Un Jap¨®n fr¨ªvolo emerge cada noche en las pantallas de televisi¨®n
En una cadena de televisi¨®n, dos hombres se disputan una carrera de obst¨¢culos mientras sobre sus cabezas se cruzan fuentes llenas de pastel de vainilla. En otra, docenas de cocineros se dedican a preparar obras maestras de la mahonesa: profiteroles de mahonesa, tallarines de mahonesa, guiso de mahonesa. Y en una tercera, dos mujeres intentan comprimir botes de refresos al meterlos entre sus senos cubiertos por un escaso bikini. ?Qui¨¦n dijo que Jap¨®n era un pa¨ªs serio?
Cualquiera que encienda la televisi¨®n por la noche en Jap¨®n se encontrar¨¢ con una sucesi¨®n de programas de variedades surrealistas, burlones y completamente necios. Si el estereotipo occidental de los japoneses es el de personas terriblemente serias que se relajan al quitarse sus chaquetas oscuras y escuchar a Mozart en disco compacto, despu¨¦s de ver la televisi¨®n japonesa una noche, se cambia de idea."A m¨ª me gustan lo que tu llamas programas tontos", asegura Kenichiro Horii, un columnista de televisi¨®n que tiene seis receptores en su oficina, tres de los cuales siempre est¨¢n conectados. "Me gustan los programas sin sentido, que no tienen ning¨²n fundamento. Cuanto m¨¢s rid¨ªculo, m¨¢s interesante me resulta".
Es un hecho que en todos los pa¨ªses hay vacuidad en las ondas y que Jap¨®n tambi¨¦n produce muchos programas serios sobre asuntos nacionales e internacionales. Puede que haya m¨¢s cuerpos desnudos en la televisi¨®n japonesa que en las pantallas estadounidenses, pero tambi¨¦n hay una programaci¨®n m¨¢s elaborada de temas de econom¨ªa y mucha atenci¨®n a la cultura. Adem¨¢s, unos pocos programas de, variedades han ganado miles de seguidores por su ingenio, incluso en otras partes de Asia. Pero cuando llega la hora de crear programas y pel¨ªculas de televisi¨®n, hay pocos que se muestren impresionados. El de la, carrera del pastel de vainilla se retir¨® de las pantallas por falta de audiencia.
Ahora, al intensificarse la batalla entre los canales ante la llegada de la televisi¨®n por cable y sat¨¦lite, cada vez hay m¨¢s japoneses que expresan su frustraci¨®n con los programas televisvos."No puedes tomar en serio lo que ves en la pantalla, es un disparate total", explica el. soci¨®logo Hidetoshi Kato. "No es intelectual. No ense?a absolutamente nada".
Un espectador t¨ªpico japon¨¦s con m¨¢s de siete a?os ve¨ªa de media el a?o pasado tres horas 47 minutos de televisi¨®n diarios, seg¨²n el Instituto de Investigaci¨®n de la Cultura Televisiva de NHK, la principal cadena de televisi¨®n japonesa. En Espa?a, el promedio del a?o pasado era ?le unas tres horas 56 minutos."
En las horas de m¨¢xima audiencia, la televisi¨®n no se centra en programas de polic¨ªas y ladrones, series o dramas familiares. Al contrario, est¨¢ llena de programas concurso y de variedades de bajo coste.
Los s¨¢bados por la noche, se mezcla la tonter¨ªa con la desnudez. Escenas de mujeres en ropa interior se alternan con escenas d¨¦ una fot¨®grafa que fotograf¨ªa a una mujer que se desnuda ante la c¨¢mara, en un programa pensado para quitar el estr¨¦s y que va dirigido a los mejores y m¨¢s listos: los universitarios.
"Los estudiantes no quieren ver programas sobre problemas sociales o pol¨ªtica. Prefieren ver mujeres con cuerpos bonitos o mujeres en ropa interior", explica Kenichiro Ono, el productor del programa. "Quieren recobrar sus fuerzas a trav¨¦s de la televisi¨®n. No quieren utilizar sus cerebros". Parece que Ono ha llegado a una audiencia incluso m¨¢s joven. Madres furiosas han enviado cartas a la emisora pidiendo que cambien la hora de la transmisi¨®n porque sus hijos de ense?anza b¨¢sica se despertaban a escondidas por la noche para ver el programa.
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