B¨¦lgica, indignada por otro caso de torpeza policial en el asesinato de una ni?a
El horror por la tragedia vuelve a mezclarse en B¨¦lgica con la indignaci¨®n por la torpeza de la polic¨ªa. El presunto asesino de la ni?a marroqu¨ª Loubna Benaissa, desaparecida en 1992 cuando ten¨ªa nueve anos de edad, fue acusado entonces por vanos vecinos que dijeron o¨ªr gritar a la ni?a cuando pasaba ante la gasolinera en que fueron hallados sus restos el mi¨¦rcoles por la noche, y en la que ¨¦l trabajaba. Pese a sus grav¨ªsimos antecedentes por abuso de menores, la polic¨ªa nunca dud¨® de su coartada y apenas investig¨® en el lugar. El espectro del caso Dutroux planea de nuevo sobre B¨¦lgica.
Loubna Benaissa desapareci¨® el 5 de agosto de 1992, cuando sali¨® de su casa para ir a un supermercado a hacer un recado. La gasolinera donde trabajaba Patrick Derochette, autor confeso del crimen desde el pasado mi¨¦rcoles en que fue detenido, se encuentra a menos de 300 metros de la casa familiar de Loubna y era paso obligado para llegar a la tienda adonde ¨¦sta se dirig¨ªa. Una vecina afirm¨® entonces que hab¨ªa o¨ªdo los gritos de una ni?a precisamente a la hora en que despareci¨® la joven marroqu¨ª, las 12.30. Los primeros datos apuntaban a Derochette.La vecina vive enfrente de la t¨¦trica gasolinera. En ella trabajaba Derochette, un joven de 33 a?os que cuando ten¨ªa 20 fue declarado culpable de abusar de cuatro ni?os de entre 8 y 12 a?os y del intento de asesinato de uno de ellos. ?l era, sin duda, el principal sospechoso.
P ese a este c¨²mulo de elementos en su contra, la Polic¨ªa Judicial de Bruselas apenas investig¨® a Derochette. Bast¨® su declaraci¨®n de que en ese momento estaba almorzando con su hermano para que los investigadores descartaran su participaci¨®n en el secuestro. El caso qued¨® aparcado, sin una soluci¨®n.
Casi cinco a?os despu¨¦s, los restos de Loubna Benaissa han sido encontrados escondidos en un cofre de hormig¨®n en el s¨®tano de la gasolinera de Derochette. Las evidencias llegaban esta vez como sucedi¨® en otros casos que han sacudido la conciencia nacional, demasiado tarde.
Los belgas se preguntan hoy, al igual que hace unos meses, si detr¨¢s de tanta torpeza policial y Judicial, tanta incapacidad investigadora, no se esconde algo m¨¢s que desidia. La misma que permiti¨® a Marc Dutroux secuestrar a ni?as y adolescentes durante a?os. Su siniestro caso, que ha llevado a B¨¦lgica a una inusitada depresi¨®n colectiva desde el verano pasado cuando fueron hallados los restos de cuatro ni?as y adolescentes, guarda semejanzas con el de Derochette.
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