Duro enfrentamiento entre el Gobierno franc¨¦s y el Parlamento Europeo por la ley de inmigraci¨®n
La crisis abierta entre el Gobierno de Par¨ªs y el Parlamento Europeo a causa de la ley de inmigraci¨®n se agrav¨® ayer, al enfrentarse abiertamente el presidente de la Euroc¨¢mara, el espa?ol Jos¨¦ Mar¨ªa Gil-Robles, y el ministro de Asuntos Exteriores franc¨¦s, Herv¨¦ de Charette. El jefe de la diplomacia francesa afirm¨® que la instituci¨®n de Estrasburgo no era "un Parlamento digno de ese nombre". Gil-Robles respondi¨® al insulto cancelando la reuni¨®n que deb¨ªa mantener con De Charette. El origen del conflicto radica en una moci¨®n del Europarlamento en la que se invitaba al Gobierno franc¨¦s a retirar su proyecto de ley sobre inmigraci¨®n, lo que en Par¨ªs fue considerado como una "inadmisible injerencia".
Jos¨¦ Mar¨ªa Gil-Robles lleg¨® a Par¨ªs el martes. La situaci¨®n era delicada, ya que el Parlamento Europeo hab¨ªa aprobado el jueves anterior una moci¨®n cr¨ªtica respecto al proyecto de ley sobre inmigraci¨®n del Gobierno franc¨¦s. Este, enfrentado a una fuerte contestaci¨®n en la calle y la Asamblea Nacional, encaj¨® mal el mensaje de los eurodiputados. En su primera cita, precisamente con el presidente de la Asamblea Nacional, Philippe S¨¦guin, Gil- Robles tuvo que escuchar una encendida protesta, con alusiones a la "cacofon¨ªa" y a la "impotencia" del Europarlamento. Gil-Robles aguant¨® sin comentarios.Luego se dirigi¨® al palacio del El¨ªseo, donde el presidente Jacques Chirac le esperaba con una carta en la que hac¨ªa constar su enfado por la "inadmisible injerencia" de los eurodiputados en los asuntos internos franceses Gil-Robles volvi¨® a callar.
Pero, ayer por la ma?ana, el ministro Herv¨¦ de Charette fue demasiado lejos. De Charette afirm¨® ante las c¨¢maras de televisi¨®n que, "una vez m¨¢s", la C¨¢mara de Estrasburgo hab¨ªa "demostrado" que no era "a¨²n un Parlamento digno de ese nombre". "Se ocupa de lo que no le incumbe, es decir, de la legislaci¨®n francesa", a?adi¨®.
Gil-Robles consider¨® que no pod¨ªa tolerar la descalificaci¨®n p¨²blica de la instituci¨®n de la que era presidente e inmediatamente exigi¨® una rectificaci¨®n. De lo contrario, advirti¨®, se ver¨ªa obligado a cancelar su cita con De Charette, prevista para las 16.15. En vista de la situaci¨®n, el propio primer ministro, Alain Jupp¨¦, se sinti¨® obligado a intervenir y convoc¨® a Gil-Robles a Matignon. La reuni¨®n, que no estaba prevista en la visita oficial, dur¨® media hora y sirvi¨® para calmar los ¨¢nimos. Pero Gil-Robles sigui¨® reclamando excusas, y De Charette sigui¨® neg¨¢ndose a ello. La entrevista del ministro con el presidente del Parlamento Europeo fue cancelada minutos antes de la hora fijada.
De Charette decidi¨® llevar el enfrentamiento hasta el final y se dirigi¨® a la Asamblea Nacional para lanzar un nuevo alegato contra el Europarlamento. "Francia considera", dijo, "que es chocante que el Parlamento Europeo pueda debatir cuestiones que afectan a la soberan¨ªa de los Estados miembros y son responsabilidad de los gobiernos y parlamentos nacionales". El ministro anunci¨® que trasladar¨ªa "el problema a la pr¨®xima reuni¨®n de ministros de Asuntos Exteriores [de la Uni¨®n Europea]" y que hablar¨ªa tambi¨¦n de ello "en la Conferencia Intergubernamental en curso [para la reforma del Tratado de Maastricht]". En declaraciones posteriores, Gil-Robles se declar¨® insatisfecho por las palabras del ministro De Charette, pero consider¨® que "el incidente" pod¨ªa darse por cerrado. "Si hubo injerencia", explic¨®, "fue en el sentido light del t¨¦rmino".
Contra el racismo
La conflictiva moci¨®n del Europarlamento deb¨ªa ser inicialmente una declaraci¨®n gen¨¦rica contra el auge del racismo y la extrema derecha en Europa, en una sesi¨®n en la que s¨®lo estaban presentes 209 de los 626 miembros. Pero cuatro diputados de izquierda, tres de ellos franceses, propusieron dos enmiendas. La primera, aprobada con 105 votos a favor y 104 en contra, se?alaba que el proyecto de ley sobre inmigraci¨®n del ministro Jean-Louis Debr¨¦ "refuerza a¨²n m¨¢s las leyes Pasqua de 1993 y llama a la delaci¨®n instaurando la obligaci¨®n para toda persona de declarar la partida de los extranjeros alojados". Era una menci¨®n al art¨ªculo 1 del proyecto, finalmente suprimido por el Gobierno franc¨¦s tras una fuerte protesta ciudadana.La segunda moci¨®n, la que realmente irrit¨® a Chirac y a su Gobierno, fue aprobada con 106 votos a favor, 101 en contra y dos abstenciones. Supon¨ªa incluir en la declaraci¨®n la siguiente frase: "[El Europarlamento] invita al Gobierno franc¨¦s a retirar el proyecto de ley Debr¨¦".
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