Golpe de Netanyahu
BENJAMN NETANYAHU deseaba disparar contra el buque averiado del proceso de paz. Ha elegido bien y le ha dado por debajo de la l¨ªnea de flotaci¨®n. La decisi¨®n de autorizar la construcci¨®n de 6.500 viviendas para jud¨ªos en Jerusal¨¦n Este es una aut¨¦ntica bofetada contra este proceso, contra Arafat, contra los palestinos, contra el mundo ¨¢rabe y, en general, contra la comunidad internacional. Aunque Netanyahu hace caso omiso de estas consideraciones.La decisi¨®n ha contado con el apoyo del Gabinete, pero ha sido muy personal, pues Netanyahu suma al cargo de primer ministro la titularidad del Ministerio de Vivienda. La tierra para los nuevos asentamientos est¨¢ en la colina de Har Homa, que los ¨¢rabes llaman Yebel Abu Gheim y que pertenec¨ªa a estos ¨²ltimos, pero que fue ocupada y anexionada por Israel a Jerusalen. El mensaje es di¨¢fano: el Gobierno del Likud y sus coligados quiere impedir un acuerdo sobre un tema a¨²n -pendiente de negociar, el estatuto de Jerusal¨¦n, esencial para lo- que queda del proceso de paz. Esta cuesti¨®n no interesa s¨®lo a israel¨ªes y palestinos, sino tambi¨¦n a musulmanes, cristianos y jud¨ªos de todo el mundo, por la carga religiosa de esos lugares.
Netanyahu es reh¨¦n de su propia concepci¨®n, de su mismo partido y de las formaciones extremistas que apoyan a su Gobierno, ya descontentas con el acuerdo sobre Hebr¨®n. Lo que est¨¢ por ver no es ¨²nicamente el futuro m¨¢s o menos oscuro de un proceso de paz que s¨®lo en- apariencia se hab¨ªa vuelto a encarrilar tras el Pacto sobre Hebr¨®n sino la reacci¨®n de los palestinos. Se han sentido doblemente insultados: por la decisi¨®n en s¨ª y por la compensaci¨®n de autorizar de forma sim¨¦trica la construcci¨®n de 3.000 viviendas en los barrios ¨¢rabes de Jerusal¨¦n: una simetr¨ªa que, adem¨¢s, Israel anuncia a menudo, pero que no suele llevar a la pr¨¢ctica. No es sorprendente que los portavoces palestinos hablen de declaraci¨®n de guerra por parte de Israel, y no de paz. En Jerusal¨¦n, el primer ministro israel¨ª le ha dado una patada a Hebr¨®n.
Netanyahu recela profundamente de un proceso de paz que habr¨¢ de desembocar, tarde o temprano y por muchas limitaciones que se pusieran, en la creaci¨®n de un Estado palestino. Y es reh¨¦n de su debilidad pol¨ªtica cuando su supervivencia como primer ministro est¨¢ en entredicho. En el fondo, muchos palestinos, e incluso algunos israel¨ªes, mantienen la esperanza m¨¢s o menos secreta de que Netanyahu acabe cayendo v¨ªctima del llamado Bibigate. En este esc¨¢ndalo es acusado de haber querido nombrar fiscal general a un abogado de tercera a cambio de favores pol¨ªticos con connotaciones financieras del partido Shas, esencial para el mantenimiento del Gobierno. La posibilidad de su ca¨ªda y de elecciones anticipadas abre claros en un cielo hoy oscuro.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.