONG en tareas de microcr¨¦dito, lo llamen o no as¨ª. "Fuimos la ¨²nica representaci¨®n espa?ola en Washington, con la Reina, lo que me impact¨®", dice Pedro Saladich, de Codespa, vinculada al Opus. "Tenemos programas en Bolivia, Per¨², Colombia, Ecuador... El ¨²nico modo de acabar con la pobreza es crear riqueza".
Interm¨®n destin¨® en 1996 unos 200 millones de pesetas a microcr¨¦dito y promoci¨®n de las mujeres. Un redactor de este peri¨®dico fue testigo el pasado a?o de la eficacia del sistema entre mujeres de pescadores de Burkina Faso. "En Am¨¦rica lo desarrollamos en Rep¨²blica Dominicana, El Salvador, Nicaragua y Bolivia", dice Ram¨®n Vallescar, coordinador del ¨¢rea. "Es un instrumento ¨²til, pero no el ¨²nico. Una ventaja es. que evita la dependencia que genera la ayuda".
Manos Unidas, de inspiraci¨®n cat¨®lica, tiene entre otros programas uno en Bolivia -con la Generalitat valenciana- para esposas de ex mineros: las mujeres llevan una panader¨ªa en cooperativa en La Paz.
Adem¨¢s del Grameen Bank, otras, instituciones intemacionales manejan microcr¨¦ditos. Empezando por entidades tan controvertidas como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo. Est¨¢ desde luego el Fondo Internacional de Desarrollo Agrario (FIDA), de la ONU, creado cuando en los a?os 70 la FAO no dio abasto contra las crisis alimentar¨ªas. Tambi¨¦n la ayuda oficial de EE UU (USAID) apoya la microempresa: en 40 pa¨ªses, con 15.600 millones de pesetas para 1997.
Cr¨ªticas
Los cr¨ªticos del microcr¨¦dito aducen que, bajo o no, significa deuda. La prestigiosa ONG Oxfam. ha elaborado un informe sobre la cumbre de Washington en que elogia la capacidad de movilizar a la gente, pero advierte que al dar prioridad al crecimiento, pueden olvidarse los intereses de la gente pobre. "Los servicios financieros subsidiados", advierte Oxfam, "crean dependencia hacia los donantes". Y concluye: "No podemos consentir la creencia en la panacea del microcr¨¦dito como, soluci¨®n a la pobreza. Es obligaci¨®n b¨¢sica de todas las sociedades y de los gobiernos asegurar la salud y la educaci¨®n". Oxfam, como Interm¨®n y otras ONG, aboga por la colaboraci¨®n directa con ONG locales.Yunus cree que la caridad ayuda a sostener la miseria. "En Bangla Desh", dice en una reciente entrevista en Newsweek, "la gente puede ser pobre y seguir sinti¨¦ndose digna, porque van todos en el mismo barco". Pero, en el Primer Mundo, los pobres saben que se les ha expulsado y se les ha arrebatado la dignidad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.