Nazis hacia el R¨ªo de la Plata
Cientos de hombres de Hitler huyeron al Cono Sur atra¨ªdos por las dictaduras
Capataces de campos de concentraci¨®n, jefes de la Gestapo, generales de las SS, banqueros, servidores civiles o militares del III Reich, ejecutores del genocidio jud¨ªo, tripulaciones de buques de guerra germanos que navegaban por el R¨ªo de la Plata cuando se consum¨® la derrota nazi, huyeron a Suram¨¦rica con lo puesto o precedidos por la transferencia bancaria de los dientes de oro de sus v¨ªctimas. A rebufo de la fascinaci¨®n del dictador paraguayo Alfredo Stroessner, del gaucho Juan Domingo Per¨®n, o de sus vecinos, por la disciplina y metales del fascismo de Adolfo Hitler o de Benito Mussolini desembarcaron en Argentina, Chile, Bolivia, Paraguay o Brasil numerosos criminales de guerra, y con ellos una parte del oro, obras de arte y, capitales saqueados durante el holocausto. No hay certeza sobre las cifras de aquella inmigraci¨®n, en torno a los 80.000 alemanes, austriacos o croatas legalmente documentados, 800 mandos nazis y m¨¢s de doscientos criminales de guerra.Buenos vecinos la mayor¨ªa, mansos, gente de palabra entre tanta picard¨ªa criolla, entre los fugitivos asentados en la frontera paraguayo-argentino-brasile?a u otros enclaves de las amigables tierras americanas figuraron los camaradas Joseph Mengele, Adolf Eichmann, Ante Pavelic, Joseph Schwammberg, Klaus Barbie o Walter Kustschman. Algunos de sus descendientes tambi¨¦n perdieron la raz¨®n. Es el caso de Volker von Oven, de 58 a?os, hijo de Wilfred, von Oven, colaborador del ministro de Propaganda de Hitler, Joseph Goebbels, quien hace dos a?os inform¨® sobre su condici¨®n de semental contratado por dos se?oras del Chaco, interesadas en parir su "intelectualidad y cualidades de conducta". La fecundaci¨®n, asegur¨® ¨¦l, se efectuar¨ªa por el m¨¦todo tradicional".
El escritor argentino Tom¨¢s Eloy Mart¨ªnez contaba c¨®mo, en septiembre del a?o 1970, Per¨®n le habl¨® con entusiasmo de un especialista en gen¨¦tica que sol¨ªa visitarle en palacio y le entreten¨ªa con relatos de sus maravillosos descubrimientos. "Un d¨ªa, el hombre vino a despedirse por que un caballero paraguayo le hab¨ªa contratado para que le mejorara el ganado. Le iban a pagar una fortuna. Me mostr¨® las fotos de un establo que ten¨ªa por all¨ª, cerca de Olivos, donde todas las vacas le par¨ªan mellizos. Pregunt¨¦ c¨®mo se llamaba el taumaturgo. 'Qui¨¦n sabe', mene¨® la cabeza Per¨®n. 'Era uno de esos b¨¢varos bien plantados, cultos, orgullosos de su tierra. Espere... si no me equivoco, se llamaba Gregor. Doctor Gregor". El maravilloso Gregor, Helmut Gregor, ocultaba a Joseph Mengele, El ?ngel de la Muerte, obsesionado con el nacimiento de mellizos para gloria y crecimiento de la raza aria, m¨¦dico que asesin¨® a ni?os en presencia de sus madres y pas¨® a cuchillo a los cojos, tuertos o mancos.
Habiendo sido Argentina domicilio preferente de nazis, el Gobierno de Carlos Menem dispuso la pasada semana la apertura del Banco Central para cotejar listas y rastrear el oro, calculado en m¨¢s de 300 millones de d¨®lares (43.500 millones de pesetas) seg¨²n datos oficiales estadounidenses, aproximadamente el 15% de los activos nazis en el exterior. No ser¨¢ f¨¢cil la reconstrucci¨®n de la trama ni determinar el pedigr¨ª de algunas inversiones de la ¨¦poca, pese a su hedor. La mayor¨ªa de quienes se instalaron por estos lares recibieron, amparo oficial y la ayuda de los fascios y camisas pardas locales: "?Haga patria, mate a un jud¨ªo!". Muchos cambiaron de identidad, y as¨ª, alemanes apellidados Buchrucker o Dietrich figuran en los registros municipales como Gonz¨¢lez o Corini.
El experto Jorge Camarasa, en su libro Odessa al Sur, sostiene que el tesoro camuflado d¨¦cadas atr¨¢s en la regi¨®n incluy¨® lingotes de oro, millones de d¨®lares, acciones de empresas y piedras preciosas, y tambi¨¦n obras de arte robadas de los museos y las colecciones europeas por el mariscal Hermann Goering. No faltaron quienes citaron al caudillo Per¨®n y a su esposa Eva Duarte como beneficiarios de cuentas en Suiza. El diario franc¨¦s Le Figaro lleg¨® a publicar hace 27 a?os que un submarino de la flota del almirante Doenitz atrac¨® en 1945 en un puerto del R¨ªo de la Plata con un fabuloso bot¨ªn para el matrimonio. No existe, sin embargo, documentaci¨®n que pruebe esa tesis. Pedro Bianchi, abogado defensor del ex capit¨¢n de las SS Erich Priebke hasta su extradici¨®n a Italia, el pasado a?o, cifra en 8.000 las c¨¦lulas de identidad y en 2.000 los pasaportes argentinos repartidos por Per¨®n entre los nazis.
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