Un ex guardia civil dice que los confidentes recib¨ªan el 10% de la coca¨ªna incautada
El ex guardia civil Doroteo G¨®mez Porras, uno de los arrepentidos del caso Ucifa, declar¨® ayer ante el tribunal que juzga presuntos delitos en la unidad antidroga de la Guardia Civil que era pr¨¢ctica habitual pagar a los confidentes con un 10% de la coca¨ªna incautada, y con un 5% si la droga aprehendida era hero¨ªna. G¨®mez Porras acus¨® a sus antiguos jefes de haberle presionado para que acomodase sus declaraciones a las de los dem¨¢s miembros de la Ucifa, pero tambi¨¦n incurri¨® en contradicciones y puso al descubierto que muchas de las presuntas irregularidades que denuncia las conoci¨® por testimonios de referencias.
En su declaraci¨®n, G¨®mez Porras ech¨® por tierra el testimonio del cabo F¨¦lix Molina James, quien afirm¨® que no se hab¨ªa introducido droga en el coche de un compa?ero de Pamplona para incriminarle. Por el contrario, G¨®mez Porras asegur¨® que fue ¨¦l mismo quien introdujo 25 gramos de hach¨ªs en el veh¨ªculo del guardia investigado.G¨®mez Porras agreg¨® que el entonces teniente coronel Quintero, jefe de la Ucifa (Unidad Central de Investigaci¨®n Fiscal y Antidroga), le hab¨ªa dicho al cabo F¨¦lix Molina que esa operaci¨®n ten¨ªa que salir "por cejones". Por ello, Molina envi¨® a la sede de la Ucifa en Madrid a dos guardias para que volviesen a Pamplona con 275 gramos de hach¨ªs y una papelina de coca¨ªna. Parte de esa droga fue la que el procesado introdujo en el coche del guardia civil investigado. A la pregunta del fiscal "?Quien dirig¨ªa la operaci¨®n desde Madrid"?, G¨®mez Porras respondi¨®: "El teniente coronel Quintero".
Sin embargo, a preguntas de Francisco Escobar, defensor del hoy coronel Quintero, el procesado reconoci¨® que la orden de ir a Navarra no se la hab¨ªa dado Quintero y que en ning¨²n momento escuch¨® que este oficial ordenase colocar la droga al guardia de Pamplona.
A preguntas del fiscal, G¨®mez Porras declar¨® sobre una decena de operaciones en las que, seg¨²n dijo, se habr¨ªa retribuido a los confidentes con droga, si bien puntualiz¨® que en la mayor¨ªa de los casos no hab¨ªa presenciado dichos pagos, sino que hab¨ªa tenido conocimiento de los mismos por comentarios de otros compa?eros de la Ucifa o por los propios confidentes.
Tambi¨¦n asegur¨® que en al menos dos ocasiones se hab¨ªan introducido hasta un total de 90 kilos de coca¨ªna colombiana en Espa?a sin que en realidad hubiese "compradores" para la misma. Seg¨²n el testimonio de G¨®mez Porras, el objetivo de estas operaciones era detener a los correos y retirar de la droga intervenida la parte de los confidentes para el pago de sus servicios.
Altercado
En la primera de esas operaciones se detrajeron cinco kilos, lo que origin¨® un altercado entre G¨®mez Porras y el comandante Jos¨¦ Ram¨®n Pindado por no haber sido informado de la detracci¨®n de la droga. En la segunda ocaci¨®n, seg¨²n G¨®mez Porras, se retiraron seis kilos de un env¨ªo de 58 por encargo de Pindado. El destino de la droga habr¨ªa sido pagar a los confidentes Jos¨¦ Luis Recuero y Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa Guti¨¦rrez, conocidos como los hermanos Dalton. G¨®mez Porras dijo que ¨¦stos le confirmaron haber recibido la droga convenida.
Mediante este sistema, el arrepentido dijo haber almacenado hasta 4,5 kilos de coca¨ªna que vendieron a dos traficantes por unos 10 millones de pesetas, de los cuales entreg¨® seis millones al confidente Ram¨®n de Temple Llopis, otros dos fueron a parar al guardia Vicente Dom¨ªnguez Serrano, otro de los guardias arrepentidos, y los dos restantes se los qued¨® el propio G¨®mez Porras.
El procesado atribuy¨® la direcci¨®n de la mayor parte de las operaciones al comandante Jos¨¦ Ram¨®n Pindado, al que defini¨® como "un inquisidor, un mando con mucha soberbia". Seg¨²n G¨®mez Porras, de Pindado partieron las "presiones" para que se desdijera de sus afirmaciones ante el juez Baltasar Garz¨®n. El arrepentido dijo que al iniciarse el proceso asisti¨® a varias reuniones en el despacho del abogado Jorge Argote, donde "nos dirig¨ªan las declaraciones y nos presionaban para declarar en determinado sentido". Posteriormente, ante el inicio del juicio, recibi¨® nuevas "presiones" de Pindado para que se desdijese.
En su momento, los abogados defensores abrieron un buen n¨²mero de brechas en el testimonio del arrepentido. En la denominada Operaci¨®n Cochabamba, en la que se acusa a miembros de la Ucifa de haber dejado marchar a un traficante tras recibir droga, G¨®mez Porras se vi¨® forzado a reconocer que dio el aviso para su detenci¨®n sin haber visto que le entregaran la mercanc¨ªa. Respecto a otra media docena de operaciones, tuvo que admitir que "no sab¨ªa" por su propio conocimiento si la droga hab¨ªa salido de la Ucifa, e incluso que "no sab¨ªa exactamente" para qu¨¦ era un paquete de un kilo de "un polvo blanco" que ¨¦l traslad¨® desde Gerona a Madrid en la creencia de que era coca¨ªna.
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