Merienda de estr¨®genos
La tarde es cosa de estr¨®genos. El ¨¦xito de Ana, un debate creado a imagen y semejanza de los ordinary people shows (programas protagonizados por gente corriente) norteamericanos, ha convertido el zapeo vespertino en un gesto in¨²til. La imagen que escupo el monitor durante el salto de una cadena a otra es b¨¢sicamente el mismo: una presentadora-psic¨®logo-confesora, un p¨²blico comprensivo, invitados con bagaje de lo m¨¢s curioso, decorados de televisi¨®n local y ch¨¢charas para mujeres aburridas.Sinceramente Ana Rosa Quintana (Antena 3, de lunes a viernes, a las 18.00) debut¨® el lunes pasado con arduas disquisiciones sobre suegras y nueras, tema apasionante del que el Gobierno debiera tomar nota, pues dado su inter¨¦s social debiera ser tratado ¨²nicamente en la televisi¨®n p¨²blica.
Ana Rosa Quintana no ha variado en absoluto esta f¨®rmula de ¨¦xito: de pie, vestida a lo Ana Botella, con media melena y sonrisa de amiga, jug¨® a la complicidad a costa de su anterior programa, Nunca es tarde (ahora en reposici¨®n en la cadena Tele 5), y reuni¨® a un grupo variopinto de suegras: buenas, malas, incluso brujas.
En clave de colada-show, espacio donde se lavan y airean los trapos sucios m¨¢s diversos, Sinceramente A.R.Q. (las siglas, por cierto, sobreimpresionadas en pantalla, se confunden de lejos con el nombre de su principal competidora) tiene en el trabajo de producci¨®n (b¨²squeda de invitados con gancho, selecci¨®n de casos...) su mejor baza.
El resto es reiteraci¨®n de argumentos y discusiones bald¨ªas. Cada invitada aporta su testimonio, su confesi¨®n, su delaci¨®n de la suegra, la nuera, la vecina o quien sea necesario por un pu?ado de share. Todo a c¨¢mara. Definitivamente, las tardes han terminado con la imaginaci¨®n. Los estr¨®genos se sirven como merienda.
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