Chac¨®n encara con "v¨¦rtigo y miedo" la publicaci¨®n de su segunda novela
"En la primera novela te muestras. En la segunda, demuestras". En esta encrucijada se encuentra Dulce Chac¨®n (Zafra, Badajoz, 1954) al publicar Blanca vuela ma?ana tras el relativo ¨¦xito de Alg¨²n amor que no mate donde hizo su primera incursi¨®n en la narrativa tras escribir poes¨ªa desde que era una ni?a. Esta extreme?a, afincada en Madrid y que puede permitirse el lujo de vivir s¨®lo de la literatura desde hace unos meses, confiesa que la poes¨ªa le ha influido en su forma de narrar. "Entiendo la narrativa tambi¨¦n como ritmo y por eso busco frases cortas. Es algo deliberado y necesito escribir de ese modo", se?al¨® ayer Chac¨®n horas antes de la presentaci¨®n de su novela, publicada por Plaza y Jan¨¦s al igual que la primera.No ha podido evitar el v¨¦rtigo que produce escribir una segunda novela. "No s¨®lo v¨¦rtigo, tambi¨¦n miedo". Pero me encuentro muy a gusto con esta novela. Creo que va a demostrar", comenta con una sonrisa confiada. Dulce Chac¨®n tuvo la fortuna de que el editor Enrique Murillo apostara por ella y le propusiera escribir tres novelas a modo de trilog¨ªa sobre la incomunicaci¨®n amorosa y la huida como respuesta. Fracasos sentimentales, abandonos, rupturas y muerte coinciden en Blanca vuela ma?ana, ambientada parcialmente en Alemania. Pese a todo, la autora deja un resquicio a la esperanza con una frase que act¨²a como talism¨¢n de su novela: "Nunca te ir¨¢s de m¨ª aunque te, vayas".
Se declara apasionada y considera que el amor debe incluir siempre un componente de pasi¨®n. "Es cierto que a veces las mujeres confundimos la pasi¨®n con el amor, pero estoy convencida de que en el verdadero amor debe pervivir la pasi¨®n aunque con el tiempo derive en amistad o en complicidad", ase gura.
No participa esta autora de la opini¨®n de que las mujeres tienen m¨¢s capacidad de fabulaci¨®n o de expresar sus sentimientos. "Creo que es un t¨®pico", dice Chac¨®n, "y en cualquier caso responde a una cuesti¨®n cultural. Adem¨¢s cada vez hay m¨¢s hombres a los que, por ejemplo, no les importa llorar en p¨²blico".
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